Se reaviva la esperanza de sanación de enfermos
Las manos de los católicos se mecen, hay gritos extasiados de alabanza. Todos cantan al ritmo de un conjunto con panderos, guitarras eléctricas y batería. En pleno Auditorio del Pueblo contratado para la celebración del Encuentro Pentecostés 2004 se siente la presencia del Espíritu Santo y se reaviva la esperanza de la sanación de enfermos.
A la hora de la procesión del Santísimo y la oración por los enfermos, llegan personas en sillas de ruedas, con muletas, niños y niñas con algún padecimiento; hay adultos con malestares renales, cardiacos, diabéticos. Todos tienen en común una esperanza: el milagro de la sanación.
El predicador José Prado dice que la fe ?mueve montañas? y que la curación es un don, un regalo directo que llega de Dios a través del Espíritu Santo; mientras tanto, más de tres católicos con boleto pagado para participar en el encuentro carismático 2004 bailan, se mueven, sus manos y lloran como efecto de la espiritualidad de esta reunión.
Los enfermos visibles ?en muletas, sillas de ruedas y otros aparatos ortopédicos- no pueden contener su desinhibida esperanza por alcanzar un milagro de curación, cuando el Santísimo Sacramento del Altar alzado por el obispo Juan de Dios Caballero recorre toda la duela del auditorio.
Los cánticos con los instrumentos electrónicos invaden el recinto deportivo, la oración se ensalza, hay gritos, algunas gentes experimentan el ?hablar en lenguas?, unos más lloran y los enfermos se tocan con sus manos el lugar de sus malestares.
El abarrotado auditorio es muestra del crecimiento del Movimiento Renovación Carismática Católica del Espíritu Santo y el arzobispo Héctor González Martínez y el obispo auxiliar Juan de Dios Caballero, como pastores, se unían a la alabanza comunitaria y exhortaban a dejarse llevar por la fe y la esperanza en un mundo cada vez más complicado.
Desde el sábado por la mañana, los tres mil católicos se habían concentrado en el recinto basquetbolero, buscaban un encuentro con Jesús, querían ser tocados por el Espíritu Santo y mantenían viva la esperanza del milagro de la curación. A las seis de la tarde el Encuentro de Pentecostés fue clausurado.
PREDICACIÓN
Piden liberación y curación
El predicador José Prado exhortó a los católicos a buscar la liberación y la sanación, no sólo en los malestares de enfermedades patológicas, sino en todos aquellos padecimientos que atentan contra el alma, la gracia y la espiritualidad de las personas, ayer durante el Encuentro de Pentecostés 2004, celebrado en el Auditorio del Pueblo.
No sólo hay malestares de los riñones, el corazón, la cabeza, los huesos u otras enfermedades; también hay padecimientos por rencores, odios, abandonos, indiferencia, baja autoestima y otros factores espirituales que afectan la vida de las familias, asentó Prado durante su participación en la reunión carismática.
Ante unos tres mil católicos, el predicador dijo que es tiempo de abrir el corazón al Espíritu Santo y al encuentro con Jesús.