Washington, (EFE).- Las heces de insectos y las hojas muertas pueden ser una clave importante para comprender el clima mundial, que registrará cambios dramáticos durante este siglo en el macizo andino.
La investigación de residuos de insectos y descomposición de hojas es realizada por científicos estadounidenses en la selva tropical de la isla de Barro Colorado, en el canal de Panamá.
Según explicaron muchas de las claves del cambio climático están en las copas de los árboles, las cuales a su vez influyen en los procesos del suelo, entre ellos la descomposición, la respiración de elementos y la disponibilidad de nutrientes.
"Ambos factores, la copa de los árboles y el suelo son clave para determinar su contribución al cambio climático", manifestó Meg Lowman, profesora de Estudios Ecológicos del centro de investigaciones New College, de Florida.
"Hasta ahora nadie había medido la copa de los árboles y con las mediciones en el suelo de la selva hemos visto cómo funciona el ecosistema", dijo Lowman, en el Laboratorio de Investigaciones Tropicales de la Institución Smithonian de Washington.
La científica citó como ejemplo el hecho de que hasta ahora se creía que los insectos sólo causaban un cinco por ciento del daño que sufren las copas de los árboles.
"Pero con estas investigaciones hemos determinado que ese daño es de casi un 20 por ciento", señaló.
El trabajo de Lowman está vinculado al de Mike Kaspari, profesor de Zoología de la Universidad de Oklahoma, quien analiza las heces de los insectos, las hojas, los insectos muertos y el agua de lluvia que caen sobre el suelo de las selvas.
"Hemos logrado predecir que al aumentar los materiales de la copa de los árboles, crecerá la cantidad de carbono, nitrógeno y fósforo en el suelo de la selva", dijo Lowman.
"Eso llevará a un aumento de la descomposición de hojas, lo cual produce un aumento en el crecimiento de las plantas. Esta es una parte vital para mantener la salud ambiental en el trópico", indicó.
Según Kaspari, el cambio global está condicionado por gases como el dióxido de carbono que llegan a la atmósfera desde los escapes de los automóviles y los aerosoles.
"Las selvas tropicales eliminan ese dióxido de carbono. Por otra parte, esas selvas no pueden sobrevivir si no reciben el retorno de los nutrientes a través de la descomposición en el suelo", añadió.
"Y para mantener la estabilidad del clima en el mundo, las selvas tropicales tienen que mantenerse saludables", dijo Lowman, quien ha realizado estudios similares en Puerto Rico, Perú, México, Australia, Camerún y Somalia.
Precisamente Perú podría ser uno de los países afectados por un cambio climático que se hará sentir en los países andinos en este nuevo siglo, según un estudio realizado por el paleoecólogo Mark Bush, del Instituto de Tecnología de la Florida, publicado por la revista "Science".
En el informe de la investigación, Mark Bush pronosticó que ese cambio climático causará la muerte de centenares y hasta miles de plantas y animales en los Andes peruanos, una de las regiones más diversas del planeta, especialmente comparada con el territorio norteamericano.
El estudio se basó en el análisis de los cambios sufridos en el clima andino en los últimos 48.000 años.
Bush y colegas de la Universidad Wake Forest indicaron que la diferencia entre ambas regiones se debió a que la región norte sufrió un calentamiento gradual de unos 5 grados centígrados en sólo dos siglos.
Por el contrario, ese mismo calentamiento ocurrió en el hemisferio sur de manera mucho más gradual y en varios milenios.
Este descubrimiento podría explicar por qué hubo menos extinción en los Andes tras la última edad de glaciación y por qué la región es más susceptible al calentamiento global.
Al finalizar el siglo aumentará la temperatura uno o dos grados centígrados y, según Bush, eso significará una extinción grave de las especies con menor capacidad de desplazamiento y la supervivencia de pájaros y mariposas que sí pueden huir de las zonas inhóspitas.
Eso ocurrirá a medida que el hombre extiende su labor agrícola hacia las laderas de las montañas fragmentando el sistema y dispersando la vida animal, vaticinó.