Héctor Bonilla tiene más de cuarenta años de trayectoria como histrión
Notimex
México, DF.- El actor Héctor Bonilla, que ha protagonizado melodramas como Viviana, Paloma, Soledad y La Pasión de Isabela, señaló que vive con una firme convicción y enseñanza ?porque hay que dar siempre una función al 200 por ciento?.
?No hay que salir al escenario a hacer el trabajo en pantuflas, como decimos en el teatro, porque es una falta de respeto, ya no al público, sino a uno mismo, es inadmisible, pero eso también lo va enseñando la vida, se siente uno mal, traidor, un fraude?, abundó.
Bonilla, quien es actor, director, guionista y hasta impulsor de varios proyectos culturales, ha hecho cine, televisión y teatro, donde ha participado en 119 montajes, al lado de los más grandes actores y directores, llevando a escena a los autores más consagrados.
Con más de 40 años de carrera, con una indiscutible trayectoria que comenzó a los 14 años, Bonilla es considerado como uno de los grandes actores de México, ha filmado cintas como Rojo Amanacer, El Bulto y Meridiano 100, y en los próximos días estrenará su primer largometraje, titulado Mónica y el Profesor.
Ha recibido varios premios, entre los que destaca el Ariel y otros tantos otorgados por la crítica teatral; actualmente trabaja en dos obras de teatro: El Teniente... y lo que el Gato se Llevó, bajo la dirección de José Caballero; e Histeria, que estrenará este día en el Teatro Helénico, en esta ciudad.
Mientras Bonilla se maquilla para interpretar al padre de un terrorista en la puesta en escena El teniente... y lo Que el Gato se Llevó, habló de su larga y fructífera carrera artística que le ha valido participar en 119 obras de teatro, un sinfín de películas y telenovelas, de las que ya perdió la cuenta.
?Me han preguntado si yo soy una garantía, yo les digo que no, ese es una enorme desmesura, es una pretensión, pero sí creo que mi tendencia es influirle al espectador la confianza de que yo sí salgo a dar mi función con todo?, comentó serio el artista.
Héctor vive su profesión con una premisa que le parece básica: ?un actor es mejor actor mientras más géneros toque, mientras más diferentes sean sus papeles, sin dejar de reconocer que hay actores que hacen un sólo papel toda su vida, es un papel que se adapta a su personalidad?.
Actor incansable
Bonilla, que entre sus telenovelas recientes tiene Belinda, Mirada de Mujer. El Regreso y Agua y Aceite, comentó que le interesa la caracterización, la despersonalización, la realización y la dirección.
?Me he enseñado a adquirir el oficio, pero también sé que el oficio se conjuga con el aprendizaje que da la vida, uno se va formando psicológica, política, ideológica y hasta sociológicamente, y claro lo aplica uno al trabajo en un momento determinado?, comentó.
Aseguró que lo que le falta es tiempo para llevar a cabo todos sus proyectos culturales, en los que el teatro y el cine tienen un lugar especial, quisiera llevar más teatro histórico a toda la República.
No obstante que tiene mil proyectos para cine y teatro, es feliz porque está en dos montajes al mismo tiempo, interpretando a dos personajes bien distintos: a Sigmund Freud, en Histeria, y al padre de un terrorista irlandés, en El Teniente..., además de que dirige a su esposa Sofía Alvarez y a su hijo Sergio en la obra En Retirada.
?Esto de hacer dos géneros tan distintos es un reto, Freud es un personaje con determinadas características, me tuve que meter en él, en su piel, me costó trabajo porque es muy difícil, pero también porque lo tengo que alternar con este padre del terrorista en el que ahora me estoy metiendo?, expresó.
Entre risas y suspiros aseguró que ni la cuenta lleva de los años que ha dedicado a la actuación, pero son más de cuarenta y con todo, todavía recuerda sus inicios en la actuación cuando estudiaba en la Escuela Secundaria Número 15 Albert Eisntein y era un niño muy inseguro.
Todos sus hermanos eran buenos estudiantes y profesionistas, todos primeros lugares y él no daba una para la química, la física y las matemáticas, lo que lo hacía un muchacho muy acomplejado, según sus propias palabras.
?Pero un día, mi maestra de lengua y literatura española me subió al auditorio de la escuela a leer un fragmento de Lope de Rueda y fue una revelación, la gente se reía cuando yo quería y se callaba cuando yo quería, en ese momento me di cuenta que esto era lo mío, a los 15 años?, abundó.
De ahí vino la preparatoria y su incursión en el teatro universitario, se inscribió en Bellas Artes, al mismo tiempo que estudiaba la carrera de Derecho en la Universidad Autónoma de México (UNAM), llegó así un amor completo y apasionado por el teatro, al que le ha dedicado la vida misma.
Disfruta el escenario
A sus inicios le siguieron los años de aprendizaje, porque dijo que la actuación no es una profesión fácil, por el contrario, es compleja, pero disfruta cada momento, sale al escenario con la convicción de convencer en cada uno de sus papeles, de entregarse.
Hoy día le sobran los proyectos, está por estrenar la película Mónica y el Profesor, que enfrenta a dos generaciones distintas en cuatro paredes, cuando la alumna y el profesor son raptados y tienen que compartir sus días en un encierro forzoso.
?Me interesaba mucho hablar de estos dos mundos que representan estos dos seres tan distintos y con necesidades completamente diferentes, quería llevarlos al extremo del encierro para hacer ver que somos así en una sociedad, cada quien quiere algo distinto, pero tiene que convivir?, externó.
Tiene otros proyectos más ambiciosos, pero no por ello irrealizables, es el montar pasajes históricos en los sitios donde realmente se llevó a cabo, como fue el montaje que hizo hace algunos años en las calles de Querétaro, titulado La Conspiración.
Hubo uno más que hizo sobre la vida y obra del poeta Ramón López Velarde, que llevó hasta Jerez, Zacatecas, su tierra; sabe que los episodios son muchos, los personajes más y los sitios históricos en México no se pueden contar con los dedos.
Bonilla, el actor que ha interpretado cientos de personajes y en cada uno ha dejado un poquito de su vida, comentó que le queda mucho por hacer, hay guiones cinematográficos que escribe, porque para eso también le roba tiempo a su día; hay obras de teatro que ha escrito y que no va a morir sin montar.
