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Héroes, lastre o necesidad

FABIOLA PÉREZ-CANEDO HERRERA

DISCUSIÓN| TODA CULTURA REQUIERE DE MODELOS DE CONDUCTA PARA SUPERARSE, ADVIERTEN CATEDRÁTICOS

EL SIGLO DE TORREÓN

Cuestionan historiadores la mitificación de ciertos personajes de la historia nacional.

COMARCA LAGUNERA.- La necesidad de héroes se encuentra inmersa en la naturaleza de los seres humanos, contar con una persona a la cual admirar o respetar porque representa las cualidades que la gente quisiera poseer.

Los héroes, coinciden los catedráticos, representan esperanza en la raza humana.

En opinión de Sergio Garza Saldívar, investigador de la Universidad Iberoamericana, los héroes obedecen a un proceso de construcción, se construyen con diversos fines en ciertos momentos de nuestra historia.

“Creo que el papel del héroe en la conformación de la nación juega un rol de identidad, nos ayuda a conformar una identidad como país, los ideales, las aspiraciones que a nivel individual podemos tener, las vemos reflejadas en el héroe”, manifiesta.

Para Francisco Amparán, historiador, los héroes nacionales son “una manera de explicarnos por qué nos ha ido como nos ha ido, la mayoría de ellos fallaron, terminan traicionados, fusilados, asesinados, es para justificar por qué nos va como nos va: como quisieron hacer las cosas bien, pues los mataron y como los mataron, pues son héroes”.

“Llegamos incluso a hacer héroes como, por ejemplo, el mito de Juan Escutia, que resulta que se suicida y por suicidarse es un héroe, siendo que la obligación de un soldado es pelear, no suicidarse”, insiste, “todos los países tienen héroes, pero son héroes triunfadores generalmente, lo que no sucede en México, donde son personas a las que les falló parte del plan, pero es parte de eso: por eso nos va mal, porque fracasamos”.

El también catedrático indica que, en la historia de México, rara vez se encuentra gente que pueda ser el ejemplo a seguir.

Sergio Corona, historiador, expone que todas las culturas requieren de modelos de conducta que motiven a la gente a superarse, a actuar. Para ello, se necesita saber que hay personas que cuentan con esas características que el individuo no tiene pero que aspira alcanzar.

Garza Saldívar advierte que en México se ha “abusado” de esta figura al punto de parcializarla, pues se han mitificado muchas de sus actuaciones y en la historia real, documentada, cuando la mayoría de sus acciones tienen un papel más bien circunstancial y no tanto que tuvieran plena conciencian de lo que estaban desarrollando.

“Es una construcción y sirve para lograr una identidad mayor en la colectividad de los que conformamos este país”, comenta, “desgraciadamente creo que nos ha hecho falta construir nuevos héroes, que le den sentido al México moderno del siglo XXI, porque tenemos 100 años sin héroes, lo cual nos ha dejado un poco a la deriva y a una crisis de identidad mayor”.

Hoy en día, destaca, los héroes que juegan un papel fundamental de identificación, sobre todo en los jóvenes, son figuras extranjeras, que se ponen de moda y aunque tienen sus atributos positivos, no ayudan a conformar el proyecto de nación de una manera más ordenada.

Ídolos populares

El Santo, Pedro Infante, Cantinflas, fueron auténticos ídolos populares, afirma Francisco Amparán, gente que si se identifica mucho con el pueblo y son muy queridos, por lo que alcanzan niveles muy altos de reverencia por parte de la ciudadanía. Sin embargo, advierte que son una categoría aparte a los héroes nacionales.

Para el investigador de la Universidad Iberoamericana, dichos personajes son figuras que cubren en buena medida el papel o el rol del héroe nacional, “es el reflejo de la carencia que tenemos de personas que hayan colaborado así con la nación, pero también obedece a la dinámica que se ha venido dando con la aparición de la televisión, del cine de antes, los medios de comunicación son los que ahora construyen y destruyen héroes de un día para otro”.

“Son arquetipos, modelos, siguen teniendo vida a pesar de que algunos ya murieron, siguen teniendo mucho arrastre, porque contaban con el carisma para ello”, subraya Sergio Corona, “son gente que, de muchas maneras, supera a su propio tiempo y sigue vigente”.

Ideología de partidos

En opinión del historiador, ha sido una costumbre de México que la historia trata más de ideologías de partidos que de verdades, lo que resulta en un relato de corte político muy ficticio y acartonado.

“En el caso de México, héroes son nada más aquéllos del partido que está en el poder y hay muchos olvidados que también hicieron grandes cosas para todos nosotros y que no se les recuerda, simplemente porque no hemos sido capaces de reconocer que la historia es más que una ideología”, explica Corona.

Amparán sostiene que la historia la escriben los vencedores, aunado a que “a alguna gente le conviene que los que hicieron ciertas cosas no aparezcan, el caso más claro es el del PRI: tenían que inventar que estaba justificada su permanencia en el poder porque llegaron a él quitando a alguien muy malo, a don Porfirio Díaz, que lo han hecho aparecer como lo peor, siendo que, si uno se poner a revisar, ha sido de los mexicanos que más han hecho por el país, pero es el malo de la película”.

“Y triunfaron”, agrega, “la inmensa mayoría de la gente ve a don Porfirio como un villanazo, siendo que casi nadie sabe siquiera lo que hizo o dejó de hacer en su administración”.

La historia de México es un relato de “buenos y malos”, coinciden los catedráticos, es un constante desvío de la atención sobre lo que realmente es importante, pues quienes la aprenden se agotan en culpar a los “malos”, sin cuestionarse más al respecto.

“Ahí tenemos a los niños héroes para echarle la culpa a los malditos americanos pero nadie se cuestiona por qué perdimos, jamás se hace un cuestionamiento de ¿por qué éramos débiles y no fuertes como ellos?”, considera Amparán, “cuando la colonización de Texas, ¿por qué los que aprovecharon las facilidades que daba el Gobierno mexicano fueron los americanos y no los mexicanos? ésa es la verdadera pregunta”.

La aparición de héroes y el planteamiento de hechos heroicos sirve para que no se hagan las preguntas pertinentes, apunta el historiador.

México con la forma en que ha vivido en los últimos años se ha configurado a partir de cuestiones muy locales, cuando el resto del mundo se ha movido en un ámbito muy internacional, refiere Garza Saldívar.

“Ha habido personas que han luchado por un México independiente pero que la composición de la clase política y el papel de los medios ha impedido que logremos reconocer y valorar su papel”, expresa, “son héroes anónimos que quizá hasta dentro de 50 años se les tome en cuenta”.

Deportistas

El editorialista, Federico Reyes Heroles, escribió que “el día que logremos dejar atrás a los héroes, el día que sepamos que ganar es un acto racional y no un milagro, ese día habremos aprendido que la competencia es supervivencia”.

Francisco Amparán menciona que otro resultado de la historia oficial es que se ha inculcado que el éxito depende del esfuerzo individual y no de una organización, no de planeación a largo plazo, ni de instituciones que funcionen. Es el héroe: el Pípila o el niño artillero, una persona que por valor excepcional o por “chiripa” hace algo extraordinario.

“Es una cuestión de fijarnos en ciertos personajes, no es el deporte mexicano, sino Ana Guevara o demás, son los frutos que da la desorganización”, expresa, “la compensación es ésa: que hay algunos que por su propio esfuerzo logran las cosas, cuando esto debería ser vergonzoso, que no podamos armar un proyecto a largo plazo, que no planifiquemos”.

El historiador percibe esta cuestión muy negativa, como el planteamiento de “es muy bueno perder si lo haces heroicamente”, “la medalla de plata que sabe a oro”, o “llegaron en el lugar 37 pero dieron su mayor esfuerzo”.

Los mitos

Los investigadores explican que lo que se debe conmemorar es la culminación de la Independencia y no el inicio con Miguel Hidalgo, quien resultó fusilado a los ocho meses en Chihuahua y condenado por unos crímenes de los cuales sí fue responsable.

“Sería más congruente que el festejo fuera cuando se logró la Independencia de México”, dice Amparán, “pero al que logró la Independencia nadie lo pela, Agustín de Iturbide, es el que la consumó y ni nombre de calle tiene en Torreón, hay un manejo muy manoseado de los que son héroes y los que no”.

Sergio Corona se muestra de acuerdo y asegura que “Agustín de Iturbide es un gran ausente que tenemos que incluir otra vez en la lista de los héroes, porque fue el que logró conciliar a las partes como gran diplomático que era”.

Un hecho que destacan los catedráticos es que en otros países, como Francia o Estados Unidos, se venera a los ganadores y perdedores, mientras que en México sólo a los que ganaron y eso no ayuda a comprender la historia.

“La historia que la gente conoce es la que le dan en primaria, es una historia para niños, de buenos y malos, de héroes y villanos y nunca se ahonda sobre los verdaderos problemas que ha tenido nuestro país y que venimos repitiendo”, define Amparán.

“Como que se pretende que la identidad nacional esté basada en el conocimiento de estas gentes, pero muchas de ellas son bastante cuestionables como modelos y hubo muchos mexicanos que no estaban de acuerdo con ellos, a pesar de que también estaban peleando por la Independencia”.

Para Sergio Corona el principal legado de la Independencia es la aspiración a ser un pueblo autónomo, grande, sobresaliente, pero “ha faltado mucho ponernos todos la camiseta de mexicanos, quizá sea falta de identidad, al extremo de que hemos sido capaces de recurrir al extranjero para solucionar problemas internos”.

“Hay que motivar una discusión real sin el típico patriotismo”, determina Amparán, “para los que se supone que fueron héroes cuestionar ¿por qué fueron héroes? y si tenemos tantos héroes, entonces ¿por qué estamos tan mal?”.

HECHOS DEL PASADO

En 1808 comenzaron las guerras de Independencia, se realizaron diversos movimientos, el primero a raíz de la invasión de Napoleón.

-1810, grito del cura Miguel Hidalgo y Costilla en Dolores. Participó mucha gente que no era militar, sino una turba, por lo que no había control sobre los elementos, fue percibido por la Nueva España como un movimiento racista, puesto que el grito de guerra era: “Viva México, mueran los gachupines”, por lo que fue combatido incluso por los mismos criollos. A los ocho meses el cura es capturado y asesinado.

-José María Morelos y Pavón fue el sucesor de Hidalgo en la lucha armada. En 1814 crean la Constitu-ción de Apatzingan, inspirada en la francesa de 1793 y la española de 1812. Fue dada a conocer por el Congreso pero jamás entró en vigor. Para 1815 el movimiento estaba ya extinto y quedaban sólo algunos “cabecillas”.

-En 1821Agustín de Iturbide promulgó el Plan de Iguala o de las Tres Garantías: religión única, unión de todos los grupos sociales e independencia de México con monarquía constitucional. El 24 de febrero Iturbide dotó de bandera a todo su ejército y a la nación. Cada uno de los colores simbolizaba una de las Garantías: blanco, por el servicio de la religión católica; verde, independencia política del país y rojo, por la igualdad de la sangre en criollos, mestizos e indígenas.

-En 1821, el virrey, Juan de O’Donojú, firmó el tratado de Córdoba que ratificaba el Plan de Iguala.

-El 27 de septiembre de 1821 se consumó la independencia con la entrada triunfal del Ejército Trigarante, encabezado por Iturbide, en la Ciudad de México.

-Hasta 1948, una de las principales calles de Torreón desde su fundación cambió de nombre, Agustín de Iturbide por Presidente Carranza.

FUENTE: Sergio Corona Páez, investigador del Archivo Histórico de la Universidad Iberoamericana

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