EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

Hidalgo: engrudo priista

Miguel Ángel Granados Chapa

La renuncia-denuncia del procurador José Manuel Sepúlveda a seguir participando en el proceso interno del PRI en Hidalgo dificultará que se consume la designación del diputado Miguel Ángel Osorio Chong como candidato a gobernador de esa entidad, pues como se dice en filosofía política, “se les hizo bolas el engrudo”.

Aunque el gobernador Manuel Ángel Núñez Soto (iluso precandidato presidencial, a despecho de su tenue presencia en las encuestas de preferencias electorales), quiso controlar el proceso interno del PRI, varias señales indican que no todos los doce aspirantes a los que quiso meter al redil aceptarán dócilmente su decisión de dejar la gubernatura a Osorio Chong, un político novato con apenas un historial breve como el del propio Núñez Soto: dos cargos en el gabinete estatal y una diputación federal. De esas señales, la más abierta y contundente fue la denuncia del procurador Sepúlveda, renuente a continuar siendo parte de un proceso amañado.

En un mensaje presentado a la prensa local anteayer, Sepúlveda anunció que no seguirá “validando con mi participación un pretendido proceso de selección del candidato cuando existen tantas evidencias de que el candidato ya fue electo desde hace mucho tiempo”. Aunque no lo nombra, toda la clase política hidalguense sabe que habla de Osorio Chong, a quien Núñez Soto impulsa y para el cual ha solicitado personalmente el apoyo de los precandidatos. Lo han otorgado los que entraron en ese elenco sólo por la voluntad del propio Gobernador, pero los políticos con carrera propia, con intereses definidos, han expresado de diversas formas su inconformidad con una puesta en escena que hasta ahora es farsa y puede concluir en tragedia para el PRI si prospera la imposición del delfín de Núñez Soto. Más de uno de esos aspirantes rehusará deponer su pretensión antes de la convención de delegados (prevista para el 14 de octubre próximo). Y aunque algunos negociarán a última hora los apoyos que puedan conseguir, para asegurar una posición subalterna en el futuro, otros mantendrán su precandidatura hasta el final y no está excluida la posibilidad de que busquen apoyo en otras fuerzas políticas, ayunas a su vez de liderazgos fuertes (como Acción Nacional) o metidas en conflicto aun antes de definir su candidatura (como el PRD).

Sepúlveda no se contentó con denunciar la simulación en que se le había involucrado, sino que anunció que no apoyará a Osorio Chong. No de otro modo puede interpretarse el que haya dicho, tras confirmar que el dedazo está ya dado, su decisión de no avalar, “de ninguna manera... la designación de un candidato que no sea con base a capacidad, honestidad y congruencia con los postulados de mi partido”.

El procurador, cuya libertad para manifestarse de ese modo proviene de que su designación fue hecha por la legislatura local y no directamente por el Gobernador al que ahora denuncia (aunque lo haya incluido en la terna), es uno de los precandidatos priistas con mayor trayectoria, a los que por esa razón supongo que ofende la condición primeriza de Osorio Chong. Sepúlveda ha pasado por los cuatro poderes (durante largo tiempo la Constitución hidalguense concedió ese carácter al municipio), pues fue alcalde de Pachuca, diputado local y federal, juez y magistrado (presidente del Tribunal Superior) y secretario de Gobierno.

Otros aspirantes han hecho carreras aun más nutridas. Sobresale entre ellos el senador Ernesto Gil Elorduy, que el primero de septiembre expresó la posición de los priistas de ambas Cámaras del Congreso ante el cuarto informe presidencial, como consecuencia de su relevante actuación en la Mesa Directiva de Xicoténcatl. Aunque no nació en Hidalgo (y hace un cuarto de siglo expresé que un alma caritativa debía mostrarle el palacio municipal en que aspiraba gobernar, lo cual consiguió) ha curado ese defecto con su residencia desde entonces en el estado, donde ha servido diversas posiciones, como secretario de Gobierno y secretario de Educación. Fue también funcionario de la Secretaría de Gobernación en el sexenio pasado y ha pertenecido tres veces al Poder legislativo federal, dos veces en San Lázaro y actualmente en el Senado.

Omar Fayad Meneses ha cobrado también experiencia en el Gobierno local y el federal. Fue procurador y secretario de Educación bajo el gobernador Jesús Murillo Karam, quien lo hizo primer comisionado de la Policía Federal Preventiva, de donde pasó a la Dirección General de Aduanas, durante unos meses antes de ser elegido diputado federal en la legislatura anterior. Hoy es el secretario estatal de Agricultura, dependiente directo del Gobernador, no obstante lo cual no oculta su inconformidad con la naturaleza del proceso interno priista en que aun participa.

Aunque a todas luces, incluidas las suyas (if any), Gerardo Sosa Castelán ha perdido la posibilidad de ser elegido candidato priista (y se le cerraron también las puertas de Acción Nacional, que se le entreabrieron), no se retirará de la contienda, en que participó de modo muy notorio (incluso con mitin de cierre de campaña, hace dos semanas). Persistente como es el ex rector de la Universidad local, donde su voluntad prevalece (nótese el cuidado de mi fraseo, temeroso y tembloroso como estoy de que su susceptibilidad me conduzca ante los tribunales), habrá negociado ya su apoyo a Osorio Chong, a cambio de la jefatura priista oportunamente dejada por José Antonio Rojo, tercera generación de un clan del que habrá que hablar.

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 111669

elsiglo.mx