Lejos y casi añorados quedaron los tiempos del “Orgullo de mi nepotismo”, fórmula cariñosa con la que José López Portillo se refería a su hijo, subsecretario, por obra lambiscona de De la Madrid de la enterrada secretaría de Programación, que duró sólo dos sexenios en calidad de incubadora de presidentes (el mismo MMH y Salinas).
Ese José Ramón que un día vendría a Acapulco a jalonear a su anciano padre a punta de insultos soeces en un juzgado público, por una propiedad en pichelingue que regaló al Presidente el líder petrolero “La Quina”.
Hijo subsecretario, amante secretaria de Turismo, a la hermana Margarita le dio a manejar la Cineteca que se incendió, perdiéndose buena parte de nuestro acervo fílmico, tal fue el nepotismo oficial de JLP.
Fuera de pantalla a las hermanas les permitió hasta meter las manos en Pemex y a su mujer le enviaba a Europa costales de dólares para sus ridículos caprichos musicales y otros. Depauperación hubo y grande, pero no peligro de desestabilizar al país pues no estaba listo, como lo está ahora...
De la Madrid instaló a sus hijos en las privatizaciones y negocios para amasar una fortuna mucho más importante que la que deja ver, pues de los 162 millones de dólares que le detectó en Suiza el periodista gringo Jack Anderson cuando ascendió al trono en 1982 se convirtieron en 1988 en dos mil 800 millones de dólares en Luxemburgo cuando terminó su administración con el fraude electoral más grande de la historia mexicana (porque de la gringa estuvo peor aún el de George W. Bush).
Y muchos de esos negocios apestaban ¿o aún apestan? Y el país aguantó. Salinas, como se sabe fue producto de un gran nepotista “capo di tutti capi” y dio él mismo carta blanca a sus hermanitos, no sólo al que está en el bote, aquél del que hablé mal en 1991 con consecuencias (para mí) desagradables, pero bien que mal no le permitió ser el Maximino Ávila Camacho de Nuevo León, lo que Raúl ambicionaba.
Zedillo, gran bandido saqueador del pueblo de México cuyas propiedades vendió sin permiso y luego cargó el megafraude del Robaproa, el de los Pidiregas, etcétera, sobre las espaldas de todos los mexicanos, no cantó mal las rancheras en plan nepotista ya que de ladrones estuvieron acusados y aún lo están varios de sus mediohermanos en Chiapas y anexas, no sólo el más sinvergüenza Rodolfo, pero tampoco fue su nepotismo el que cimbró al país.
Vicente Fox en cambio está peor que los peores priistas en cuestión de nepotismo.
No tiene parangón en México, sólo en la antigua Roma o en la Argentina premoderna o en las Filipinas, que ni siquiera en el Perú de Fujimori. La imposición de Marta Sahagún a todas horas de la vida de la nación, opinando y participando en todo y para todo, una ilegal e impertinente presencia oficial que Fox es el único mexicano en creer normal, está dándole en la torre al país.
Nadie entiende la peligrosa ceguera del Presidente por lo que no faltan los que afirman que se debe a grandes dosis de toloache, embravecido con modernos viagras que le han dado al Presidente un renovado “drive” sexual a los sesenta. Si es tal la situación, aplaudimos todos los mexicanos y mexicanas, pero le rogamos que mantenga su apasionamiento en la intimidad de la alcoba de la cabaña de Los Pinos y no permita el Mandatario que le siga inspirando actos tan peligrosos e irresponsables como: -Tratar de imponer la figura de una “pareja presidencial”, como si ambos hubiesen sido electos.
-Crear para su esposa una sospechosa asociación “altruista” privada, así como para personas de ambas familias “presidenciales”, en un alarde de hipernepotismo.
No sólo permitir sino alentar a que se pensara desde muy temprano en la candidatura de su Dulcinea a la Presidencia de la República.
-Adelantar en su beneficio la siempre nefasta sucesión, violando elementales principios democráticos.
-Perseguir vergonzosamente al más fuerte opositor de una posible candidatura de su mujer, como es López Obrador, no obstante las patas que últimamente ha metido el Jefe de Gobierno del DF, porque el otro posible opositor, Roberto Madrazo, no es peligroso ya que en cierta forma es parte del clan Fox-Sahagún siendo su esposa Isabel de la Parra de Madrazo parienta y amiga de Marta Sahagún a la que defiende.
-La corredera de “gatos”: Castañeda y Aguilar Zinzer de Relaciones, Leticia Navarro que renunció a Turismo por no aceptar un negocio antiecológico en el Golfo de los hijos de Marta. Calderón de Energía etcétera y hoy Durazo de la Secretaría Privada y Portavoz presidencial, quien ha cimbrado al país con su valiente denuncia de la situación en bambalinas que puede causarle a México verdaderas catástrofes que los ciudadanos adivinamos, pero no podemos comprobar, por lo que hay que agradecer a Alfonso Durazo su lealtad a la patria, antes que al individuo que le pagaba con nuestro dinero, el del pueblo de México.
Por amor, pero no a la patria, el Presidente ha renunciado a gobernar cediéndole los bártulos a su mujer. Pues en consecuencia La Patria ya le está pidiendo cuentas de tan irresponsable conducta. Los mexicanos y las mexicanas no queremos que nos gobierne Marta en el futuro, pero tampoco hoy, hoy, hoy. El Presidente hace un par de años avisó a un reportero regiomontano que lo que más deseaba en la vida era tener un matrimonio feliz. Por lo visto lo tiene y qué bueno para él. Pero debe entender que el país no está casado con Marta. Sino simplemente con un hombre que hace cuatro años lo engaña, decepciona, malgobierna y desequilibra por diversas circunstancias, defectos e incapacidades, pero básica y paradójicamente por su felicidad conyugal que debería dejar guardada en la cabaña de Los Pinos en lugar de querer compartirla con los mexicanos y las mexicanas, como le suplica todo mundo hasta su compinche Lino Korrodi, el de los Amigos de Fox.
Ay, si la marcha Bimbo hubiera exigido el referéndum hoy tendríamos los ciudadanos manera de detener esta situación hoy, hoy, hoy, no en 2006.
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