Jennifer Garner escala con paso firme los peldaños de su carrera como actriz
Agencias
Los Ángeles, EU.- La deslumbrante protagonista de la serie Alias, una de las actrices consentidas de Hollywood desde que saboreara el éxito en Daredevil, hace gala de sus condiciones para la comedia en Si Tuviera 30.
¡Que vueltas da la vida! En 1998, cuando Jennifer Garner salía a la calle junto a su esposo, el actor Scott Foley (Noel, en Felicity), nadie la reconocía. Ya había participado en algunas series de televisión y hasta aparecido en varias películas, pero quienes se acercaban a saludarlos siempre lo hacían atraídos por su joven acompañante; pensaban que ella era su manager, y hasta le daban sus tarjetas de presentación.
Seis años después, el cambio ha sido dramático. La actriz no sólo reina en la televisión estadounidense como la protagonista de Alias, una de las series más vistas del momento, sino que hasta ha alcanzado el éxito en la gran pantalla, sobre todo después de haber interpretado el papel de otra heroína de armas tomar, la aguerrida Elektra, el personaje que casi opaca al Daredevil de Ben Afleck.
Ahora, Garner ha ingresado a la exclusiva lista de los más solicitados en Hollywood, en un vertiginoso ascenso que hasta le costaría, como ella misma lo ha confesado, su matrimonio con Foley.
Después de todo, no es fácil mantener una relación cuando una de las partes se dedica a tiempo completo a su trabajo, y mucho menos, cuando el llamado de la gloria es esquivo con la otra. Y es que a Foley todavía no le llega el papel en el cine que le borre la imagen de actor de televisión, mientras que a ella... a ella nadie le puede quitar el ojo de encima una vez asoma su bella anatomía por la calle.
¿Quién se lo iba a quitar de todas maneras? Si algo tiene esta actriz es encanto y sex appeal. Si faltara alguna cosa, no es precisamente talento. Poseedora de un extraordinario cuerpo, alta, bella, es, según quienes la conocen, sencilla e inusualmente amable. Con semejante mezcla de cualidades, no es de extrañar su ascenso vertiginoso.
Todo empezaría con Alias, la serie que ha venido al rescate de una cabizbaja ABC (la televisora estadounidense de señal abierta), donde ella es el gran atractivo.
El reto era muy grande. Los productores buscaban a una mujer joven, atlética, sexy, que tuviera la capacidad de mostrar emociones en la pantalla y que, además, tuviera habilidades para las escenas de combate. La chica tenía que verse creíble peleando, y lucir magnífica en los cientos de atuendos que, como sus seguidores bien lo saben, usa en muchos de los episodios (modelitos osados y pelucas multicolores)... y es que, espía al fin, Sydney tiene que asumir diversas personalidades, por lo que se convierte en objeto de delicia de los fetichistas más exigentes.
Como puede verse, la serie no sólo le ha servido para alcanzar la popularidad. Además de incrementar su patrimonio, también ha sido vehículo para exponer sus cualidades de intérprete -ha sido nominada tres veces a los Emmy como mejor actriz en serie dramática, y se llevó un Globo de Oro en el año 2002 en el mismo apartado-, lo que ha sido vital para lograr importantes roles en la pantalla grande.
Si bien ya había participado en algunas películas de renombre como Decosntructing Harry, de Woody Allen, no sería sino después de su participación en Pearl Harbor, cuando realmente empezaría a sonar en Hollywood.
Un pequeño papel en Atrápame si Puedes, de Steven Spielberg, confirmaría su encanto, pero no sería sino hasta Daredevil, al lado de Ben Afleck, cuando realmente empezaría a disfrutar de su nuevo estatus en la meca del cine.
Su caracterización de Elektra dejó a muchos con deseos de más... y más es lo que los estudios pretenden darle a sus seguidores, pues el personaje se ha merecido una película como protagonista (ya está en postproducción), por lo que ya se habla de una nueva franquicia (es decir, segundas, terceras y cuantas partes sean necesarias), que redundará, con el aspecto económico incluido, en su entero beneficio.
Si tuviera 30
Pero no es por Elektra que ha dado de qué hablar por estos días. Sino su participación en una comedia juvenil la que le ha hecho merecedora de los mayores elogios. Se trata de Si Tuviera 30, una película de Gary Winick, un realizador que no tenía mayores credenciales, excepto Tadpole, otra comedia donde una madura Sigourney Weaver mantiene un romance con un jovencito.
Resulta que Jennifer Garner aceptó protagonizar esta historia que se emparenta con Big (¿recuerdan a Tom Hanks?), y con la más reciente Viernes de Locos, por tratarse de un niño (o niña) en cuerpo de hombre (o mujer, por supuesto), y no le pudo haber ido mejor. La crítica no ha tratado mal a esta obra de Winick, si bien aseguran que no está a la altura de las dos anteriores. La que sí sale muy bien parada es Garner, quien logra convencer como una niña que, después de celebrar su cumpleaños número trece, se despierta convertida en una mujer de 30.
La vida mucho ha cambiado para Jennifer. Su presencia es cada vez mayor en el cine, y en los medios; así como también son mayores sus salarios (se dice que por Si tuviera 30 cobró tres millones de dólares).