Cincinnati (EU), (EFE).- Stephen Vrabel, quien mató a su amante y a su hija de tres años y mantuvo sus cadáveres durante varias semanas en el refrigerador de su casa, fue ejecutado en la prisión estatal de Lucasville, en Ohio.
El gobernador Bob Taft había ratificado la sentencia y decidió que no conmutaría la condena impuesta a Vrabel, de 47 años, quien había abandonado todo pedido de clemencia.
El gobernador había ordenado la audiencia sobre el caso de Vrabel en respuesta a las gestiones de grupos que se oponen a la pena de muerte y que argumentaron que el hombre sufría esquizofrenia grave, por la cual estuvo internado cuatro años en un hospital psiquiátrico después de los crímenes en 1989.
En marzo de ese año, Vrabel mató a balazos a su amante Susan Clemente y a la hija de ambos, Lisa Clemente. Luego colocó el cadáver de la mujer en la nevera y el de la niña en el congelador y siguió viviendo en el apartamento por varias semanas antes de marcharse.
Los cuerpos permanecieron ocultos hasta que un mes más tarde los encontró un miembro de la familia.
En 1994, la justicia encontró que Vrabel estaba capacitado para someterse a juicio y un jurado lo condenó por dos cargos de homicidio agravado.
Antes de la ejecución, Vrabel declaró hoy: "Quiero pedir perdón a cualquiera a quien yo haya causado daño en mi vida".
Poco después, los verdugos le inyectaron compuestos letales.
