Tegucigalpa, (EFE).- El suicidio de una niña de 14 años que quedó embarazada por su propio padre refleja los múltiples casos de violación que ocurren en Honduras, donde muchas menores tienen en su hogar a sus violadores, según un organismo de derechos humanos.
El caso de Iris Salvador, quien tuvo una niña y comenzó a ser víctima de abusos sexuales por parte de su padre, Oscar Camilo Salvador, desde que ella tenía diez años, se suma a una larga lista de hechos similares que en su mayoría no trascienden por el temor de las víctimas, de acuerdo a diversas fuentes.
Hasta ahora, el ejemplo más visible de un padre que abusó de su hija es del periodista y ex diputado David Romero, quien el 1 de abril pasado fue condenado a diez años de cárcel.
Romero era diputado ante el Parlamento hondureño por el opositor Partido Liberal cuando fue denunciado por su hija, Dalia Romero, de 23 años, quien además afirmó que cuando tenía diez años su padre comenzó a abusar de ella, pero no lo denunció porque le amenazaba.
EFE conoció esta semana de un caso de una estudiante que asegura que su padrastro ha intentado abusar sexualmente de ella, pero que cuando le comentó el caso a su madre, ésta le respondió que "eso es mentira y se puso a favor de él".
Bertha Oliva, coordinadora del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), indicó que en el pasado reciente han recibido denuncias similares en ese organismo.
Agregó que algunos denunciantes han pedido la discreción del caso por temor a represalias.
El Ministerio de Salud Publica registra que seis de cada diez niñas menores de 19 años han tenido al menos un embarazo o un hijo.
Muchos de estos embarazos, según esa misma fuente, son producto de violaciones cuyos responsables son sus mismos familiares, padres, padrastros, tíos, abuelos y primos, entre otros.
El suicidio de Iris Salvador fue denunciado por la primera dama de Honduras, Aguas Ocaña de Maduro, el pasado día 16.
La menor tomó la fatal determinación el 10 de septiembre, fecha en la que, irónicamente, se conmemoraba el "Día del niño hondureño".
Iris llegó al Hogar Nueva Esperanza, de San Pedro Sula, norte de Honduras, adscrito al estatal Instituto Hondureño de la Niñez y la Familia (IHNFA), con su hija de un año de edad y otros dos hermanos suyos, de cinco y nueve años, quienes al parecer también habían sido víctimas de abusos de su padre, que es alcohólico.
Según denunció Iris, huyó de su casa porque su padre intentó de nuevo abusar de ella, y que agobiada por su desgracia intentó suicidarse en otras dos ocasiones.
Aguas Ocaña de Maduro dijo a los periodistas que con anticipación recomendó a las autoridades del Hogar Nueva Esperanza que remitieran a Iris, su hija -que nació parapléjica- y sus dos hermanos, a un hogar temporal que fuera más seguro.
Pero las instrucciones de la primera dama no se cumplieron, por lo que ella considera que Iris murió por negligencia de las autoridades del IHNFA, cuya directora, Lolis Salas, asegura que la niña ingresó en el Hospital "Mario Catarino Rivas" de San Pedro Sula con síntomas de dengue hemorrágico.
La versión de Salas fue desmentida por el director del hospital, Danilo Cruz, quien dijo que Iris murió a causa de la ingesta de medicamentos no identificados.
La menor supuestamente burló la vigilancia del personal del Hogar Nueva Esperanza para acceder a la farmacia, de donde sustrajo las pastillas que ingirió.
Los resultados de la autopsia podrán conocerse la próxima semana, mientras el padre de Iris retornó a prisión, luego de que el pasado lunes intentó suicidarse bebiendo cloro tras enterarse del fallecimiento de su hija.