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Hora cero/El compromiso de John Kerry...

Roberto Orozco Melo

Resulta irresistible la tentación de equiparar la figura del candidato demócrata a la presidencia de los Estados Unidos, John Kerry, con el esplendoroso perfil del difunto presidente John Fitzgerald Kennedy. Las semejanzas pueden estar en las iniciales en sus nombres, en su común profesión de fé católica, en la ideología demócrata y las convicciones liberales de sincera preocupación por las clases desvalidas de su país y del mundo.

Los conceptos políticos proclamados por Kerry en la actual circunstancia de Estados Unidos y del mundo, reproducen, en varios aspectos, la ideología de Kennedy; Kerry ostenta, como lo hizo su admirado personaje, un “savoir faire” deportivo, asi provenga de un estrato económico medio superior: no opulento, pero tampoco tirado a la calle. En cuanto a la cónyuge de Kerry es obvio que la señora Teresa Kerry Hintz carece de la frescura que lucía Jacqueline Kennedy en sus tiempos, pero su fortuna personal y su madurez reflexiva le dan un plus interesante e independiente.

Tanto Kennedy como Kerry provinieron de padres bien colocados en los medios políticos de Washington. El patriarca Kennedy fue patrocinador destacado del partido demócrata y embajador de Estados Unidos, mientras que Ricardo Kerry había combatido en la segunda guerra mundial por lo cual se le premió con un empleo en la diplomacia. A propósito de la guerra, tanto Kennedy como Kerry se enlistaron en el Ejército para pelear respectivamente en las conflagraciones europea y asiática. Ya en la vida civil sus padres fueron, en distintas épocas, decididos impulsores de las carreras políticas de sus hijos, que habían sido educados bajo el autoritarismo usual en las familias de aquellos años. Con tanta coincidencia se avalará la tésis dialéctica sobre la repetición cíclica de los hechos históricos?…

Nuestras apreciaciones no son inéditas, y mucho menos originales. Como hicieron los políticos mexicanos del PRI al escoger el patronazgo de un héroe nacional ––Benito Juárez, casi siempre ––los candidatos presidenciales de Estados Unidos buscan la tutoría moral de un ex presidente distinguido; y así parece que el señor Kerry decidió ser el ahijado histórico de John F. Kennedy. Su compañero de fórmula, John Edwards, dijo a la Convención Demócrata en referencia a John Kerry:: “la esperanza está en camino” .

John Fitzgerald Kennedy había expresado la misma convicción en 1960 después de descubrir con sensible alarma cómo los estadounidenses vivían convencidos de que la guerra, las recesiones económicas, la pobreza y la mediocridad resultaban fatales e inevitables para muchos de compatriotas.

Theodore Sorensen destaca en la biografía de Kennedy que éste vio su desempeño en la presidencia como la mejor oportunidad de iniciar un tiempo de esperanza en Norteamérica, dirigido a rescatar a los pueblos de la Tierra mediante una vigorosa existencia humana de igualdad y decencia, en un mundo razonable y pacífico; igual postulaba su fundada expectativa en el buen destino del mundo civilizado...La teoría de la esperanza constituye el nuclear paralelismo entre “J,K” y el malogrado ex–presidente de Estados Unidos y subraya las antagónicas diferencias de los demócratas con los gobiernos republicanos; en especial frente al presidente George Bush.

“Parco, tieso, solitario y distante” según Rafael Fernández de Castro, John Kerry ha logrado, sin embargo, seducir al electorado demócrata con la imagen de confianza y responsabilidad que constituyó uno de los atractivos principales de John F. Kennedy, cuya prestancia juvenil, movilidad, agudeza de respuesta y solidez de principios vencieron en 1960 a Richard Nixon, el opositor republicano que había sido vice-presidente en el Gobierno del general Dwigth D. Eisenhower.

Después de citar el credo de la esperanza kennediana, Theodore C. Sorensen, escribió: “No será fácil, para los historiadores futuros, comparar a John F. Kennedy con sus predecesores o sucesores en el cargo, porque resultó único en la huella que marcó en ese puesto. El primero en ser elegido a una edad tan joven. El primero en serlo profesando la religión católica. El primer presidente americano en una era de mutua capacidad atómica de destrucción total. El primero en buscar, literalmente, alcanzar a la luna, y aún más allá. El primero en época de paz que impidió una nueva recesión o inflación en Estados Unidos. El primero en declarar que toda segregación racial, cualquier discriminación, debían ser abolidas por resultar contrarias a los derechos humanos.. El primero en ir al encuentro de los adversarios de su país ante una confrontación potencial. El primero en dar un paso firme y sólido hacia el control de las arnas nucleares. El primero muriendo en la flor de la edad(…..) Su discurso de toma de posesión, su esposa, sus hijos, su política, su dirección en épocas de crisis, todo ello reflejaba la bœsqueda anhelante de Kennedy por la perfección.

Éste es, ni más ni menos, el compromiso que espera a John Kerry, si el próximo noviembre es elegido por los estadounidenses como nuevo inquilino de la más importante residencia en la avenida Pennsylvania…

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