A pesar del paro de los conductores, la autopista que une ambas ciudades y el acceso al aeropuerto internacional de El Alto están expeditos.
25 de agosto 2004.
La Paz, (EFE).- Las ciudades bolivianas de La Paz y El Alto amanecieron hoy paralizadas por una huelga de los sindicatos del transporte público que desde hace una semana presionan al Gobierno para congelar por un año el precio de los carburantes.
Los chóferes bloquearon con sus vehículos las principales avenidas y calles de La Paz, sede del gobierno de Bolivia, lo que obligó a las autoridades a ordenar la suspensión de las actividades escolares y pedir a las empresas privadas y entidades públicas "tolerancia" para sus empleados, según informaron fuentes oficiales.
A pesar del paro de los conductores, la autopista que une ambas ciudades y el acceso al aeropuerto internacional ubicado en El Alto están expeditos, y la Policía vigila estrechamente esas vías.
La huelga, convocada sólo para este miércoles, se concretó tras el fracaso, anoche, de las negociaciones entre el Gobierno y la Federación de Chóferes 1 de Mayo, que controla el transporte en las urbes de La Paz y El Alto.
Las medidas de presión del sector se iniciaron la semana pasada con el inicio de una huelga de hambre a la que se sumaron, según el máximo dirigente del sector, Franklin Durán, más de un centenar de personas en las dos ciudades.
La última subida de los precios de los hidrocarburos situó el costo de cada litro de gasolina en 42 centavos de dólar, el de gasóleo en 40 centavos y el de una bombona de diez kilos de gas licuado de uso doméstico en 2.81 dólares.
El lunes pasado, el Gobierno puso en vigor un decreto que congela los precios de la gasolina durante dos meses, que los chóferes consideran insuficiente para evitar una subida en las tarifas del sector.
Durán, quien está en huelga de hambre, celebró hoy el éxito de la huelga y anunció que la protesta puede derivar en un paro indefinido si el Gobierno no acepta la petición de congelar los precios durante un año.
"Vamos a declarar el paro indefinido y tenemos un cronograma de otras medidas más radicales si el Gobierno no cede en mover su decreto", dijo Durán al amenazar también con el bloqueo de las carreteras.
El portavoz de Palacio de Gobierno, Oswaldo Candia, declaró esta mañana que el Gobierno garantizará la seguridad de las personas y precisó que "las agresiones no van a ser toleradas" si se producen de parte de los sindicalistas contra las ciudadanos en tránsito.
El gobierno anunció en agosto un acuerdo con las empresas para congelar en 27.11 dólares el precio del barril del petróleo en las refinerías -para el consumidor final sube a 32 dólares-, cuando en el mercado internacional los precios oscilan alrededor de los 48 dólares.
Sin embargo, las autoridades admitieron la posibilidad de que, pese a esa medida, los precios finales sigan subiendo por la devaluación de la moneda local frente al dólar y los ajustes al impuesto especial a los hidrocarburos.
Los precios de los carburantes estuvieron congelados en Bolivia desde el 2000 hasta febrero de este año, cuando el presidente Carlos Mesa decidió liberarlos para recuperar nuevamente un control parcial ante el riesgo de incrementos desmedidos en el mercado interno.