EFE
Londres, INGLATERRA.- Un británico que tiene una empresa con base en Dubai aparece como principal sospechoso de una red secreta de suministro de equipo para la construcción de bombas nucleares a Libia, Irán y Corea del Norte, afirmó ayer “The Guardian”.
Paul Griffin ha negado que su empresa, Gulf Technical Industries (GTI), con base en Dubai, estuviera involucrada en el envío de material prohibido desde el Lejano Oriente, añade el periódico británico, en un artículo publicado en portada.
“Nos han tendido una trampa”, afirmó Griffin al rotativo.
Los comentarios del empresario -dice el matutino- coinciden con las advertencias de expertos nucleares en todo el mundo sobre un aumento del comercio de tecnología atómica en el mercado negro.
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, recuerda el diario, ha acusado a Abdul Qader Khan, padre del programa de armas nucleares de Pakistán, de estar en el centro de una red de suministro a Corea del Norte de la tecnología necesaria para fabricar uranio enriquecido para bombas atómicas.
La semana pasada, el director de la CIA, George Tenet, nombró a una compañía de Malasia, Scomi Precision Engineering, como la firma que fabricó catorce componentes para un centrífugo nuclear con destino a Libia el año pasado, afirma el diario.
El equipo -añade- fue confiscado en octubre pasado en un operativo de seguridad cuando la embarcación en la que estaba el material, de Malasia, entró en el Mediterráneo.
Agentes secretos convencieron a los propietarios que desviaran el barco al puerto italiano de Taranto, donde el equipo fue confiscado, pero Scomi mencionó a GTI como la compañía que hizo el pedido.
Además, el periódico “The Guardian” dice que las autoridades de EU han mencionado a un empresario de Sri Lanka con base en Dubai, BSA Tahir, como una de las principales personas involucradas en la red de proliferación nuclear, y que tiene un negocio de ordenadores en Dubai que lleva las siglas SMB.
GTI, establecida en el año 2000, está a cargo de Griffin y su padre, Peter, y registrada en la Cámara de Comercio de Dubai como una empresa dedicada al comercio de motores.
“Las acusaciones son totalmente equivocadas. Comerciamos con productos de ingeniería”, afirmó el empresario británico, quien negó que ellos compraran el equipo de Malasia.