Más de mil millones de personas viven con menos de un dólar al día y más de 840 millones de personas sufren hambre y están malnutridas.
21 de septiembre 2004.
Naciones Unidas, (EFE).- Medio centenar de jefes de Estado y de Gobierno impulsan hoy una nueva ofensiva contra el hambre y la pobreza, que debe concluir con una declaración que pida un aumento de la ayuda al desarrollo y mecanismos innovadores de financiación.
La ofensiva está liderada por los presidentes de Brasil, Luis Inácio Lula da Silva; Francia, Jacques Chirac; Chile, Ricardo Lagos, y el jefe de Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero.
Más de mil millones de personas viven en el mundo en extrema pobreza, con menos de un dólar al día, y más de 840 millones de personas sufren hambre y están malnutridas.
La declaración, que hoy darán a conocer los cuatro gobernantes, estará abierta a la adhesión de todos los países de la ONU, organización que apoya la iniciativa.
La cumbre, a la que también asisten dirigentes de otras organizaciones internacionales y de organismos multilaterales de crédito, será inaugurada por el secretario general de la ONU, Kofi Annan, y después pronunciarán breves discursos los cuatro mandatarios citados, a los que seguirán otros oradores.
Los países latinoamericanos representados por sus presidentes son Argentina, Bolivia, Chile, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela.
La declaración, de la que se ha hecho público un borrador, constata que "hay suficientes conocimientos y recursos en el mundo para librarnos del hambre y la pobreza, y para promover un desarrollo económico sostenible con justicia social".
"Lo más escandaloso no es que exista el hambre, sino que persista, cuando tenemos los medios para eliminarla", dice el documento.
Millones de niños fallecen cada año por falta de cuidados sanitarios, agua potable, una vivienda digna y una alimentación adecuada, mientras que se calcula que 20 mil personas mueren a diario por hambruna.
El texto que se espera adoptar indica que, en "la etapa actual de avance tecnológico y producción agrícola mundial, la persistencia de esta situación es económicamente irracional, políticamente inaceptable y moralmente vergonzosa".
Los participantes coinciden en que luchar contra la pobreza mundial y la injusticia social es vital para la seguridad y la estabilidad, tanto de países ricos, como pobres.
El proyecto de declaración reconoce que un sistema comercial libre y equitativo puede desempeñar un importante papel para erradicar las causas de la pobreza y el hambre al crear trabajos, y generar y distribuir riqueza.
Asimismo, señala que los avances logrados desde que se adoptó hace cuatro años un conjunto de objetivos de desarrollo es "decepcionante" y que, "si no se toman acciones urgentes", no se cumplirán esos objetivos para 2015, como estaba previsto.
Los países ricos se han comprometido a dedicar un 0.7 por ciento de su Producto Nacional Bruto a la ayuda directa al desarrollo, pero muy pocos han cumplido esa promesa.
Aumentar o mejorar la asistencia no será suficiente, por lo que en la cumbre instarán en considerar "mecanismos innovadores de financiación", ya sean públicos o privados, forzosos o voluntarios, universales o limitados a cierto número de países.
Entre esos mecanismos figura, por ejemplo, gravar con un tipo bajo las transacciones financieras, una medida con considerables obstáculos técnicos que encuentra numerosos e importantes detractores, como Estados Unidos.
Pero según los expertos, esto generaría un volumen considerable de fondos sin interferir en el funcionamiento normal del mercado.
También sugieren una imposición sobre el comercio de armas, otra propuesta plagada de obstáculos, pero que permitiría vincular desarrollo y paz, y los llamados derechos especiales de giro (DEG), que permitirían disponer de recursos inmediatos y propiciarían un entorno financiero más estable.
Otras medidas se refieren a la evasión y los paraísos fiscales, las aportaciones voluntarias a través de tarjetas de crédito o la mejora del efecto de las remesas, que actualmente asciende a unos 80 mil millones de dólares anuales, cifra superior a los flujos de ayuda oficial al desarrollo.
Zapatero se compromete
El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, aseguró hoy que ya no hay excusas para combatir la pobreza y se comprometió a que, si resulta elegido en un segundo mandato, incrementará en la próxima legislatura la ayuda de España al desarrollo hasta llegar al 0.7 por ciento del PIB.
Este compromiso fue contraído en su discurso inaugural de la cumbre de líderes mundiales contra el hambre, auspiciada por el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, y organizada por el llamado "Quinteto contra el hambre" del que forman parte, además de Brasil y España, Francia, Chile y Naciones Unidas.
Rodríguez Zapatero, quien opinó que los países pueden hacer más de lo que hacen para intentar erradicar la pobreza, explicó que su Gobierno "se ha comprometido y está decidido a incrementar la ayuda oficial al desarrollo con arreglo a un calendario aplicable a partir de este primer año de mandato".
"Duplicaremos la ayuda oficial al desarrollo en la actual legislatura hasta alcanzar el 0.5 por ciento del PIB, y me propongo, si el pueblo español me confiere un segundo mandato, llegar al 0.7 por ciento del PIB en la siguiente legislatura", remachó.
Zapatero consideró que los esfuerzos contra la pobreza pueden reportar beneficios a todos los habitantes del planeta, porque eso contribuirá "decisivamente a la consecución de bienes públicos mundiales, como la paz, la salud, la calidad medioambiental o la seguridad humana".