Si las leyes no se cumplen en los hechos, si en el día a día, en nuestra realidad, el marco legal que debiera normar y sancionar las relaciones sociales no significa más que letra muerta, entonces el Estado de Derecho resulta una gran simulación.
Lo que hoy sucede en La Laguna en material de combate al narcotráfico constituye una fuerte llamada de atención: simplemente algo no está funcionando y debe corregirse de inmediato. Es el titular de la Dirección de Seguridad Pública Municipal en Torreón, Javier Gutiérrez Pesquera, quien pone las cosas en su justa dimensión cuando se pregunta ¿a qué estamos jugando?, en relación al auto de libertad que un Juez Federal liberó a favor de Mariana Jasso Íñiguez, presunta cabecilla de dos bandas de distribuidores de drogas en la región.
Sobre este mismo particular, el presidente de la Cámara de Comercio, Carlos Tovalín López, opina que los agentes del Ministerio Público Federal deben ser más profesionales para evitar que los jueces liberen a los acusados de narcotráfico y que “la clave está en el Ministerio Público, pues si la averiguación está bien fundamentada, el juez no tiene porqué dejar libre al inculpado. Ambos deberían tener un criterio más amplio para no dejarlos salir”.
Carlos Delgado López, presidente del Comité Ciudadano de la Procuraduría General de la República (PGR) en Coahuila, es aún más contundente al afirmar que lo que alienta la delincuencia, es precisamente la impunidad, pues todos se animan a delinquir cuando saben cómo hacerle para quedar libres. Sobre el caso de la presunta narcotraficante, sentenció que “hay que decirlo, no podemos quedarnos callados y que el juez diga porqué soltó a esa mujer, si existía una orden de aprehensión”.
Simplemente la ciudadanía también está harta de que, por las razones que fueran, el narcomenudeo siente sus reales en La Laguna y cuando logran detener a alguien, casi de inmediato sale en libertad. Definitivamente, algo no está funcionando y hay que corregirlo, ya que la simulación abre las puertas a la anarquía y La Laguna no merece que sus autoridades jueguen a aplicar la Ley.