EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- Es muy riesgoso que el Ejército intervenga durante las manifestaciones anunciadas por el sindicato del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y otros, dado que los soldados están preparados para la guerra y el derecho de guerra permite matar, advierte Omar Sifuentes Bocardo, segundo visitador de la Comisión de Derechos Humanos en Coahuila.
En el conflicto de los trabajadores sindicalizados del IMSS con las autoridades, expone, son dos extremos que se deben analizar; primero las movilizaciones de los sindicatos, como una forma de expresar su malestar por las reformas al IMSS.
“Lo interesante de esto es que, como ciudadanos, sabemos que tenemos la libertad de manifestarnos y reunirnos, pero esa libertad tiene el requisito que debe ser de manera pacífica y no tendría por qué haber ninguna represión si es pacífica, si no obstruye vialidades, si se realiza con respeto a las autoridades y la ciudadanía”.
A través de los medios de comunicación, dice, ha trascendido que las personas que se van a manifestar, están dispuestas a transgredir la Ley y en ese caso, la intervención del Estado se justifica, ya que tiene que resguardar el orden y proteger la seguridad de los demás ciudadanos, “por lo tanto, está legitimado para intervenir a través de sus cuerpos de seguridad, inclusive haciendo uso de la fuerza para restablecer el orden”.
El otro extremo, añade, es que en primera instancia no debería intervenir el Ejército, ya que no es lo mismo que la Policía. “El Ejército está preparado para la guerra y el derecho de la guerra permite matar y la Policía no, ésta tiene la función principal de la prevención, en donde primero se privilegia el diálogo, otros medios no violentos y si no hay opción, entonces se aplica el uso de la fuerza”.
El problema que se ha tenido a través de la historia en México, destaca, es que el Ejército no está preparado para hacerle frente a los ciudadanos, sino a otro Ejército y para disparar y usar las armas en tiempo de guerra, cuando es legítimo matar.
Al no tener el Ejército la preparación adecuada, el conflicto puede desembocar en actos como los ocurridos en 1968, porque no le interesa dialogar, sino restablecer el orden como se pueda.
“Lo ideal es que los ciudadanos entendamos que tenemos derecho a manifestarnos, pero no a transgredir las leyes y que el Estado entienda que puede restablecer el orden, pero primero tiene que buscar mecanismos no violentos”.
