Garissa (Kenia), (EFE).- Miles de mujeres africanas viven condenadas al ostracismo debido a que sufren una lesión llamada fístula obstétrica durante el parto, que les provoca incontinencia urinaria o fecal.
"Los últimos dos años de mi vida han sido miserables", dice Hawa, una joven de 19 años, que ha acudido al Hospital Provincial de Garissa, en el este de Kenia, para someterse a una operación que repare su lesión.
"Nadie que gotea así puede ser feliz", añade la joven, que sufre incontinencia desde que hace dos años pasó cuatro días de parto en su aldea antes de dar a luz a un bebé muerto.
La fístula obstétrica sobreviene precisamente como consecuencia del parto con complicaciones y prolongado, durante el cual las mujeres pasan días intentando dar a luz sin conseguirlo, debido a que su pelvis es demasiado pequeña y no permite el paso del bebé o a que éste está mal colocado.
La constante presión de la cabeza del bebé deja sin irrigación sanguínea los tejidos entre la vejiga y la vagina, o entre la vagina y el ano, lo que da lugar a una necrosis (muerte del tejido) y una perforación -o fístula- por la cual las mujeres sufren incontinencia urinaria o fecal.
Según Tom Raassen, cirujano especializado en operaciones para suturar fístulas y que trabaja con la Fundación Africana Médica y de Investigación (AMREF, en inglés), la lesión tiene consecuencias "muy serias" para las mujeres.
"El goteo de orina es constante y la mujer huele mal todo el tiempo, y si intenta evitarlo ingiriendo menos líquido el orín es más concentrado y el olor más intolerable para la gente a su alrededor", explica Raassen.
"En un 50 por ciento de los casos, su marido la expulsa de casa o su familia le pide que viva en una cabaña apartada. Su comunidad la margina, no puede visitar a amigos ni viajar debido a su constante hedor y goteo", añade.
El único modo de prevenir la fístula es hacer una cesárea a tiempo, pero para ello la mujer debe acudir al hospital, algo no siempre fácil en países con redes sanitarias en pésimo estado, donde las aldeas están muy lejos de los hospitales o porque las mujeres no tienen conocimientos suficientes para saber que les ocurre.
"Los partos con complicaciones ocurren en todo el mundo, no sólo en los países en vías de desarrollo, pero la posibilidad de llegar a un hospital a tiempo es mucho más problemática en Africa", agrega Raassen.