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India y México

Julio Faesler

Luis Ernesto Derbez acaba de marcar un paso más en las relaciones entre nuestro país y Asia. Al visitar Nueva Delhi, para luego continuar a Beijing, dejó asentado que México desea promover un mayor acercamiento con esos países en todos los campos.

Más en concreto, las realidades económicas, políticas y culturales vuelven obvias las conveniencias mutuas de una mayor colaboración entre India y México. En lo comercial, los intercambios con la India alcanzan ya 900 millones de dólares. Nos llegan de ese país textiles, ropa, farmacéuticos, partes automotrices, joyería. Nosotros vendemos petróleo, minerales y una variedad de productos como garbanzos y bebidas. Intercambiamos piedras semipreciosas, medicinas, piezas automotrices y eléctricas. Hace varios años que funciona con éxito ISPAT, una importante inversión india en la gigantesca planta de aceros de en Salina Cruz.

Al igual que con China, tenemos que dejar el miedo a competir con los indios. Sus éxitos son el mejor argumento para vernos como socios. Este fue el mensaje que Derbez dejó acá. Así sumaremos nuestras ventajas comparativas.

La India tiene una población actual de 1,100 millones. El 25 por ciento la compone una clase media con comprobada avidez de consumo. A su vez México abre a los indios las oportunidades de todo el mercado norteamericano de0 400 millones de compradores a condición de alcanzar juntos el contenido regional estipulado en TLCAN. No se trata simplemente de vendernos artículos terminados. La complementariedad debe ir más allá.

Ninguno de los dos mercados será bien aprovechado si los industriales mexicanos y los indios no se asocian para atenderlo.

Aquí radica un poderoso incentivo para montar coinversiones indo-mexicanas en áreas como farmacéutica, agroindustriales, automotriz, cinematografía e informática. Tenemos empresas mexicanas de amplio prestigio que deben participar en los grandes proyectos de infraestructura carretera y portuaria, tecnologías petroleras y logística de productos del campo. Los productores mexicanos con visión a futuro tienen amplias perspectivas en los dos países.

Además de lo anterior, México es conocido en la India por su comida y su tequila y más recientemente el mezcal. Los restaurantes mexicanos ya existen y pueden multiplicarse, pero no en el deplorable estilo tex-mex, sino con platillos genuinos. Otros aspectos de la vida mexicana son familiares a través de nuestras películas que participan en festivales y de nuestras canciones. La antigüedad de la cultura de México nos brinda muchos vínculos con la India pese a los 180 grados geográficos de distancia que nos separan. Próximamente se presentará una exposición de las pinturas de Rufino Tamayo.

A la India ya llegan vinos, frutas de Chile y maquinaria, químicos y hasta aviones de Brasil. Lo que urge es la presencia de empresarios mexicanos con sus promociones. Los numerosos hombres de negocios indios que llegan cada vez más a nuestro país demuestran el potencial para nosotros.

Los asuntos económicos, culturales y de intercambios de especialistas y técnicos son sólo una parte de una relación bilateral. Los temas medulares de la visita del Secretario de Relaciones Exteriores de México fueron los de índole político en el complicado escenario internacional.

México e India coinciden en que las tensiones mundiales de hoy se aborden multilateralmente. Promover condiciones de progreso justo para las mayorías pobres requiere una acción concertada. India tiene interés en los trabajos del grupo que México preside para la reforma del sistema de Naciones Unidas para hacer más efectiva y benéfica la acción colectiva de sus casi 200 países miembros.

La historia tiene sus ciclos. Asia se ha convertido ahora en el foco decisivo para la paz y la seguridad del mundo entero. América Latina está más presente. México goza de especial estima en la India por identificarse muchos años con un interés por promover el mejoramiento de los países en desarrollo. Hoy día esas alianzas se necesitan. Se retoman en esquemas actualizados que juntos podemos proponer en los foros internacionales de negociación comercial y en los de acción geopolítica donde India y México son jugadores de consideración. Hay conciencia de esto en los ámbitos de Gobierno y en las salas de consejos de las empresas de los dos países.

Los horizontes están abiertos y nos invitan a rebasarlos con nuestra acción imaginativa.

Nueva Delhi, 21 de agosto 2004

juliofaesler@hotmail.com

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