En Querétaro, más luces que sombras Lamentable desde todos los puntos de vista, la limitada presencia del sector central, especialmente de Hacienda, al arranque de los trabajos de las mesas sobre temas específicos. Más luces que sombras, en opinión de los más, arrojó la primera ronda de la Convención Nacional Hacendaria que el pasado fin de semana, en Querétaro, abrió el inédito debate a nivel federal de la temática relativa a ingreso y gasto público, patrimonio, deuda y rendición de cuentas.
Entre las primeras, de manera destacada, el clima de diálogo que alentó la casi totalidad de los representantes gubernamentales asistentes -desde el presidente Vicente Fox Quesada a los ediles- y, entre las segundas, el lamentable espectáculo ofrecido por legisladores que confundieron la reunión con un concurso de simpatía y otras “capacidades” para socializar y hacer amigos.
Positiva, insistamos, la disposición para “escuchar las opiniones y propuestas de otros” y para avanzar en la construcción de consensos que caracterizó el discurso y las actitudes de la mayoría de los participantes representantes del Ejecutivo federal, estatal o municipal que, ciertamente, contrastó con la de la representación del Legislativo que, en lo que muchos estimaron constituyó una intención de evidenciar una inexistente invasión de competencias, pretendió dejar en claro que sean cuales sean los acuerdos producto del esfuerzo, estarán condicionados a “pasar la aduana”, representada por ellos.
Lamentable, por otra parte, la notoria ausencia de la representación del Ejecutivo federal -sólo el ex gobernador Fernando Elizondo y el coordinador de Políticas Públicas, Eduardo Sojo Garza-Aldape, permanecieron de principio a fin en el evento- al arranque, el segundo día, de las mesas de trabajo sobre temas específicos. Muy especialmente, diría alguno de los gobernadores asistentes, de los hombres del sector hacendario -los subsecretarios Carlos Hurtado de Egresos, Rubén Aguirre Pangburn de Ingresos y Alonso García Tamez del ramo- que se pensó harían acto de presencia en las mismas para escuchar el diagnóstico sobre la problemática a abordar y, de alguna manera, se involucrarían en sus primeras discusiones.
Digno de llamar la atención, también, la reiterada petición de los participantes en las plenarias de evitar incurrir en la tentación de “partidizar” el debate y su llamado a cancelar protagonismos y lucimientos, en aras de aprovechar la inédita oportunidad -el último antecedente de reuniones similares fueron las convenciones fiscales convocadas, en su tiempo, por los presidentes Plutarco Elías Calles, Emilio Portes Gil y Miguel Alemán Valdez- para avanzar en el diseño de propuestas que favorezcan un cambio de fondo en lo que a la política hacendaria se refiere.
Más luces y sombras pues, al margen opiniones, que alientan la esperanza de que concluido el trabajo de las mesas especializadas, puedan éstas elevar a la consideración del pleno de la Convención primero y luego del reacio Legislativo, propuesta de reforma en materia de potestades tributarias y de gasto, por ejemplo, que favorezcan el fortalecimiento de las finanzas públicas y el impulso de políticas que abonen a la modernidad del aparato público sí, pero sobre todo, que favorezcan un mejor y más equitativo desarrollo nacional en todos los ámbitos.
Habrá que esperar, es cierto, a conocer los resultados del trabajo realizado por los asistentes al primer cónclave de la “Cumbre Hacendaria” para, a la luz de ésta, impulsar acciones orientadas a fortalecer la propuesta original de acción y la búsqueda de los objetivos establecidos en la convocatoria original o proceder a su inmediato replanteamiento. Hoy, sin embargo, es factible afirmar que el primer paso fue dado ya y que éste constituyó un avance en la dirección correcta.
Esperemos...
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A nadie escapó, por cierto, la destacada y al mismo tiempo discreta participación que en esta primera jornada de la Convención, tuvieron personajes -todos ellos de filiación priista, por cierto- a quienes, si bien se les reconoce como especialistas en los temas a tratar en la misma, pocos esperaban encontrar en los pasillos de la hermosa ex hacienda queretana a: José Luis Romero Hicks, ex del Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext) y miembro del “círculo íntimo” del foxismo; José Luis Flores, ex titular de Finanzas de Puebla y del Banco Nacional de Obras Públicas (Banobras) y Jorge Chávez Presa, presidente de la Comisión de Hacienda de la Cámara en la pasada Legislatura federal.
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En sólo cuatro horas, el pasado viernes, el hispano Banco Bilbao Vizcaya-Argentaria, que lidera Francisco González, concretó el aumento de capital por dos mil millones de euros que, como parte de la operación orientada a hacerse de 40.6 por ciento de las acciones del BBVA-Bancomer, que aún no posee, aprobó su consejo un día antes.
De mantenerse tal ritmo, el operativo para controlar 100 por ciento de la institución del capital del grupo que aquí preside Ricardo Guajardo Touché y dirige Jaime Guardiola Romojaro, podría concluir este mismo mes.
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Conjuntamente con la Organización de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), por cierto, el también mayoritariamente español grupo financiero Santander-Serfin, que aquí encabeza Marcos Martínez Gavica, puso en marcha la campaña “Todos los niños a la escuela” y, a través del programa “Quítate un peso de encima...”, por el que invita a sus clientes a donar un peso en cada retiro realizado en efectivo, anunció haber recaudado ya los primeros 2.5 millones de pesos.
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