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SAN FRANCISCO, EU.- Barry Bonds no podía encontrar las palabras para describir su más reciente incursión en la historia del beisbol.
Quizás los números son más elocuentes. Tras batear su jonrón 700 de por vida, Bonds ingresó a un exclusivo club, donde sólo hay otros dos miembros legendarios, los mayores jonroneros de la historia.
Bonds conectó un vuelacercas en el tercer inning del juego que San Francisco ganó por 4-1 a los Padres de San Diego. Los Gigantes se apuntaron su sexto triunfo consecutivo en el primer encuentro de su última serie de partidos como locales.
Mediante un garrotazo entre izquierdo y central, que puso la pelota a 392 pies del plato, Bonds se convirtió en el primer pelotero que llega a 700 vuelacercas en 31 años. Se unió a Babe Ruth y Hank Aaron, como el único artillero que alcanza esa cifra.
"Es simplemente increíble", dijo Bonds. "Uno no puede expresar con palabras el sentimiento por figurar en cierto nivel con esos dos grandes bateadores. Es como soñar despierto. Algo increíble, fuera de la realidad".
El cuadrangular 42 de Bonds en la temporada representó un paso más en la marcha del carabinero de 40 años hacia la marca de Ruth, de 714 bambinazos, que alguna vez se consideró imbatible, pero que fue superada por los 755 maderazos de Aaron.
A Bonds no parece haberle quitado vigor la edad, ni las sospechas sobre consumo de esteroides, ni el pánico que le han mostrado los serpentineros y estrategas contrarios, quienes le han regalado con frecuencia pasaportes intencionales.
Pese a estar inscrito entre las leyendas, Bonds acaricia aún el sueño de añadir un título de la Serie Mundial a su lista de logros. Esta victoria mantuvo a los Gigantes (83-65) medio juego arriba de los Cachorros de Chicago (81-64), en la disputa del boleto de comodín para la postemporada, en la Liga Nacional.
"Todavía me queda algo de tiempo, y es realmente difícil concebir que he bateado 700 jonrones y que todavía puedo jugar y contribuir", señaló el toletero. "Simplemente no quiero ser conformista, ni dejar que esto me distraiga. Por ahora, debo concentrarme en completar mi carrera y en quizás regresar a la Serie Mundial".
Cuando Bonds pisaba la intermedia, los aficionados y directivos de los Gigantes desataron una fiesta que incluyó pirotecnia y un mensaje de felicitación en la pizarra electrónica del estadio. Bonds apuntó al cielo cuando cruzó el plato y tuvo que salir nuevamente al terreno, para agradecer a los espectadores, que lo ovacionaban de pie.
Gracias al triunfo, San Francisco mantuvo también la presión sobre los Dodgers, que tienen una ventaja de dos duelos y medio en la División Oeste. San Diego, el tercer lugar, perdió otra oportunidad de ganar terreno, y cayó a seis partidos y medio de Los Ángeles.
El novato Noah Lowry (5-0) lanzó sólidamente durante seis entradas y dos tercios, para permanecer invicto en las mayores. Sin embargo, Bonds se llevó la noche en el parque de San Francisco.
Bonds conectó sólo un jonrón durante la gira reciente de los Gigantes, de ocho duelos, para llegar a 699 en Arizona. En casa hizo sonar rápido el madero: En vez de ocasionar que la pelota acuatizara en la Bahía McCovey, donde numerosos aficionados la esperaban a bordo de sus embarcaciones, Bonds bateó al jardín contrario, al encontrar un slider de Jake Peavy con cuenta de 0-1.
"Trataré de concentrarme en dormir y en evitar pesadillas sobre esto", dijo Bonds.
