La oposición estima que en las máquinas de votación se esconden pruebas de "fraude" del pasado referendo.
19 de agosto 2004.
Caracas, (EFE).- Los observadores internacionales pondrán fin a su labor en Venezuela tras la nueva auditoría iniciada hoy al sistema de votación del referendo que ratificó al presidente Hugo Chávez, y cuyo resultado es fruto de un fraude, según la oposición.
El Centro Carter (CC) de EU lamentó que la coalición opositora Coordinadora Democrática haya renunciado a asistir a la auditoría que ella misma solicitó, y que es la segunda que se realiza tras el cierre de la votación automatizada del pasado domingo.
La Coordinadora decidió no asistir a la auditoría porque, según dijo su dirigente Timoteo Zambrano, no contempla "la autopsia" a las máquinas de votación, donde estima se esconden pruebas del "fraude".
La auditoría prevé, sin embargo, la revisión de las máquinas de votación, y no sólo de los votos físicos que los electores depositaron en urnas, y que también son inspeccionadas, junto a las actas donde están impresos los resultados.
En un segundo boletín de resultados parciales, el CNE dio ayer a Chávez el triunfo con el 59.06 por ciento de los votos, frente a 40,94 por ciento de la oposición, lo que ha sido avalado por los observadores internacionales.
Edgardo Rey, representante en la auditoría de la Organización de Estados Americanos (OEA), dijo que ésta será la actividad final de los observadores en Venezuela y que la inasistencia opositora en ella no le quita legitimidad a la revisión.
El ministro de Exteriores, Jesús Pérez, confirmó desde Brasilia que la gestión de la OEA y el Centro Carter "ha terminado" con el referendo, realizado "con democracia y en democracia".
Jennifer McCoy, representante del CC, indicó a su vez que la auditoría permitirá tener una "percepción más acertada" del funcionamiento del sistema de votación, y que "si se detecta algo significativo" serviría de base para iniciar un proceso judicial.
El líder de la Coordinadora, Enrique Mendoza, dijo ayer que no llevarán el caso a jueces ni a ningún otro poder venezolano, porque "están bajo secuestro (del Ejecutivo) en estos momentos", subrayó.
Pese a ser parte de la Coordinadora, el partido Un Solo Pueblo hizo coincidir el inicio de la auditoría con la presentación de una denuncia por supuesto fraude contra el Consejo Nacional Electoral (CNE), formalizada ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).
Casi a la misma hora, el TSJ declaró inadmisible un recurso privado interpuesto la víspera por dos abogados contra el referendo.
El juzgado de Sustanciación de la Sala Electoral del TSJ no lo aceptó porque "el recurso contencioso debe estar dirigido contra el acto conclusivo del referendo, el cual no es el presente caso ya que el CNE no ha proclamado los resultados definitivos", argumentó.
En un primer informe sobre la auditoría, la rectora suplente del CNE Tibisay Lucena informó de que en las primeras cuatro horas fue revisado un 15 por ciento de las 150 mesas escogidas aleatoriamente.
"No hemos sacado ni una sola papeleta que indique una irregularidad; por el contrario, hemos encontrado lo que esperábamos: que todo se desenvolvió con absoluto rigor", subrayó.
Sobre la denuncia de que las máquinas fueron programadas para que la opción por el "SI" a la revocación de Chávez no registrara más adeptos luego de un determinado número, Edgardo Castro, otro representante de la OEA, dijo no haber visto "ningún tope por ahora" que le hiciera sospechar de alguna incorrección.
"Identifiqué, por ejemplo, 47 mesas con exactamente el mismo resultado, pero eso no me dice nada, porque por probabilidad estadística es bien posible que eso ocurra en 22 mil mesas", agregó.
El asunto es seguido casi que al minuto por la prensa venezolana, que fue requerida por la presidenta del Consejo Nacional de Derechos del Niño y Adolescente (CNDNA), Anahí Arizmendi, a "coadyuvar en un clima de convivencia democrática que garantice la salud mental (...), ya afectada por dos años de conflictividad política".
Denunció un "constante irrespeto al derecho constitucional a una información adecuada al desarrollo de los niños", incluso con "llamados a acciones que podrían alterar el orden público".
Mientras la Iglesia católica se plegó a la tesis de la oposición, la Coalición Cristiana, de orientación evangélica, pidió se reconozca el triunfo de Chávez e hizo votos por la convivencia política pacífica, y opinaron que la oposición está "cegada".