Pidieron prestado para pagar 500 pesos del viaje; incómodos y sin baños, los camiones utilizados
Ataviados de pies a cabeza con cobijas y ropa apropiada para el frío que fluía en cada rincón de la Plaza IV Centenario, ex braceros de distintas partes del estado se preparaban para emprender el camino rumbo a la Ciudad de México, donde, según manifiestan, esperan recuperar lo que por mucho tiempo les ha sido retenido.
Junto a ellos, viudas e hijas de algunos ex braceros que ya fallecieron antes de gozar del añorado beneficio de su trabajo esperan con ansia la partida; saben que sus esperanzas están sembradas en este viaje, esperan que sus reclamos sean escuchados. Sin embargo, las contrariedades se hacen presentes en los preparativos.
CONTRARIEDADES
De nueve autobuses que se encontraban listos para ser abordados, algunos no contaban con baño; los organizadores argumentaban que durante el trayecto viajarían en caravana y que en cada municipio se pararían por las necesidades que se pudieran presentar entre ellos.
Otros antes de abordar algún autobús tenían que pagar su tarifa de viaje; con 500 pesos estarían listos para trasladarse hasta la Ciudad de México con los alimentos incluidos. Además, contarían con servicios médicos y cuidado de sus coordinadores.
Sin embargo, un médico y una enfermera sabían que era insuficiente para atender a las más de 800 personas que viajarían provenientes de municipios de Canatlán, Vicente Guerrero, San Juan del Río, Nombre de Dios, Súchil, Guadalupe Victoria, Cuencamé, entre otros; empero, los coordinadores del movimiento aseguraban que partiría de La Laguna una caravana más, con un médico y una enfermera que se sumarían al viaje.
Aunque con servicios médicos y medicinas que atenderían cualquier incidencia durante el recorrido, los coordinadores advertían que si alguno de los ex braceros sufría una enfermedad que requiriera mayor atención optarían por dejarlo en el pueblo en que se encuentren, por su seguridad.
Conforme avanza el tiempo en la Plaza IV Centenario, los ex braceros se van acomodando en los lugares de los autobuses; entre ellos es notable la esperanza que guardan de los recuerdos de aquellos años cuando por ganarse algunos dólares se sumaron al programa Bracero, para así partir rumbo a Estados Unidos.
PIDEN PRESTADO
Agapito Oniván Hernández, de 74 años de edad, es uno más de los ex braceros que trabajaron en los tiempos en que EU afrontaba la Segunda Guerra Mundial. Su estancia en el vecino país del norte fue del 23 de septiembre de 1953 al 21 de enero de 1954, en Arizona; no puede aguantar más tiempo para que sean resueltos los reclamos de los ex jornaleros, sabe que es una lucha contra el tiempo.
Pidió dinero prestado entre sus vecinos y amigos para alcanzar la tarifa requerida para poder realizar este viaje; sabe que si recibe algún beneficio por su trabajo en la Unión Americana saldará algunas deudas que tiene, ya que su condición ya no le permite trabajar; sus hijos ahora son los que lo mantienen junto a su esposa, por lo que guarda la esperanza de obtener algún ?dinerito?, como él lo llama.
De este viaje espera que se cumplan sus demandas como las de sus compañeros; quiere darse cuenta de si es cierto lo que les han dicho los coordinadores del Comité Pro Defensa del ex Bracero en Durango: ?la Secretaría de Hacienda, el Congreso de la Unión y la Secretaría de Gobernación ya aceptaron el pago de la indemnización; sólo falta que se pongan de acuerdo en la cantidad, la fecha y como será desembolsado el dinero?, señala.
Mario Silva Franco, coordinador del Comité Pro Defensa del ex Bracero, asegura que las expectativas de juntar más de 800 ex braceros se cumplirán; espera la participación de compañeros de otros lugares, incluyendo La Laguna.
Sólo se observan nueve camiones alrededor de la Plaza IV Centenario; sin embargo, manifiesta que están a la espera de dos más, ya que conforme avanza el tiempo se están registrando más personas con ganas de partir a la Secretaría de Gobernación y Congreso de la Unión para presionarlos para que den respuesta y les hagan efectivo el adeudo por la prestación de sus servicios como jornaleros agrícolas en Estados Unidos.
Será un movimiento pacífico y en conjunto con los demás comités del país esperan que para enero del próximo año se efectúe un primer pago, manifiesta.
Menciona que algunos se han acercado con la intención de sumarse al viaje, pero no pudieron recabar los 500 pesos de tarifa para tener derecho al pasaje redondo; sin embargo, asegura que han sido integrados para que nadie quede excluido.
Llenos de esperanzas parten de la Plaza IV Centenario; de acuerdo con el plan del recorrido, esperan llegar a la Ciudad de México alrededor de las ocho de la mañana, para encontrarse listos con distintas caravanas del país en la Secretaría de Gobernación.
Será un recorrido de aproximadamente 32 horas, por lo que esperan retornar a la ciudad de Durango mañana aproximadamente a las ocho de la mañana; por ello esperan que sus demandas sean cumplidas y las condiciones no se tornen adversas con los adultos mayores que viajan en busca de lo que ellos dicen que les corresponde.
RECORRIDO
De acuerdo con informes del coordinador del Comité Pro Defensa del ex Bracero, Mario Silva Franco, al llegar la caravana a la Ciudad de México, se trasladarán directamente a la Secretaría de Gobernación (Segob) donde se reunirán con otras comitivas de distintas partes del país.
Harán escuchar sus demandas, ya que asegura que serán recibidos por autoridades de la Segob, por lo que esperan que el movimiento haga eco entre los funcionarios ahí presentes.
Posteriormente se dirigirá toda la caravana rumbo a la Cámara de Diputados, donde, a decir de Silva Franco, serán recibidos por la comisión especial para dar seguimiento al programa de los ex braceros.
Al término de este movimiento en el Palacio de San Lázaro, el coordinador mencionó que se dirigirán a la Basílica de Guadalupe donde los adultos mayores pretenden dar gracias por haberles permitido, de acuerdo con su condición, realizar este viaje, para después retornar a la ciudad de Durango.