Las declaraciones del Alcalde de Matamoros, Coahuila, en torno a la falta de control que impera en la venta de bebidas alcohólicas en dicha población, son lamentables. Lo anterior ante la denuncia que hacen regidores de oposición que aseguran que existe un completo abandono en ese rubro, que llega al extremo de que la totalidad de las patentes o permisos se encuentran vencidos.
El Reglamento de Alcoholes del Municipio limita la vigencia de los permisos al término de un año de calendario y es fecha que ninguno de tales permisos ha sido renovado, por lo que hace al ejercicio de 2004. Al descuido que esto supone y que implica una falta de aplicación a las tareas más simples de operación, el Alcalde agrega pretendidas justificaciones que resultan inadmisibles.
En efecto, el Señor Felipe Medina Cervantes aduce que la responsabilidad al respecto no sólo le incumbe a él sino al Ayuntamiento en pleno, lo que desde luego no lo excusa de su propio incumplimiento y con mayor razón si los regidores se lo reclaman. Tampoco es excusa válida para el Presidente Municipal, cuando aduce que otras violaciones al Reglamento de Alcoholes que reclaman los regidores, son herencia de administraciones recientes.
No hay duda de que en todo Municipio el principal responsable de la administración pública es el Alcalde, como titular de las facultades ejecutivas de Gobierno y jefe de la línea burocrática. Las increíbles excusas del Edil no son admisibles y revelan un subdesarrollo político y administrativo que es menester superar, para enfrentar el crecimiento explosivo que depara a dicha población el futuro inmediato.
