27 de enero de 2004.
Ciudad del Vaticano, (Notimex).- El Papa Juan Pablo II llamó hoy a Estados Unidos a trabajar por el aumento de la cooperación y la solidaridad mundial al servicio de la paz, al recibir al vicepresidente de ese país americano, Richard B. Cheney.
"La paz es la más profunda aspiración de todos los hombres y las mujeres", destacó el pontífice. "El pueblo estadounidense siempre ha amado los valores fundamentales de libertad, justicia y equidad", subrayó el Papa.
En un mundo marcado por guerras, injusticias y divisiones "la familia humana necesita promover estos valores en su búsqueda de unidad, paz y respeto para la dignidad de todos", dijo.
Cheney y el Papa conversaron en privado por unos 14 minutos en la biblioteca pontificia del Palacio Apostólico. Tras la reunión privada entraron a la biblioteca la esposa y la hija de Cheney, Lynne y Liz, vestidas de negro rigoroso y con el velo en la cabeza, como establece el protocolo vaticano.
Juan Pablo II, quien apareció en buenas condiciones de salud, leyó en su totalidad su breve discurso en inglés y saludó de mano a toda la delegación que acompañaba al vicepresidente estadounidense, compuesta por unas 20 personas.
"En un mundo marcado por el conflicto, por la injusticia y la división, los aliento a ustedes y a sus ciudadanos a trabajar en su patria y en el extranjero por el crecimiento de la cooperación y la solidaridad internacional", insistió Karol Wojtyla.
El portavoz del Vaticano, Joaquín Navarro Valls, informó en un comunicado que el Papa y su huésped conversaron en privado sobre la situación internacional, el proceso de paz en Tierra Santa e Irak.
Además, "hablaron sobre los problemas morales y religiosos de los estados, especialmente en lo relativo a la promoción y defensa de la vida, la familia, de la solidaridad y de la libertad".
Cheney regaló al Papa una pequeña palma de cristal con una incisión, mientras Juan Pablo II le entregó varias medallas vaticanas de plata.
Tras su encuentro con el Pontífice, el vicepresidente estadounidense se entrevistó por unos 40 minutos con el secretario de Estrado del Vaticano, Angelo Sodano.
Cheney es el político estadounidense de mayor rango que ha recibido Juan Pablo II desde la guerra de Irak, cuando las relaciones entre El Vaticano y Estados Unidos llegaron a su punto más bajo.
El Papa puso en marcha una decidida campaña diplomática contra la guerra y envió al cardenal Pio Laghi como emisario a Washington para buscar conjurar el conflicto.
Tras su encuentro con el Papa, Cheney visitó a las tropas estadounidenses estacionadas en las bases de Aviano y Ederle, al norte de Italia, y por la tarde tenía previsto retornar a su país.