ROMA, (Reuters) - Un vendedora ambulante y madre de dos niños escaló el Coliseo de Roma y dijo que seguiría allí hasta que las autoridades le otorgaran un permiso de ventas.
Bomberos, policías, turistas y amigos contemplaron durante horas a la ansiosa Rosa Ganbiano, de 34 años, mientras caminaba a lo largo de un muro de piedras de unos 25 metros de alto.
El Coliseo, donde en una época las muchedumbres romanas se divirtieron con las luchas de gladiadores, es la ruina arqueológica más visitada en Italia. Según cálculos, unos tres millones de turistas acuden al lugar cada año.
Los vendedores, que ofrecen pinturas y otros objetos turísticos, alegan que han trabajado en los alrededores del anfiteatro durante años, pero que el gobierno no les ha conferido una licencia de ventas.