EFE
JARTUM, SUDAN.- El presidente sudanés Omar el Bashir ha ordenado a los jefes tribales de Dafur que creen fuerzas de seguridad destinadas a desarmar a los milicianos árabes que han sido acusados de matar a 30 mil personas en esa zona durante 18 meses de conflicto.
La decisión, anunciada tras dos días de conversaciones aquí entre funcionarios sudaneses y jefes tribales de Dafur, coincidió con los intensos esfuerzos internacionales y regionales destinados a poner fin a la crisis de la región, que ha desplazado a más de un millón de africanos negros de sus hogares y ha dejado unos 2.2 millones más dependientes de ayuda alimentaria y de otros tipos.
Ayer, el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas dijo que había llegado a un acuerdo con los rebeldes para que permitiesen el paso de camiones con abastecimientos de emergencia para los habitantes de zonas bajo su control.
Este acuerdo siguió a la llegada el miércoles del primer embarque de camiones de abastecimiento a Libia para los refugiados de Dafur.
Las Naciones Unidas describen el conflicto de Dafur como la peor crisis humanitaria del momento, en tanto que la Unión Europea, los Estados Unidos y los grupos humanitarios acusan al gobierno de El Bashir de respaldar a los milicianos árabes, conocidos como los Yanyawid, con vehículos, helicópteros y aviones. Los funcionarios sudaneses rechazan tal acusación.
El Congreso de Estados Unidos y algunos grupos humanitarios también acusan al Gobierno sudanés de genocidio, cargos que también rechazan el Gobierno sudanés y la liga árabe.
Los problemas de Dafur surgen de las prolongadas tensiones entre las tribus nómadas árabes y sus vecinos africanos negros, derivadas de disputas por el control del agua, cada vez más escasa, y las tierras laborables.
En febrero de 2003, dos grupos rebeldes africanos se levantaron en armas contra lo que calificaron de tratamiento injusto por parte del gobierno en su lucha contra los sudaneses árabes.
Desde entonces, el Yanyawid ha incendiado aldeas y ha dado muerte a millares de africanos negros, al tiempo que, con sus actos de violencia, ha obligado a millares más a escapar de sus hogares.