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Intenta Bush frenar escándalo militar

Asegura el Presidente de EU que su Gobierno no es comparable al de Saddam.

EL SIGLO DE TORREÓN

AGENCIAS

WASHINGTON, EU.- El presidente estadounidense George W. Bush intentó aminorar ayer, en una intervención televisada, la indignación suscitada en la comunidad internacional por la revelación de los abusos infligidos por militares estadounidenses a presos iraquíes, a un día de un nuevo escándalo, al salir a la luz pública un video emitido en Francia en donde se muestra cómo soldados estadounidenses rematan en el suelo a un hombre desarmado.

Los abusos, las humillaciones y las torturas de prisioneros iraquíes a manos de soldados de Estados Unidos (EU) son prácticas “odiosas” y sus autores, que “no representan a América”, “serán castigados”, aseguró Bush.

A diferencia de lo que sí hicieron altos jefes militares e incluso su consejera de Seguridad, Condoleezza Rice, Bush no pidió perdón; lamentó “profundamente” lo ocurrido y reconoció que se han cometido errores. El escándalo obligó al Presidente a conceder entrevistas a dos cadenas árabes de televisión -una de ellas, patrocinada por EU- en un esfuerzo desesperado y en el que participa todo el Gobierno para tratar de controlar el enorme daño internacional y nacional sufrido por el país, su Gobierno y sus Fuerzas Armadas.

Una de las entrevistas fue con Al Arabiya, la emisora basada en los Emiratos Árabes Unidos. La otra fue con Al Hurra, la nueva cadena en lengua árabe basada en el Estado de Virginia y organizada por EU para tratar de contrarrestar la influencia de Al Yazzera, con la que Bush no habló porque el Gobierno estadounidense considera que contribuye a inflamar la retórica antiamericana y antioccidental en el mundo árabe.

En ambas entrevistas el Presidente utilizó razonamientos comunes e incluso expresiones exactas, como la calificación de “odioso” o “abominable”. El entrevistador de Al Hurra empezó preguntando al Mandatario por su reacción ante el escándalo y hace notar que las fotos de las humillaciones y torturas proceden de una de las cárceles en las que el régimen de Saddam Hussein ejercía sus horrores.

“Primero, los iraquíes deben entender” -respondió un Bush serio, con la bandera a su derecha- “que considero estas prácticas odiosas. Tienen que entender también que lo que ha ocurrido en esa cárcel no representa a la América que yo conozco. La América que yo conozco es un país compasivo que cree en la libertad, que se preocupa de cada persona y que ha enviado tropas a Irak para promover la libertad, ciudadanos buenos y honorables que están ayudando a los iraquíes diariamente”.

Al periodista de Al Arabiya, que trasladó al Presidente la reacción de los árabes, Bush le dijo: “Nosotros no toleramos este tipo de abusos. Y son más que acusaciones, son auténticos abusos. Hemos visto las fotos. Habrá una investigación a fondo”. Para que no hubiera dudas, Bush lo repitió a Al Hurra con todo énfasis: “Habrá una investigación completa y se hará justicia”.

El Presidente norteamericano quiso también comparar su voluntad de conocer las cosas con lo que ocurría en el antiguo régimen iraquí: “Somos una sociedad abierta. Vamos a investigar, a investigar completamente, este caso, lo que ocurrió en esa cárcel. Eso supone un contraste radical con lo que era la vida bajo Saddam Hussein. Sus entrenados torturadores jamás comparecieron ante los tribunales. Nunca hubo investigaciones sobre los malos tratos que sufrió la gente”.

Cuando el entrevistador de Al Hurra le preguntó a Bush sobre Rumsfeld, el Presidente le contestó que había vuelto a hablar con él ayer por la mañana: “Le he dicho que descubra la verdad y que después, la cuente a los iraquíes y al mundo”.

¿Espera el Presidente dimisiones, confía aún en su secretario de Defensa? La respuesta fue poco tranquilizadora para el jefe del Pentágono, o quizá hubo ironía o mala elección de las palabras, porque Bush se limitó a decir que aún tiene “alguna confianza” en Rumsfeld.

Ofrecen disculpas

Por su parte el jefe del Pentágono pidió ayer perdón a los iraquíes que sufrieron abusos a manos de soldados estadounidenses en la prisión de Abu Ghraib.

“Cualquier estadounidense que vea las fotos que hemos visto tiene que sentir que ha de pedir perdón a los iraquíes que han sido vejados”, dijo Rumsfeld en el programa “Good Morning America” de la cadena televisiva ABC.

Además dejó abierta la posibilidad de que se paguen compensaciones a los iraquíes que fueron objeto de abusos.

Mientras que la consejera de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Condoleezza Rice, también participó en la ofensiva mediática estadounidense, con una entrevista con la cadena en árabe Al Arabiya, basada en Qatar.

Rice empleó un tono de disculpa, al asegurar que “lamentamos lo que ocurrió a esa gente y lo que deben estar sintiendo sus familias. No está bien”.

“Evidentemente, la gente tiene que ser encarcelada si ha hecho algo malo, pero deben ser tratados con dignidad”, aseguró la asesora de Bush, quien también prometió que “llegaremos al final” en la investigación de los abusos y torturas.

Crímenes de guerra

Una nueva evidencia de los crímenes cometidos por los soldados norteamericanos en Irak, salió el martes por la noche a la luz pública en un video transmitido por la cadena francesa Canal Plus, que no aclaró cómo las había conseguido, pero puntualizó que ya habían sido difundidas en enero por la cadena norteamericana ABC “sin que entonces tuvieran repercusión”.

Tres hombres fueron abatidos en un lugar no determinado de Irak, el pasado primero de diciembre de 2003, por los disparos lanzados desde un helicóptero estadounidense cuando ninguno de los tres parecía en actitud de combatir.

El tercero de ellos, herido, fue rematado a sangre fría mientras trataba de refugiarse bajo un vehículo.

La grabación muestra un vehículo todoterreno que se detiene junto a un camión, que parece esperarle en un lugar descampado. En la imagen no se ve, pero una voz en off asegura que los dos vehículos se encuentran a poca distancia de un punto de control del Ejército norteamericano. “Tengo dos sospechosos”, advierte la tripulación. El que parece ser el oficial les dice que esperen a ver lo que van a hacer.

La siguiente escena muestra a un hombre que sale desde el todoterreno y corre bastantes metros a campo abierto, transportando una especie de tubo grueso, que finalmente arroja al suelo. Una vez hecho, se vuelve hacia la zona donde estaban los vehículos. La tripulación del helicóptero les vigila. Poco después, uno de los sospechosos se mueve otra vez y la cámara del helicóptero descubre un tractor, del que desciende un tercer hombre.

Tirador: ¿Pero qué hacen estos tipos? (se pregunta).

Oficial: ¿Están armados?

Tirador: Sí... (no se escucha con claridad). Tengo el reglaje automático sobre él.

Oficial: ¡Dispare!

El primer hombre, que lleva los brazos colgando y a quien en ningún momento se ve en posición de combate, queda desintegrado por los primeros tiros. El segundo intenta ocultarse detrás del tractor y el oficial ordena que le disparen: segundos después, el sospechoso queda igualmente desintegrado por los disparos de la ametralladora pesada.

La tripulación busca desde el helicóptero al tercero, que intenta ocultarse bajo el camión.

En ese momento:

Tirador: Tengo al tío justo aquí.

Oficial: Bien. ¡Fuego!

(Por un instante, se ve al iraquí arrastrándose por tierra. El tirador comenta que parece herido. Tripulación y oficial se comunican rápidamente, pero no se entiende bien).

Oficial: ¡Dispare sobre el camión y sobre él!

El video termina con los momentos en que el helicóptero rastrea visualmente el terreno para asegurarse que en tierra ya no se mueve nada. En las comunicaciones entre tripulación y oficial se escucha que todo ha terminado.

En ningún momento de las escenas se había observado acto amenazador alguno por parte de los iraquíes hacia el helicóptero: ni gestos, ni exhibición de armas. Toda la escena se desarrolla en un campo raso, sin otra posibilidad de esconderse que los vehículos en los que intentaron parapetarse antes de ser abatidos, uno tras otro.

Piden compensación

Las familias de 12 civiles iraquíes fallecidos a manos del Ejército británico tras la ocupación acudieron ayer a los tribunales del Reino Unido para reclamar compensaciones por su muerte y una investigación independiente.

El Ejército rechazó su responsabilidad en estos casos el pasado 29 de marzo, aunque ha aceptado otorgar “pequeñas cantidades caritativas” a algunos de los damnificados.

Los abogados de las familias defienden la tesis de que se debe aplicar la Convención Europea de Derechos Humanos en Irak porque el Reino Unido es potencia ocupante.

El caso ha sido planteado por Abogados por el Interés Público, un despacho de Birmingham que en su día se enfrentó al Gobierno británico a propósito de la legalidad de la guerra de Irak y que ha defendido los intereses de varios soldados gurkas nepalíes en un largo litigio contra el ministerio de Defensa, al que acusan de discriminarles económicamente.

Phil Shiner, que presentó ayer en la High Court el pliego de cargos en nombre de 12 familias iraquíes, aseguró que las denuncias pueden elevarse pronto a 17.

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