MEXICO DF, (Reuters).-Unas 200 personas de un barrio rural del sur de la Ciudad de México amarraron a una mujer al asta de la bandera de la plaza local y la golpearon en varias ocasiones para castigarla por un presunto robo, sin permitir la entrada de la policía, dijo la radio local.
Juana Moncayo, de 37 años, fue acusada por el pueblo de Santa Rosa Xochiac del robo a dos establecimientos de la comunidad. Los pobladores la ataron de pies y manos y la golpeaban repetidamente en la cara para obligarla a denunciar a sus cómplices.
Moncayo, quien dijo haber estado en la cárcel durante dos años y medio y que salió libre hace casi un mes, aseguró entre sollozos que era inocente.
En México es común en algunas comunidades que los pobladores hagan justicia por su propia mano, según lo que decida el pueblo en conjunto y sin dar parte a las autoridades.
"A la señora que tienen amarrada, la agarraron con las manos en la masa, robando... Nos unimos para que no haiga (haya) delincuencia, nosotros queremos en este pueblo que sea tranquilo, que no haiga (haya) nada de esas cosas", dijo una de las habitantes del pueblo a la radio, quien no fue identificada.
La policía de la Ciudad de México, encargada de la seguridad en la zona, permanecía en el lugar dialogando con los habitantes para que les permitieran pasar a la plaza y llevar a la mujer ante las autoridades. Sin embargo, el pueblo se negaba.
"Vamos a tratar de dialogar para bajar los ánimos de las personas. Quieren lincharla, (pero) primero la van a torturar para que diga quiénes son sus cómplices", dijo el policía Roberto Juárez a la radioemisora Formato 21.
Agentes judiciales también llegaron al lugar e iniciaron los interrogatorios para llevar a cabo una investigación formal sobre el supuesto robo.
Según la residente de Santa Rosa Xochiac entrevistada en la radio, en el pueblo es común que los ladrones sean linchados y que anteriormente a un hombre acusado de robo "lo bañaron, lo colgaron y se lo llevaron casi moribundo".
En un caso similar ocurrido en el 2001, cuando un hombre murió a golpes en el barrio rural de Magdalena Petlataco de la capital mexicana, el gobierno local no condenó el linchamiento por considerar que esa práctica es una costumbre popular.
Algunos consideran que los linchamientos -que además de en los pueblos se han dado en contra de asaltantes de autobuses en la conflictiva capital- son la respuesta de la ciudadanía a un fallido sistema de seguridad y de impartir justicia.
En la Ciudad de México se denuncian casi 500 delitos diariamente, aunque se estima que ese es apenas el 20 por ciento del total cometido y que la población no los denuncia por temor a represalias o por desconfianza en la policía, que arrastra la imagen de ineficiente y corrupta.