AP
PRISTINA, Serbia-Montenegro.- La OTAN envió ayer refuerzos a Kosovo luego que un resurgimiento de la violencia entre serbios y albaneses dejó 22 muertos y centenares de heridos.
Varias viviendas serbias fueron incendiadas ayer en la aldea de Obilic, situada al oeste de la capital provincial de Pristina, por lo que la policía de la ONU y los soldados de la OTAN tuvieron que evacuar a decenas de serbios.
En otras partes de Serbia, los nacionalistas incendiaron mezquitas y cantaron la consigna “carnicería, que mueran todos” los albano-kosovares.
“Los serbios de aquí son asesinados en sus casas”, dijo el padre Sava, de la Iglesia serbio-ortodoxa, en una conversación telefónica desde Obilic. Agregó que por lo menos 15 viviendas de serbios han sido incendiadas y los periodistas presenciaron el incendio de algunas viviendas. La agencia noticiosa oficial Beta dijo en Belgrado que “varios” serbios fueron heridos, pero no muertos. La OTAN restó importancia a la posibilidad de que sea reanudado el conflicto militar, por considerar que la alianza atlántica y Estados Unidos están decididas a mantener la paz y aplacar las tensiones.
“No creo que exista la posibilidad de una guerra. Haremos lo que sea necesario para restaurar y mantener la Ley y el orden”, dijo ayer la vocera de la OTAN Jamie Shea.
Los serbios consideran Kosovo la cuna de su antigua patria. Los albano-kosovares desean independizarse de Serbia-Montenegro. El odio entre ambas comunidades degenera con frecuencia en violencia.
Todas las muertes ocurrieron el miércoles en enfrentamientos armados, desórdenes y luchas callejeras. Las pruebas de la violencia siguen patentes: el humo se elevaba de las viviendas serbias incendiadas en la aldea de Kosovo Polje y los restos de automóviles calcinados se veían por doquier en las calles de Pristina.
Los enfrentamientos comenzaron en la dividida ciudad de Kosovska Mitrovica después que los albano-kosovares culparan a los serbios por la muerte de dos niños que se ahogaron, comenzando los desórdenes en venganza.
En otras partes de la provincia regentada por la ONU también hubo brotes de violencia, incluyendo varios enclaves en los que los serbios lograron establecerse después de la guerra.
Unidades de la OTAN y de la policía rumana recurrieron a los gases lacrimógenos, balas de goma y granadas de aturdimiento para impedir que los albano-kosovares cruzaran un puente que separa su zona de la parte serbia de la ciudad, donde se había reunido otra turba.
