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TEHERÁN, IRÁN.- Los reformistas y los conservadores iraníes se enfrentaron ayer en un duelo de mensajes disidentes y discursos patrióticos, durante elecciones parlamentarias boicoteadas por unos y promovidas por otros.
Los resultados definitivos, que no se conocerán hasta hoy sábado, podrían determinar la credibilidad del movimiento reformista y su deseo de que la teocracia todopoderosa que domina el país sea más responsable ante el público y los funcionarios electos.
Los reformistas, indignados por la prohibición de más de dos 400 candidatos, confiaban en que una abstención generalizada implicase una victoria moral para su bando y una humillación para la jefatura intransigente apenas una semana después del 25 aniversario de la revolución islámica.
Los reformistas, carentes de acceso a los principales medios de prensa, se concentraron en enviar mensajes electrónicos y telefónicos a millones de electores.
“No participes en el sepelio de la libertad”, decía uno de ellos.
Los conservadores, en cambio, hicieron numerosas exhortaciones al sufragio en los programas de la radio y la televisión estatal.
Un funcionario electoral dijo que unos dos millones de los 6.4 millones de electores de Teherán habrían votado en la consulta, según la agencia estatal noticiosa IRNA. Ello implicaría poco más del 31 por ciento del total. En las elecciones parlamentarias de hace cuatro años, la participación fue del 42 por ciento.
El líder supremo de Irán, ayatola Alí Jamenei, dijo que el boicot organizado por los reformistas no hará cambiar de idea a quienes desean votar, en tanto el Presidente reformista pidió al pueblo que acepte el resultado “cualquiera que sea”.
Se espera que el resultado restablezca el control de los sectores de línea dura en el parlamento de 290 escaños. Lo único que falta determinar es cuántos votos se emitirán.
Los reformistas han pedido un boicot en masa luego que la teocracia conservadora prohibió la postulación de más de dos mil 400 candidatos. En la lista negra figuran políticos que han exigido al clero musulmán que ceda parte de sus poderes casi ilimitados.
Jamenei, la principal autoridad política y religiosa del país, votó una media hora después que abrieron las urnas, a las 8:00 de la mañana (hora local). La votación se realizó en decenas de miles de sitios, incluyendo mezquitas, puestos de avanzada en el medio del desierto para nómadas, y cementerios.
Partidarios del boicot usaron el correo electrónico, sitios en la Internet y mensajes escritos en teléfonos celulares para pedir a los votantes que no sufraguen. El principal sitio en la Internet del grupo reformista Frente de Participación Islámica apareció bloqueado por filtros impuestos por el estado.
Los conservadores respondieron usando todos los medios de comunicación a su disposición: cobertura por radio y televisión las 24 horas del día donde ciudadanos y dirigentes llamaban a votar. En una mezquita del centro de Teherán, se propalaron por los altavoces pedidos para que los habitantes acudieran a las urnas.
Los reformistas ganaron hace cuatro años por amplio margen y obtuvieron la mayoría en el parlamento. Pero todos los intentos de cambios significativos han sido bloqueados por los clérigos encabezados por Jamenei.