EL SIGLO DE TORREÓN
Gómez Palacio, Dgo.- Un operador de trailer se dirigía a su casa cuando fue interceptado por elementos de la Dirección de Protección Ciudadana. Lo sometieron a revisión por una supuesta falta administrativa, le tomaron su cartera, despojándolo de 700 pesos. Al ingresar a la cárcel, nadie lo certificó clínicamente.
Miguel Ángel Castro Serrato, de 30 años, vecino de la calle Iglesia de Listra 281, en el fraccionamiento San Alberto, acudió a las oficinas de la Secretaría de Protección Ciudadana y Vialidad, para denunciar lo que consideró un abuso de autoridad.
En la oficina de Asuntos Internos fue atendido por su titular, José Villegas Hernández y se abrió un expediente para iniciar las investigaciones en torno al caso.
Momentos antes de ser atendido por el funcionario municipal, Miguel Ángel indicó que fue detenido cerca de las 3:00 horas, cuando se desplazaba en su auto, un Datsun 78, color blanco, con vidrios polarizados y placas de circulación.
Los agentes de la unidad F-202 marcaron el alto al conductor argumentando una queja en su contra por orinar en la vía pública. Al descender del auto, el hombre tuvo que darle la espalda a los uniformados y uno de ellos tomó la cartera, situación que es penada en el reglamento interno.
Después, sin mayor explicación que un golpe en la cara, Miguel Ángel fue trasladado a los módulos de detención, donde pasó el resto de la noche tras las rejas, y al recuperar su libertad mediante el pago de una multa, acudió a interponer la citada queja.
El afectado busca la devolución de su dinero y un llamado de atención para los elementos que incurrieron en la conducta irregular, aprovechando su posición como servidores públicos, que se escudan tras un uniforme y una placa.
Falta de atención
Miguel Ángel Castro Serrato, de 30 años, prefirió interponer denuncia penal. En la oficina de Asuntos Internos de la Secretaría de Protección y Vialidad lo citaron este lunes seis de septiembre a las 12:00 horas. Pasaron 45 minutos y el encargado del área no apareció. Miguel Ángel se iba a carear con los agentes que la madrugada del sábado lo despojaron de su dinero y lo remitieron a la cárcel, a parecer injustificadamente.
Abordado afuera del edificio de la citada dependencia municipal, Miguel Ángel estaba molesto por lo que consideró una informalidad de parte del funcionario que lo citó. Primero pensaba que pudo surgir algún inconveniente, después casi aseguraba que no lo iban a atender para proteger a los uniformados.
El afectado tenía la intención de llegar a un buen arreglo, que le devolvieran sus pertenencias y que los agentes aprehensores recibieran una sanción. Ahora prefirió actuar por la vía legal. La descortesía le sembró desconfianza. Está pendiente la solución.