La UE reclama mayor apertura del mercado sudamericano para sus empresas de finanzas y Mercosur juzga "frustrante" el acceso ofertado para los productos agrícolas.
21 de julio 2004.
Bruselas, (EFE).- Las diferencias entre los intereses económicos de la Unión Europea (UE) y los países del grupo Mercosur, motivaron hoy la suspensión de la ronda de negociaciones de libre comercio, que preveían desarrollar hasta el viernes.
Mientras que la UE reclama mayor apertura del mercado sudamericano para sus empresas de finanzas, telecomunicaciones o transporte marítimo, Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay) juzga "frustrante" el acceso ofertado por la Unión para su principal baza exportadora: los productos agrícolas.
Las negociaciones se reanudarán la segunda semana de agosto en Brasilia, después de que las autoridades de ambas orillas del Atlántico mantengan contactos de alto nivel que permitan desbloquear el proceso y hacer posible la firma del acuerdo en la fecha convenida, en principio el próximo mes de octubre.
La suspensión de la ronda -que llevó a los negociadores jefe a regresar anticipadamente a sus capitales, pero que no alterará el calendario de los trabajos técnicos de clarificación de ofertas- fue iniciativa de Mercosur.
El director de Negociaciones Internacionales de Brasil, Regis Arslanian, lo atribuyó a la "frustración" en las filas sudamericanas por la pretensión de la Comisión Europea (CE) de introducir de forma progresiva en diez años, y no de manera inmediata, las cuotas de importación a Europa de los llamados "productos sensibles".
Este sistema de cuotas sólo cubriría el 2% de las exportaciones agropecuarias del bloque -el 98% entraría libre de arancel diez años después de la firma-, pero afectaría a los productos más competitivos y, por tanto, más amenazadores para los productores de la UE: carne bovina, pollo, lácteos o etanol de azúcar.
Para estos productos, la CE sólo está dispuesta a crear cuotas de importación específicas para el Mercosur, supeditadas en un 40% a la conclusión de las negociaciones en la Organización Mundial de Comercio (OMC), y de instauración progresiva en diez años.
"La oferta de cuotas es en sí misma insatisfactoria. Pero la idea de aplicarla en diez años, ya es un retroceso inaceptable", subrayó Arslanian, cuyo país ocupa la presidencia de turno del bloque.
Fuentes comunitarias cuestionaron que ésta sea la causa de la suspensión.
"El periodo de diez años es negociable, pero no puede sorprender al Mercosur porque está en la oferta europea desde hace un año", dijo una fuente cercana a la negociación.
A su juicio, la suspensión de las conversaciones responde más bien a la necesidad del bloque sudamericano de "aclarar" en el ámbito doméstico, y particularmente en Brasil, su disposición a responder a las demandas europeas.
La Unión pide al grupo Mercosur una liberalización ambiciosa del comercio de bienes industriales -con la oferta actual, el bloque mantendría el 60% de aranceles hasta diez años después de la firma-.
Además, reclama la reforma de las leyes brasileña o argentina que restringen la entrada de empresas europeas de finanzas y telecomunicaciones; un trato preferente en compras públicas; y acceso a los servicios de cabotaje en transporte marítimo.
El ministro brasileño de Asuntos Exteriores, Celso Amorim, trasladó al comisario europeo de Comercio, Pascal Lamy, el pasado 10 de julio en París, la disposición del Mercosur a hacer "avances" en estos sectores, pero las expectativas no se han satisfecho en esta ronda.
"No es la primera vez que nos prometen flexibilidad en las reuniones ministeriales y luego nos topamos con ofertas rígidas en la mesa de negociación", aseguró una fuente comunitaria.
"Lamy ya precisó a Amorim en París que no puede convencer a los estados de la UE de hacer más concesiones agrícolas, si no hay respuesta del Mercosur a los intereses ofensivos europeos", añadió la misma fuente.
Para desatascar la actual situación en la que las dos partes piden concesiones a la otra antes de hacer movimientos, Lamy prevé mantener "contactos" con los ministros sudamericanos antes de la próxima ronda, prevista para la semana del 9 de agosto en Brasilia.
Las dos partes restaron dramatismo a la interrupción de las conversaciones y al aparente bloqueo técnico en el que queda el proceso.
"Es normal que esto ocurra en el asalto final", señaló una fuente europea cercana a las negociaciones.
Además de un tratado de libre comercio, el acuerdo de asociación UE-Mercosur incluirá capítulos sobre diálogo político y cooperación, cuyo contenido ha sido ya prácticamente acordado.