Reuters
MÉXICO, DF.- El magnate mexicano Carlos Slim se ha puesto su traje de banquero para inyectarle vitaminas a las empresas mexicanas en aprietos, pero asegura que su objetivo no es apoderarse de ellas.
Slim, un hombre de negocios con una fortuna estimada en 14 mil millones de dólares, tiene un imperio de negocios que se dedica a vender desde neumáticos o cigarrillos hasta construir plataformas petroleras.
En 2003, en una fiebre de adquisiciones, el barbado empresario salió con el carrito de compras y gastó cientos de millones de dólares en varias compañías latinoamericanas.
Quizás por eso cuando el mercado y los analistas financieros ven al Grupo Financiero Inbursa de Slim acercarse a una empresa, especulan con que el magnate podría comprarla.
Pero él asegura que sólo se trata de negocios financieros y que la "función usual de un banquero completo, no solamente es prestar a intereses y cobrar comisiones por los servicios sino también hacer el papel de la banca de inversión", dijo Slim en una entrevista.
En las últimas semanas, los especialistas sospechaban que Slim compraría a ICA, la mayor constructora de México, y al conglomerado mexicano Desc, ambos en aprietos financieros y en medio de un proceso de aumento de capital asistido por Inbursa.
"En los últimos meses hemos hecho (negocios financieros) con Grupo México, con ICA y ahora estamos haciendo con Desc en el grupo financiero. Es una operación totalmente financiera.
Anteriormente lo hemos hecho con CIE (Corporación Interamericana de Entretenimiento), con Televisa, con TV Azteca", dijo el empresario.
Las empresas mencionadas forman parte de la crema y nata del mundo corporativo de México.
En el caso de ICA, la operación de Inbursa le habría permitido a Slim aumentar su participación accionaria en ella, de acuerdo con analistas, pero el magnate lo niega.
"Para ICA inclusive se ha reducido la participación accionaria de Inbursa. Es un negocio financiero totalmente", sostuvo.
Slim además cuenta entre sus activos con el conglomerado Grupo Carso, los restaurantes Sanborns, pastelerías, tiendas de discos, la minorista de computadoras estadounidense CompUsa, el financiero Grupo Inbursa, entre otras y un gran número de participaciones en empresas mexicanas y estadounidenses.
Sus negocios facturan 30 mil millones de dólares al año. Pero, a pesar de que apenas ha comenzado a digerir todas sus compras, Slim sigue con apetito de adquisiciones en el mercado latinoamericano.
Esta semana, la española Telefónica Móviles se convirtió en una amenaza para la dominación de Slim en la telefonía celular de la región, cuando anunció un acuerdo por cinco mil 850 millones de dólares para comprar los activos inalámbricos en Latinoamérica de la estadounidense BellSouth.