Europa promete ayudar a la nación árabe pero exige que no se aplique la pena de muerte.
EL SIGLO DE TORREÓN / AGENCIAS
BAGDAD, IRAK.- “Irak tiene una espada muy filosa preparada para cualquiera que amenace la seguridad del país”, aseguró ayer el presidente interino Ghazi al Yawar en una franca amenaza contra los grupos insurgentes del país.
La nación árabe vive diariamente al filo de la navaja, azotada por los atentados insurgentes, las luchas de poder religiosas y la oleada de secuestros. Durante el pasado mes rebeldes locales y extranjeros lanzaron una mortífera campaña de ataques, con el fin de frenar la trasferencia de poder en el país, en los que murieron decenas de soldados estadounidenses y cientos de civiles iraquíes.
“El terrorismo no es sólo matar y detonar bombas; el que amenaza la vida cotidiana de la gente es un terrorista”, dijo al Yawar a la prensa.
Al Yawar, que se reunía con el ministro de Defensa Hazem Shaalan y el general de la Guardia Nacional Muther al Rashardi, dijo que los 160 mil efectivos de la coalición al mando de Estados Unidos debían permanecer en el país para combatir a los insurgentes, pero que los grupos violentos no debían usarlo como pretexto para continuar sus ataques.
“Los que dicen que resisten la ocupación, la ocupación ha terminado”, dijo. “Queremos decir a quien quiera amenazar la seguridad de este país, ‘basta’. Yo digo ‘basta’, deténgase”.
Al Rashardi dijo que la guardia nacional ha dividido Bagdad en ocho sectores para facilitar el control.
“Tenemos grandes planes para hacer un seguimiento”, dijo Shaalan. “Estamos preparados para sacrificarnos por nuestro pueblo”.
Al Yawar, un sunita prominente cuyo puesto es en gran medida protocolar, dijo que el Gobierno pensaba anunciar próximamente una amnistía para algunos insurgentes.
Al Yawar pidió a los insurgentes que acepten la amnistía y depongan las armas.
“Esta es vuestra última oportunidad, caso contrario vendrá la espada”, dijo.
Las demandas de la UE
Las declaraciones coincidieron con la petición de la Unión Europea al Gobierno interino iraquí para abolir la pena de muerte implantada a fines del mes pasado luego del traspaso de poderes.
El pedido fue trasmitido al canciller iraquí, Hoshyar Zebari, informó ayer el ministro de Exteriores de Holanda y presidente de turno del Consejo europeo, Bernard Bot.
“Primero lo hablamos entre nosotros. Nuestra política no cambió y así se lo expresamos a nuestro colega. El mensaje es muy claro y esperamos haberle convencido”, dijo Bot a la prensa.
El Gobierno interino iraquí implantó la pena capital pocas horas después del traspaso de poderes del 28 de junio último y la semana pasada anunció una nueva Ley de Seguridad que le permite imponer el estado de sitio y la Ley marcial en regiones del país.
Zebari admitió ayer que la cuestión es “muy delicada porque los países de la UE han abolido la pena de muerte” y sostuvo que la pena capital fue instaurada en Irak sólo con carácter transitorio debido a los “tremendos problemas de seguridad” que afronta.
Durante la reunión de ayer Europa prometió su apoyo con medidas concretas para que Irak acabe siendo un Estado “seguro, estable, unificado, próspero y democrático”.
Los 25 ministros de Exteriores europeos señalaron en sus conclusiones que desean lanzar el diálogo con las autoridades iraquíes para conocer con detalle cuáles pueden ser los aspectos políticos, técnicos, humanitarios y económicos en los que puede desarrollarse esa ayuda de la Unión, que prevé el envío de una misión exploratoria, si las condiciones de seguridad lo permiten, o incluso el establecimiento de una representación permanente en Irak.
El drama del rapto a extranjeros
Las horas trancurren y el destino de cuatro extranjeros en Irak es incierto, las autoridades siguen sin conocerse la suerte de los camioneros secuestrados en Irak, uno de ellos de nacionalidad filipina, dos búlgaros y un egipcio, amenazados de muerte por sus captores.
Los secuestradores del filipino Angelo de la Cruz, de 46 años, prolongaron el ultimátum dado al Gobierno de Manila para que retire a sus tropas de Irak hasta mañana por la noche.
El grupo, que ha amenazado con ejecutar al rehén si Filipinas no cumple su exigencias, ha fijado el 20 de julio como fecha límite para la salida de Irak de las tropas filipinas.
La radio iraquí, por su parte, informó ayer de la llegada de varios familiares del ciudadano filipino, a la capital jordana, desde donde se trasladarán a Bagdad para intentar conseguir la liberación del secuestrado. Hasta la fecha, tres trabajadores filipinos han muerto en Irak en diversos ataques.
Mientras tanto, el plazo dado por otro grupo de la resistencia, conocido como “Monoteísmo y Guerra Santa”, para ejecutar a dos rehenes búlgaros que mantienen en su poder expiró el sábado pasado por la mañana.
Estos exigían la liberación de todos los presos iraquíes que permanecen en manos del Ejército norteamericano, cuya cifra se estima entre cuatro mil y cinco mil.
Según el Gobierno de Sofía, Ivailo Kepov y Georgy Lazov continúan con vida, de acuerdo a datos recogidos por sus servicios diplomáticos en Irak.
Similar preocupación existe por la suerte de otro camionero, éste de nacionalidad egipcia, por cuya libertad sus secuestradores, lejos de motivaciones políticas, exigen un millón de dólares.
La compañía de la que es empleado, de capital saudí, ha ofrecido a los captores 15 mil dólares por su liberación.
El Gobierno iraquí dijo que no se debería permitir que los secuestradores logren recompensas o impidan que los extranjeros trabajen en el país.
“Seguimos pidiendo a los trabajadores extranjeros que vengan a Irak y traten de reconstruir a Irak, pero que también sean muy cuidadosos y cautelosos”, dijo Mowaffaq Abboud, un asesor del ministro de Relaciones Exteriores Hoshiyar Zebari, en conferencia de prensa.
La crisis de los rehenes es uno de los tantos desafíos que enfrenta el nuevo gobierno interino de Irak, que impulsa una política de beneficios y castigos para luchar contra la insurgencia que creció durante la ocupación estadounidense, que duró 14 meses.
Por su parte, el ministro de Exteriores del Gobierno interino iraquí, Hoshyar Zebari, condenó en una rueda de prensa celebrada en Bruselas tras reunirse con sus colegas europeos, el secuestro de el secuestro de inocentes y de trabajadores extranjeros en Irak.