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Islam, terrorismo y la mujer

Patricio de la Fuente

La gran ventaja que tiene el terrorismo es el factor sorpresa. Son fuerzas

paramilitares, que simulan ser ciudadanos comunes. Su objetivo es la igualdad social. La lucha de clases es su principal bandera. También tenemos a los independentistas, que pretenden recuperar

tierras ancestrales y a aquellos que declaran una guerra santa. ¿Quién tiene la razón?

Henríquez Lambert,

Santiago, Chile

A partir de los atentados del 11 de septiembre de 2001, en el mundo entero se ha venido gestando una idea errónea sobre el Oriente Medio, sus usos y costumbres y los posibles vínculos entre los terroristas y el Islam. Aquellos que habitan en Occidente –muy en especial ésos apostados en Nueva York, por obvias razones- han comenzado a mostrar una notable desconfianza y temor generalizado hacia todo lo que tenga un tufo islámico y ello ha traído consigo consecuencias que a continuación buscaremos resaltar: privación de la libertad y el tránsito, abusos en cuanto a derechos humanos se refiere, aunado a dejos de un silencioso racismo que está basado en el miedo o terror oculto. Ya en anteriores ocasiones habíamos mencionado que el terrorismo como tal es un nuevo tipo de guerra donde el enemigo se oculta bajo las sombras de un fundamentalismo peligroso dada la renuencia al diálogo sumado a interpretaciones religiosas mal enfocadas. Son los medios de comunicación masivos norteamericanos los que han logrado lo que el poderío político norteamericano no consiguió: la consecución del dominio mundial para Estados Unidos. Los musulmanes preguntan: ahora que los medios de comunicación occidentales han ayudado a conquistar el comunismo, ¿Quién será el siguiente adversario? No resulta difícil adivinarlo: el Islam. Todas las religiones tradicionales y a sean budistas, hindúes, musulmanes o cristianas, fomentan la piedad, la contemplación y el misticismo. La violenta embestida en gran escala de los medios de comunicación constituye un grito obsceno en favor del ruido, el materialismo, el consumismo y la broma pesada. Los seductores anuncios, las glamorosas estrellas, todo ello ahoga los pensamientos de piedad y austeridad. El Islam continúa siendo marginado y degradado. En una cobertura de 100 horas de CNN o alguna otra cadena de televisión, el Islam quizá cuente con diez minutos de proyección, la cual consistirá en imágenes de musulmanes que queman libros o expresan su ira en una muchedumbre amenazadora. Lo que deseo subrayar aquí es el concepto de los medios de comunicación como poderío, como afirmación de superioridad cultural, como extensión de los argumentos políticos, ciertamente, como el jugador principal.

“¿Por qué razón se malentiende y vilipendia tanto a una religión que defiende la bondad, la pulcritud, la tolerancia, el aprendizaje y la piedad? Muchas de las posiciones aceptadas en la actualidad en el Occidente, como lo indeseable del cigarrillo, las drogas y el alcoholismo y el fomento de la vida familiar, han sido defendidas siempre por el Islam”.

-Brown

Lo triste del caso es que existen miles de víctimas que nada han hecho, que están libres de culpa y por diversas razones de índole político están pagando las consecuencias. Cuando el discurso bélico del actual Presidente de Estados Unidos toma forma, también lo hicieron a la par múltiples detenciones de personas que únicamente por sus características físicas o creencias inmediatamente vienen a convertirse en “non gratos” o sospechosos frente a una nación (Estados Unidos) que se presta de ser el país más democrático y libre del mundo cuando en términos prácticos no lo es. Ahora la queja o clamor generalizado es que una administración paranoica como la de Bush puede hacer mucho daño al orden mundial y agrandar las ya de por sí tremendas diferencias ideológicas entre ambos sistemas; o mejor dicho maneras de concebir la existencia.

“El mundo islámico de hoy está prisionero”, escribe Salman Rushdie, pero no de los occidentales sino de los musulmanes que están luchando por mantener cerrado un mundo que sólo unos pocos están tratando de abrir y la mayoría permanece en silencio”.

Eso no dice nada sobre cualquier violencia intrínseca. Obviamente, la mayoría de los musulmanes son gente pacífica que vive dentro de las reglas del comportamiento civilizado. Pero la violencia real, el derramamiento de sangre contra casi todo tipo de civilización no musulmana, desde la hindú hasta los animistas de África, es un fenómeno que requiere atención. Lo que subyace en la mayoría de las quejas islámicas individuales es la sensación de que el Islam ha perdido su lugar hegemónico, el que tenía hace mil años. Las alusiones del segundo de Osama bin Laden, Ayman Zawahiri a la pérdida de Andalucía (en la España medieval) refuerzan el mensaje de venganza y redención de Bin Laden.

“Es muy difícil luchar contra lo que uno ha creado. La globalización económica, tan candente hoy en día, no es sino la punta del iceberg de la globalización de todas las estructuras de la sociedad actual, tanto la oriental como la occidental, independientemente de posibles interpretaciones de dichas culturas. Tristemente, el terrorismo a escala local, regional e internacional es el hijo bastardo de la globalización”.

Javier, Hondarribia, España

¿Pero qué es en esencia el terrorismo? Los norteamericanos opinan que no hay una definición universal aceptada de terrorismo internacional sin embargo existe cierta tesis usada ampliamente en los círculos gubernamentales de los Estados Unidos e incorporada a la Ley define al “terrorismo internacional” como aquel que involucra a los ciudadanos o propiedades de más de un país.

El terrorismo es definido habitualmente como violencia motivada políticamente, perpetrada contra objetivos no combatientes por grupos subnacionales o agentes clandestinos. Un “grupo terrorista” es definido como un grupo que practica el terrorismo o que tenga subgrupos significativos que lo practiquen. Una deficiencia potencial de esta definición tradicional es su enfoque en grupos o en miembros de grupo y la exclusión de actividades terroristas individuales (organización no grupal), las cuales han crecido recientemente en frecuencia y visibilidad. Otra posible debilidad de estas definiciones estándares es el criterio de violencia en una forma tradicional. Los analistas señalan los incidentes de sabotaje con “virus” de computadora y advierten que los actos terroristas podrían incluir formas más sofisticadas de destrucción y extorsión, tales como la inhabilitación de una infraestructura nacional, penetrando programas vitales de computadora. Finalmente, el atentado del 12 de octubre de 2000 contra el “USS Cole” genera cuestionamientos sobre si la definición estándar catalogaría este ataque como terrorista, ya que el “USS Cole”, una embarcación militar, no calificaría como “no combatiente”. Todas las definiciones actuales de terrorismo comparten un elemento común: conducta motivada políticamente. Tales definiciones no incluyen violencia por beneficios económicos o religiosos. Adicionalmente, el rápido crecimiento de las organizaciones criminales transnacionales y el crecimiento del rango y escala de tales operaciones, pueden bien resultar en el uso de violencia para alcanzar objetivos cuya motivación sea la obtención de beneficios financieros. Por lo tanto, aun cuando hoy la suposición es que todos los actos terroristas están motivados políticamente, algunos actos están motivados por otros factores y el número puede crecer a la luz de la expansión de la actividad criminal internacional y en un número creciente de actos extremistas llevados a cabo en nombre de causas religiosas y culturales. Un nuevo enfoque puede centrarse más en definir los actos terroristas, dando menos énfasis a la motivación detrás de éstos.

Parece que nadie se pone de acuerdo dada la complejidad del tema. En la opinión de un sacerdote conservador cuyas ideas han sido cuestionadas por su grado de daltonismo existe gente en el mundo que alega estar contra el terrorismo, pero su oposición al terrorismo es selectiva. Si el terrorismo lo llevan a cabo sus amigos, pues el terrorismo es justificado. Si el terrorismo lo llevan a cabo sus enemigos, entonces el terrorismo es un método injusto de lucha. Este último es el caso de los enemigos de Israel de todas las nacionalidades, entre ellos son notorios una nueva ola de europeos, norteamericanos, hispanoamericanos, árabes, etc. Éstos, extasiados contemplan con gratitud casi enfermiza cuando civiles israelíes son borrados del mapa sin que tuvieran un segundo para hacer una llamada a sus seres queridos para despedirse.

La mujer...

Durante unas vacaciones en la ciudad de Londres pude constatar cómo la migración islámica hacia países europeos va en crecimiento. Paseando por un conocido parque de dicha ciudad quedaron grabadas en mi memoria escenas de varias mujeres oriundas del mundo árabe que, siguiendo la tradición iban cubiertas por velos y ropas de colores oscuros y ello me hizo detenerme a reflexionar sobre las difíciles condiciones de vida soportadas por dichas personas. Sin embargo la situación de la mujer en los países islámicos está cambiando rápidamente: los hombres pueden tener hasta cuatro mujeres -esto es algo raro en la actualidad pues la mayoría tiene sólo una-. Quiero adivinar que tener cuatro mujeres implica el suficiente dinero para mantenerlas y hoy en día son muy remotos dichos casos.

La tradición dice que un hombre puede disolver el vínculo matrimonial declarando tres veces oralmente que tiene la intención de divorciarse (el repudio), pero la mujer no está en condiciones de hacer lo mismo, a pesar de ello las reformas en algunos países han permitido desde hace poco que la mujer pueda divorciarse bajo ciertas circunstancias, por ejemplo, si el marido se casa con una segunda después de haberse comprometido en el contrato de matrimonio a tener una sola. Hoy muchas jóvenes trabajan, algunas ocupan altos cargos en el Gobierno o tienen sus propias empresas. No existen restricciones para el acceso de la mujer a la vida laboral y profesional, salvo para desempeñar la función de Cadí (Juez).

¿Y dónde quedan los derechos humanos? ¿Quién para los cruentos castigos y horripilantes crímenes que a diario se cometen? ¿Bajo qué normas y preceptos algunos se atreven a dictaminar dónde queda lo moral y lo ético? Estimo que muy a pesar de los avances obtenidos, las adversas condiciones que enfrentan las mujeres árabes propician el que nadie pueda cantar victoria, si bien muchas personas están avocadas a la tarea de equiparar –difícil lograrlo- los derechos y la equidad entre ambos géneros, Pero se están produciendo cambios. Tipificar la violencia contra la mujer como una violación de los derechos humanos ha sido un avance dentro de la Declaración y el Plan de Acción de la II Conferencia Mundial de Derechos Humanos. También es un avance, señaló hace varios años la abogada Gladys Acosta, darle el mismo rango de delito, tanto a la tortura cometida por agentes del Estado, como al sufrimiento de la mujer torturada dentro de las cuatro paredes de su casa. O cuando se empieza a encontrar semejanzas entre la detención arbitraria y el compulsivo encierro doméstico decretado por la autoridad paterna o marital.

Desde 1998, las Naciones Unidas y las organizaciones de mujeres de diversas partes del mundo esperan que estos avances se concreten en compromisos más efectivos tanto de parte de los Gobiernos como de los organismos de derechos humanos. Para ello, llevan a cabo diversas acciones bajo el lema “Una vida sin violencia es un derecho nuestro”, consigna de la Campaña de las Naciones Unidas por los Derechos Humanos de las Mujeres.

Correo electrónico: pato1919@hotmail.com

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