Agencias
CISJORDANIA.- El presidente palestino Yasser Arafat acusó ayer a Israel de querer destruir la Franja de Gaza antes de evacuarla, ante la oleada de operativos israelíes iniciados la víspera en represalia por el más reciente atentado suicida.
“Antes de evacuar Gaza quieren destruirla. Este es un gran crimen”, afirmó Arafat ante la prensa desde su destruida Muqata (cuartel) en la ciudad cisjordana de Ramallah, en el marco de la segunda jornada de represalias israelíes, según la prensa local.
El líder palestino realizó su denuncia ayer, a un día de que el primer ministro israelí Ariel Sharon y su Gabinete de seguridad aprobaron lanzar una ofensiva “sin precedentes” contra los grupos armados palestinos.
La decisión de Israel siguió al más reciente atentado suicida perpetrado el pasado domingo en el puerto de Ashdod, al sur de Tel Aviv, que dejó 11 muertos y unos 20 heridos y que fue reivindicado por Fatah y Hamas (Movimiento de Resistencia Islámica).
“Miren, nadie puede poner de rodillas al pueblo palestino. Este es el pueblo palestino. Nadie puede vencernos”, apuntó el Mandatario que por más de tres años ha permanecido sitiado en su Muqata por órdenes de Israel.
Por su parte, el consejero de Arafat, Nabil Abu Rudeineh, urgió a Israel a abandonar las acciones militares como medio para frenar la violencia, y lo invitó al diálogo.
“Llamamos al Gobierno de Israel a buscar soluciones políticas y lograr un cese al fuego común para terminar el ciclo de violencia”, dijo Rudeineh.
Mientras tanto, cuatro palestinos murieron ayer en dos ataques israelíes con misiles en un campo de refugiados de Gaza.
Las escuelas del densamente poblado distrito de refugiados de Rafah enviaron a los niños a sus casas ante el temor de nuevos ataques aéreos, ya que los helicópteros de combate israelíes sobrevolaban la Franja de Gaza.
Palestinos armados tomaron posiciones, anticipando una escalada en las incursiones israelíes en Gaza, donde viven siete mil 500 israelíes entre 1.3 millones de palestinos.
“Nos preparamos y nos despedimos de nuestras familias. Si vienen habrá una batalla a muerte”, dijo un hombre armado.