EL PAÍS
CISJORDANIA.- El Ejército israelí tomó ayer al asalto no menos de cinco agencias bancarias de Ramallah, las más importantes de la red financiera palestina, en una operación sin precedentes que según un comunicado oficial militar tiene como objetivo investigar, desarticular y vaciar las cuentas que financian y alimentan los grupos radicales palestinos, especialmente Yihad Islámica y Hamas.
En el transcurso de la mencionada operación se produjeron en el centro de Ramallah enfrentamientos entre los soldados y jóvenes palestinos, que se saldaron con una veintena de heridos y diversos detenidos.
Soldados israelíes, en traje de campaña, acompañados por agentes de los servicios secretos del Shin Beth, apoyados a su vez por vehículos blindados, irrumpieron ayer a las diez de la mañana en las principales agencias del Banco El Cairo-Amán, Banco Árabe y Banco Internacional Palestino, de la capital Cisjordania de Ramallah y del barrio adyacente de El Bireh.
A punta de fusil los militares exhibieron a los directivos una orden extendida y firmada por el Comando Central del Ministerio de Defensa en la que se legalizaba y autorizaba la entrada y registro en las citadas sucursales, alegando que buscaban información relativa a la financiación de los grupos terroristas palestinos, por parte de organizaciones extranjeras especialmente de Siria, Irán y de la guerrilla fundamentalista libanesa de Jezbola.
La operación, que cogió por sorpresa a los empleados y a los numerosos clientes a aquella hora de la mañana abarrotaban las agencias, se llevó a término mientras contingentes de las tropas se apostaban en las calles cercanas, interrumpían la circulación y anunciaban por los altavoces a los vecinos la imposición de un toque de queda de carácter indefinido, lo que implicaba la orden tajante de no salir a la calle.
La orden sin embargo fue incumplida por numerosos jóvenes que durante todo el día se dedicaron a acosar a las tropas con piedras, lo que provocó números incidentes que se saldaron con varios heridos y arrestos.
En el interior de las agencias bancarias, los soldados tras bloquear las cámaras de televisión, ordenaron a los clientes y a la mayoría de los empleados desalojar los locales. Sólo un número muy reducido de empleados, directivos y técnicos de informática, fueron retenidos exigiéndoles su colaboración para entrar en el sistema de ordenadores, “chequear” determinadas cuentas corrientes y seguir de manera minuciosa el recorrido de importantes transferencias bancarias.
Los soldados incautaron documentos y cantidades de dinero, que según un mando militar israelí será utilizada para financiar operaciones caritativas.
Los soldados penetraron también en una de las oficinas de la Organización No Gubernamental, Union of Palestinian Medical Relief Comités, que dirige el doctor Mustafa Barghutti uno de los activistas pacifistas más prestigiosos de Cisjordania. Los militares se llevaron también de este local numerosos documentos informáticos así como los libros de contabilidad, según aseguraron portavoces de la organización humanitaria.
Una nota oficial del Ejército aseguraba ayer por la tarde que la operación se enmarcaba en la lucha contra el terrorismo y tenía como objetivo apoderarse de los fondos de diversas organizaciones terroristas, como Yihad Islámica y Hamas y vaciar asimismo las cuentas de aquellas organizaciones e individuos que hubieran recibido fondos de grupos radicales del exterior, especialmente procedentes de Irán, Siria y Jezbola, en Líbano.
Un portavoz del Ejército afirmaba que la operación podría acabar a lo largo de la madrugada.
La mencionada operación provocó la ira de las autoridades palestinas, especialmente del primer ministro palestino Ahmed Korei, que calificó a la acción del Ejército como constitutiva de un comportamiento “mafioso”. A pesar de la espectacularidad y la trascendencia financiera de la operación la cúpula de la Autoridad Nacional Palestina mantuvo ayer por la tarde la reunión del Consejo Revolucionario de Al Fatah, la principal plataforma del partido gubernamental, que se reúne por primera vez desde que se iniciara hace tres años la Intifada.
El mando supremo de Al Fatah, presidido por Yasser Arafat, tendrá como principal objetivo intentar cohesionar la organización, intentar frenar la oleada de deserciones y tratar de meter en vereda a las milicias de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, que junto con Hamas y Yihad Islámica, son los principales responsables de los ataques suicidas en Israel.