“El deber de una oposición es muy sencillo: oponerse a todo y no proponer nada”.
Edward Stanley
La brigada de los ayatolas culturales se ha lanzado nuevamente al ataque. Su propósito, como tantas veces en el pasado, es impedir la realización de una inversión que pudiera crear empleos. En esta ocasión el grupo se ha enrollado en la bandera de la defensa de las pirámides de Teotihuacan.
La banda de los ayatolas culturales se opone ahora a la construcción, por parte de la empresa Wal-Mart, de una Bodega Aurrerá en Teotihuacan. Ha creado para ello un Frente Cívico en Defensa del Valle de Teotihuacan, el cual está formado por activistas que en su mayoría vienen de otros lugares del país y que tienen el apoyo de importantes activistas políticos, como Gerardo Fernández Noroña, secretario de movimientos sociales del PRD, quien aparece en casi cualquier movilización política en cualquier lugar del país.
Este fin de semana los ayatolas se sentían ya seguros de su triunfo. Tres miembros de su banda habían empezado una huelga de hambre y el Gobierno del estado de México, con el ánimo de evitar un conflicto, anunció que intervendría para detener la construcción y buscar un predio alternativo. Esto obligaría, sin embargo, a que el Gobierno mexiquense utilizara recursos de los contribuyentes para indemnizar a la empresa por lo que ya ha construido y para pagar una mudanza del proyecto con el solo propósito de satisfacer las demandas de los ayatolas. Además, como Wal-Mart cuenta con todos los permisos de Ley para su proyecto, habría primero que convencer a la empresa de moverlo a un predio nuevo.
No sorprende que este pasado domingo tres de octubre un contingente de habitantes del lugar se haya enfrentado a la banda de fuereños con la idea de defender la inversión. La razón es muy clara: el proyecto generará empleos y mejorará la distribución de productos de consumo en el pueblo de Teotihuacan.
El problema con los ayatolas es que no muestran ningún interés en permitir la actividad económica o la generación de empleos. Esto lo han demostrado una y otra vez. Como ellos ya tienen empleos, pagados la mayoría de las veces por los contribuyentes, piensan que nadie más tiene derecho a ellos.
La historia de las movilizaciones contra proyectos de inversión por razones supuestamente culturales es muy larga, pero en su última etapa se inicia en 1996 con el movimiento en contra de la construcción de un club de golf con una zona residencial, un hotel y un centro de investigación en Tepoztlán, Morelos. Los grupos que se oponían a este desarrollo, el cual incluía una fuerte inversión en la mejora del sistema de drenaje y de recolección de agua del municipio, lograron detener las obras de manera definitiva. El daño para Tepoztlán ha sido enorme, no sólo por los empleos y la infraestructura que no se generaron, sino porque se han inhibido también otras inversiones en la zona.
En 1997 la gran causa de los ayatolas fue la lucha contra la plaza comercial Cuicuilco en el sur de la ciudad de México. Se acusaba a este proyecto de estar demasiado cerca de las pirámides de esa zona y de generar “contaminación visual”, sin tomar en cuenta la que producía el espantoso edificio de la Escuela Nacional de Antropología mucho más cercano a las pirámides. Al final la plaza sí se terminó y hoy funciona con una afluencia diaria de gente muy superior a la que tuvieron todas las manifestaciones juntas en contra de su construcción. Pero los ayatolas consiguieron que se recortara el número de pisos del hermoso edificio de oficinas diseñado para la plaza por Teodoro González de León, uno de los mejores y más sensibles arquitectos de nuestro país.
En 2003 el gran combate fue por la construcción de un complejo de Comercial Mexicana y Costco en el viejo predio del Casino de la Selva de Cuernavaca. Aquí tampoco pudieron los ayatolas detener el proyecto, aunque los inversionistas crearon un museo, llamado Muros, de enorme belleza física y que hoy alberga la importante colección de arte mexicano de Jacques y Natasha Gelman.
Habrá que ver cuál es el resultado de la lucha de los ayatolas en contra de la Bodega Aurrerá de Teotihuacan. Para bien del país lo ideal sería que la empresa, que ha cumplido con todos los requisitos de Ley, pueda echar a andar su proyecto. México ya no puede seguir siendo rehén de grupos que se oponen a toda inversión y a la generación de empleos.
Día de elecciones
El PRI recupera las capitales de Chiapas y Oaxaca, pero pierde el Congreso chiapaneco. Se registra una fuerte abstención, por lo que los triunfos dependen de la capacidad de los partidos o candidatos para movilizar a sus electores. En Oaxaca cientos de municipios escogen a sus presidentes municipales no por voto libre y secreto sino por usos y costumbres.
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