“Cuando una batalla está perdida, queda la retirada; sólo los que han huido pueden combatir en otra”.
Demóstenes
El golpe de los videos —y particularmente el de René Bejarano— ha sido realmente terrible para el PRD. Por eso el presidente del partido, Leonel Godoy, dijo que el PRD está viviendo la peor crisis desde su creación.
La visión de Bejarano llenando de fajos de dólares un maletín difícilmente desaparecerá de la memoria de los ciudadanos. En este tipo de casos, efectivamente, una imagen vale más que mil palabras. Ni la mejor de las descripciones de cómo se llenó una Cherokee con 640 millones de pesos del sindicato petrolero para transportarlos a las oficinas de campaña del PRI en 2000 será tan poderosa como las imágenes de Bejarano metiendo 45 mil dólares en su maletín.
El impacto que este video ha tenido al interior del PRD se manifiesta en las acusaciones y contraacusaciones que se están lanzando entre sí los perredistas. Así, la diputada Dolores Padierna, esposa de Bejarano, ha acusado a la ex presidenta del partido, Rosario Robles, de ser la verdadera fuente de la filtración de los videos. Otros grupos perredistas opuestos tradicionalmente a Robles han pedido una investigación de la relación de la ex presidenta del partido con el empresario Carlos Ahumada que entregó el dinero a Bejarano. Carlos Imaz, jefe delegacional en Tlalpan, ha reconocido haber recibido entre 500 mil y 600 mil pesos de Ahumada que se usaron en su campaña para las llamadas “brigadas antimapache” y que no fueron registrados en la contabilidad de su campaña electoral. Cuauhtémoc Cárdenas, quien pese a sus negativas sigue siendo el líder moral del partido, ha cuestionado la falta de atención del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador al tema de la honestidad de sus colaboradores.
López Obrador ha tratado de centrar la atención pública en las filtraciones antes que en las faltas mismas y ha responsabilizado de ellas a Carlos Salinas, a la derecha y al Gobierno de Vicente Fox. Quizá la declaración más irresponsable de todas ha sido la de Marcelo Ebrard, el secretario de Seguridad del Distrito Federal, quien dijo que López Obrador podría ser víctima de un atentado como lo fue Luis Donaldo Colosio en 1994 por parte de los grupos que, en una supuesta conspiración, estarían buscando frenar el proyecto político de Andrés Manuel a base de filtraciones.
La acrimonia dentro del PRD está alcanzando niveles de una gran intensidad. La gran pregunta, sin embargo, es qué tanto influirá el escándalo en las perspectivas electorales del partido.
En realidad todavía es muy temprano para saberlo. Las primeras encuestas de opinión señalan que la imagen de honestidad de Andrés Manuel y del PRD ha recibido un severo golpe. Pero el tiempo suele lavar estas heridas. Recordemos que el Pemexgate, a pesar de su mayor gravedad, no afectó el desempeño electoral del PRI en las elecciones de 2003.
Los ciudadanos mexicanos, desafortunadamente, han demostrado siempre una alta tolerancia a la corrupción. Si bien el PRI es señalado en la mayoría de las encuestas como el partido que se percibe como más corrupto, es también el que más elecciones sigue ganando en todo el país.
El PRD tiene un voto duro de cuando menos el 16 por ciento a nivel nacional. Es difícil pensar que ese voto se apartará del PRD pase lo que pase. Los simpatizantes de hueso colorado nunca votarán por el PRI o por el PAN independientemente de las circunstancias o de los candidatos. Sólo un candidato alterno de izquierda podría robarle al PRD ese voto duro, pero de momento no se percibe ninguno.
La gran pregunta es si el PRD podrá en el futuro ir más allá de ese voto duro y atraer los sufragios de los electores no comprometidos con ningún partido: esos que en 2000 le dieron el triunfo a Vicente Fox. López Obrador era la carta fuerte para lograrlo, pero en parte por su imagen de honestidad. Habrá que ver qué tanto de ella sobrevive a los escándalos.
De momento los perredistas no van a dejar de atacarse los unos a los otros; pero, una vez que queden atrás los corajes y las recriminaciones, el partido tendrá que empezar un difícil pero no imposible proceso de reconstrucción. El escándalo de los videos puede quedar atrás sin heridas mortales. Pero para eso es indispensable que se aclare todo el tema de los “donativos” de Carlos Ahumada Kurtz.
El PRI
Roberto Madrazo ofreció el cuatro de marzo, en el aniversario del PRI, palabras de apoyo al PRD y de cuestionamiento a los supuestos ataques del Gobierno a ese partido. El líder priista, que ha pagado caro el Pemexgate, claramente piensa que puede obtener más kilometraje político si se abstiene de patear al caído y se une a las teorías de la conspiración que han surgido de los videos.
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