“Como todos los soñadores, confundí
el desencanto con la verdad”.
Jean-Paul Sartre
Las declaraciones del senador Luis Colosio Fernández el pasado diez de febrero, durante el festejo de lo que habría sido el cumpleaños número 54 de su hijo Luis Donaldo, ha generado una nueva polémica al respecto de la muerte del candidato presidencial priista ocurrida hace ya casi diez años.- “Dicen que los ambientes de campaña no matan, que un contexto no asesina -afirmó el padre del candidato-: eso es cierto en el sentido literal, porque finalmente los asesinatos los cometen las personas... Pero ni duda cabe que Donaldo fue ultimado en un clima profundo de deterioro de sus relaciones con el presidente Salinas... ¿Cómo olvidar esa carta donde Zedillo reportaba que en torno del presidente Salinas existía una influencia muy tenaz para desacreditar la capacidad de Colosio y, a manera de solución, recomendaba un pacto político con el entonces Presidente de la República?”
Sobre estas declaraciones, y sobre las respuestas a los medios del ex presidente Carlos Salinas y de Manuel Camacho, quizá valga la pena señalar hechos que ya se han dicho muchas veces pero que vale la pena recordar.
1. Por supuesto que sí había un deterioro en la relación entre Salinas y el candidato. Colosio estaba molesto con el Presidente porque pensaba que éste había permitido que Camacho cuestionara su candidatura presidencial desde el mismo 28 de noviembre de 1993 en que se hizo pública. El enojo de Colosio se acentuó cuando Salinas nombró, el diez de enero de 1994, a Camacho como comisionado para la paz en Chiapas sin goce de sueldo, lo que presumiblemente lo convertía en un posible candidato sustituto a la Presidencia. Tanto Camacho como Colosio se quejaban de que el otro estaba dificultando su labor.
2. Una reunión entre Camacho y Colosio en marzo pretendió limar las asperezas entre ambos, pero hay versiones discrepantes sobre el resultado de la reunión. Camacho afirma que ambos lograron una alianza, Zedillo ha señalado que Colosio le dijo que Camacho “no tiene remedio”.
3. Salinas y Colosio quedaron de reunirse en Semana Santa para resolver sus diferencias, lo cual reitera que sí había diferencias entre ellos. Pero la reunión ya no se pudo llevar a cabo por el asesinato de Colosio.
4. Diana Laura, la viuda de Colosio, se negó a firmar un documento que le llevó Salinas para liberar a Camacho de las acusaciones de la muerte del candidato. Esto refleja que ella estaba convencida de que las discrepancias entre el candidato, por un lado, y Salinas y Camacho, por el otro, continuaban en el momento de la muerte de su esposo.
5. Es verdad que Colosio estaba preparando un ajuste importante en su equipo de campaña. Todo parece indicar que Zedillo sería reemplazado como coordinador de campaña. Los ahora llamados “colosistas” —José Luis Soberanes Reyes, Guillermo Hopkins y otros más— aborrecían a Zedillo, el coordinador de campaña, y lo boicoteaban abiertamente. Muchos de los ahora denominados “colosistas”, sin embargo, iban también a ser destituidos del equipo de campaña.
6. A pesar de las discrepancias entre Salinas y Colosio, no hay absolutamente ninguna indicación de que el entonces Presidente haya tenido una participación directa o indirecta en el homicidio de Colosio. Los peritajes señalan que Mario Aburto realizó los dos disparos contra Colosio. No hay dudas de que el Aburto de Almoloya es el mismo que hizo los disparos. No hay ninguna indicación de que Aburto haya tenido algún contacto previo con alguien que pudiera haber representado al ex Presidente. No hay indicios de que Aburto o su familia hayan recibido dinero por el homicidio. No hay ninguna indicación de una conspiración que, por su naturaleza, debió haber involucrado a docenas o incluso cientos de personas.
Yo entiendo la necesidad interior de don Luis Colosio de demostrar que su hijo fue muerto por una conspiración de Estado o, más particularmente, por una orden del entonces Presidente. Es muy difícil aceptar que un hijo, que era candidato del PRI a la Presidencia de la República, haya sido muerto por un simple loco solitario. Pero eso es lo que señalan las pruebas en la investigación más profunda que se ha hecho jamás en la historia de la procuración de justicia en nuestro país.
Viudas de Colosio
Todos los años es lo mismo. Los políticos que en vida cuestionaron la honestidad y capacidad de Colosio hoy se convierten en sus viudas y exigen que se aclare el homicidio. En realidad no les interesa que se sepa la verdad. Quieren culpar a Carlos Salinas —independientemente de la falta de pruebas en ese sentido— porque quieren usar la memoria de Colosio para continuar la batalla que en su momento los enfrentó a Colosio.
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