EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

Jaque Mate| Confrontación

Sergio Sarmiento

?No estamos aquí para negociar con ellos sino para confrontarlos?.

David Trimble

Y ya en la decisión de devolver el presupuesto al presidente sin siquiera revisar sus observaciones, los diputados del PRI y del PRD lograron una mayoría de dos terceras partes gracias a que tuvieron el apoyo de los partidos minoritarios: el Partido Verde, el Partido del Trabajo y Convergencia. En otras palabras, en una batalla con el Congreso el presidente perdería de cualquier manera.

Nuevamente el presidente Vicente Fox escogió la confrontación. No me refiero a la decisión, largamente anunciada, de buscar una controversia constitucional para que la Suprema Corte defina si tiene o no el derecho de hacer observaciones al presupuesto: esta aclaración es saludable. El problema es el ánimo de pleito: el acudir una vez más a una transmisión nacional de televisión para cuestionar a los diputados.

La disputa, a mi parecer, se pudo haber arreglado desde hace tiempo. Pero los agravios y desprecios de ambos lados se han venido acumulando. Al final ninguna de las partes está pensando realmente en el bien del país. Cada uno está interesado en defender sus propios intereses y sobre todo, en demostrar superioridad sobre el otro.

Si el presidente pensara realmente que es crucial modificar el presupuesto habría negociado de manera distinta. De nada sirve acudir a la televisión para confrontar a los diputados. Este recurso sólo ha motivado mayor encono.

La Suprema Corte cumplirá en los próximos meses con una de sus funciones más relevantes que tiene. Resolverá una disputa fundamental entre los otros dos poderes del Estado. Es importante que lo haga porque el país no puede darse el lujo de no saber si el presidente puede o no hacer observaciones a un presupuesto aprobado por la Cámara de Diputados. De esta definición dependerán muchas decisiones políticas en el futuro. Y queda muy claro que si los ministros sentencian que tales observaciones no son posibles bajo la actual letra constitucional, los afectados en el futuro podrán ser presidentes del PRI o del PRD ?o de otros partidos? y no sólo del PAN.

En términos prácticos, sin embargo, la decisión de la Corte no afectará el presupuesto para 2005. Aun suponiendo que los ministros le reconozcan al presidente el derecho de hacer observaciones, éstas podrán ser superadas por una votación calificada de los diputados.

Y ya en la decisión de devolver el presupuesto al presidente sin siquiera revisar sus observaciones, los diputados del PRI y del PRD lograron una mayoría de dos terceras partes gracias a que tuvieron el apoyo de los partidos minoritarios: el Partido Verde, el Partido del Trabajo y Convergencia. En otras palabras, en una batalla con el Congreso el presidente perdería de cualquier manera.

No voy a pretender que la Cámara de Diputados se ha comportado como un foro tolerante ante el Ejecutivo. La actitud de los diputados quedó definida cuando el coordinador perredista, Pablo Gómez, le advirtió con soberbia al presidente desde la tribuna que sus opciones eran ?obedecer u obedecer?. Pero no hay duda de que Fox tampoco ha hecho fácil el diálogo. Recurrir a transmisiones nacionales de televisión para cuestionar la integridad de los diputados de oposición no es un paso adecuado para iniciar un diálogo.

La acrimonia es consecuencia del hecho que ni el presidente ni los diputados están pensando en realidad en el presupuesto de 2005. Sus metas están planteadas para un horizonte distinto: para las elecciones presidenciales de 2006. El presidente ha visto en las encuestas que la gente le da la razón en esta disputa: entiende que los mexicanos quieren una Presidencia que tenga capacidad de gobernar y trata de convencer a los mexicanos de que esto es imposible si el Congreso le enmienda la plana constantemente.

Los diputados, a su vez, quieren proyectar una imagen de que ellos sí se preocupan por los mexicanos comunes y corrientes; de ahí su campaña de publicidad en el sentido de que sus modificaciones al gasto propuesto por el presidente le otorgan beneficios concretos a la población.

El pleito ha llegado a un punto tal que vuelve imposible lograr los acuerdos para las reformas que harían más competitivo al país. Es imposible superar una situación en la que el presidente acude a las cámaras de televisión para acusar a los diputados de que no lo dejan gastar el dinero público como él quiere y en la que unos legisladores afirman que el presidente debe ser un monigote que se limite a obedecer las órdenes que reciba del Congreso.

Este absurdo sainete no hará más que subrayar la percepción de millones de mexicanos de que la democracia no ha servido más que para paralizar el país. Y lo peor de todo es que, si bien esta idea es una generalización y por lo tanto no es estrictamente correcta, tampoco está completamente alejada de la realidad.

Plebiscito

Un grupo de amigos se reunieron a comer el domingo. Durante la reunión trataron de votar en la consulta telefónica de López Obrador. Once credenciales de elector fueron rechazadas por tener datos supuestamente inválidos. Otra mujer trató de votar y una grabadora le dijo que ya lo había hecho. ¿Sólo dejaban votar a quienes iban a apoyar al jefe de Gobierno?

Correo electrónico: sergiosarmiento@todito.com

Leer más de EDITORIAL / Siglo plus

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 125375

elsiglo.mx