“Una de las dos Españas
ha de helarte el corazón”.
Antonio Machado
Quizá lo que más sorprende en los mapas de los resultados electorales en los Estados Unidos es la nitidez de la división entre dos regiones. La tinta roja, tradicionalmente representativa del Partido Republicano, cubre virtualmente todos los estados del centro y el sur de la Unión, con la sola excepción de Nuevo México. El noreste, desde Maryland hasta Maine, es sólidamente azul o demócrata; también lo es la costa oeste, desde California hasta el estado de Washington, y un grupo importante de los estados del “medio oeste” que se despliegan en torno a los Grandes Lagos: Michigan, Illinois, Wisconsin y Minnesota.
Estos mapas de los resultados electorales parecen presentarnos a un país dividido dramáticamente en dos naciones. Pero la división de Estados Unidos no es solamente geográfica: la encontramos también en género, raza edad, educación y clase social.
En una elección en la que el presidente George W. Bush se reeligió con el 51 por ciento del voto popular contra el 48 por ciento de su rival John Kerry, las encuestas de salida (en este caso la de CNN) nos revelan que los hombres votaron más por Bush (55 por ciento) mientras que las mujeres se inclinaron, aunque con menor contundencia, por Kerry (51 por ciento). El voto a favor de Bush fue preponderantemente de personas de raza blanca, especialmente hombres (62 por ciento) y algo menos de mujeres (55 por ciento). Los hombres de otras razas se pronunciaron mayoritariamente por Kerry (67 por ciento) y las mujeres todavía más (75 por ciento).
Si algún grupo racial rechazó tajantemente a Bush fue el de los negros. Éstos sólo le dieron el 11 por ciento de su voto al Presidente y en cambio se volcaron en un 88 por ciento a favor de Kerry. Los latinos también apoyaron a Kerry, pero fueron bastante más equilibrados, con un respaldo de sólo el 53 por ciento. Cuarenta y cuatro por ciento de los latinos, de hecho, votaron por Bush.
También en materia de edad hubo grandes diferencias. El 54 por ciento de los jóvenes de 18 a 29 años de edad votaron por Kerry, en tanto que los grupos de más edad le dieron la ventaja a Bush.
Kerry se llevó el voto mayoritario de los grupos con menores ingresos. Los que ganan menos de 15 mil dólares al año votaron en un 63 por ciento a favor del candidato demócrata. En cambio los grupos con mayores ingresos sufragaron crecientemente por Bush. Quienes tienen ingresos superiores a los 200 mil dólares apoyaron en un 63 por ciento al Presidente.
Los miembros de sindicatos respaldaron mayoritariamente a Kerry: 61 por ciento. En cambio, quienes no son miembros de ningún sindicato se inclinaron en un 54 por ciento por Bush.
El Presidente obtuvo el 53 por ciento de los sufragios de quienes carecen de grado universitario. En cambio aquellos que sí lo tienen dividieron su voto 49 a 49 entre los dos candidatos. Ahora bien, los que cuentan con un título de posgrado sí se inclinaron por Kerry, en un 54 por ciento.
El 57 por ciento de las parejas de casados se volcaron por Bush, en tanto que quienes no lo están votaron en un 58 por ciento por Kerry.
No hay duda de que Kerry se llevó el voto homosexual: 77 por ciento de quienes dijeron ser gay, lesbianas o bisexuales. En cambio Bush atrajo el 63 por ciento de los sufragios de quienes tienen un arma en casa.
Quienes votaron por Bush consideraron que los asuntos más importantes del país son el terrorismo, los valores morales y los impuestos. En tanto que quienes sufragaron por Kerry le dieron mayor importancia a la economía y el empleo, los servicios médicos, la educación e Irak.
La característica de Bush que más atrajo a quienes votaron por él fue su fe religiosa seguida por su fuerte liderazgo y su honestidad y confiabilidad. En contraste, quienes apoyaron a Kerry vieron en él a un hombre que traería un cambio, con inteligencia y que se preocupa por la gente.
Lógicamente, quienes votaron por Bush aprobaban en un 85 por ciento la decisión de ir a la guerra contra Irak, mientras que quienes lo hicieron por Kerry la desaprobaban en un 87 por ciento. Entre quienes piensan que el aborto siempre debe ser legal, el 73 por ciento votó por Kerry, pero quienes consideran que siempre debe estar prohibido sufragaron en un 77 por ciento por Bush.
Casi todas estas respuestas son lógicas. Pero lo interesante es que nos ofrecen un panorama tan dividido de los Estados Unidos como el que se pintó en el mapa geográfico. Reflejan a dos naciones distintas en un mismo territorio.
El reality
Muchos vieron el desafuero de René Bejarano como un reality show de nuevo cuño. Hasta en las cantinas se estaba promoviendo esta semana la transmisión. El canal legislativo habrá tenido, me imagino, el mayor rating de su historia.
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