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Jaque mate/El berrinche

Sergio Sarmiento

La toma de la tribuna de la Cámara

de Diputados “es un incidente que

no tiene trascendencia; fue producto

de una imprudencia”.

Pablo Gómez

En esta ocasión los diputados federales del PRD no pueden argumentar que fueron otros legisladores, los de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, quienes rompieron un acuerdo para comportarse con civilidad. Ayer fue el propio coordinador de los diputados del PRD, Pablo Gómez, quien encabezó la toma de la tribuna del Palacio Legislativo para impedir la discusión y la votación sobre la enmienda del artículo 122 de la Constitución. Claramente la bancada del PRD ha decidido oponerse a la reforma no con sus votos sino tomando acciones violentas para interrumpir las sesiones del Congreso. Uno bien puede objetar la enmienda que se está planteando al artículo 122 de la Constitución. Yo lo hago abiertamente. Si lo que realmente se quiere es echar para atrás el injusto subsidio que los contribuyentes de los estados pagan al Distrito Federal, la entidad más rica del país, hay otras formas de hacerlo y de hacerlo bien. La enmienda al artículo 122 de la Constitución, tal y como se está haciendo, no es más que una forma de quitarle recursos a Andrés Manuel López Obrador para que no los pueda usar para promoverse en vísperas de lo que promete ser una de las campañas presidenciales más intensas de la historia del país. Pero el PRD está cometiendo un grave error en regresar a la política del berrinche.

Mucho trabajo le ha costado borrar su imagen de organizador de manifestaciones, plantones de carreteras y bloqueos de pozos petroleros. Ahora, con la segunda toma violenta de la tribuna de la Cámara de Diputados en esta semana, el PRD está lanzando la señal de que cuando las reglas no lo favorecen su solución es violar las reglas.

En los sistemas democráticos la mayoría tiene el derecho de ocupar cargos de Gobierno y de legislar. Puede discutirse todo lo que uno quiera, pueden buscarse los consensos hasta el cansancio, pero a final de cuentas las reglas del juego establecen que quien tiene la mayoría de votos puede y debe tomar las decisiones.

El PRI y el PAN no han hecho más que utilizar esta regla para impulsar la enmienda del artículo 122 de la Constitución. Que lo han hecho con poca elegancia y menor sensibilidad política, es cierto. Pero los perredistas están tomando una decisión muy riesgosa al tratar de detener con violentas tomas de la tribuna de la Cámara de Diputados la discusión y la aprobación de una iniciativa de Ley.

El PRD, por otra parte, no puede quejarse del “mayoriteo” del PAN y del PRI, porque esto es exactamente lo que hace en aquellas entidades en las que tiene mayoría legislativa.

El caso más notable es precisamente el del Distrito Federal. ¿O acaso ya no recuerdan los perredistas su mayoriteo para impedir la entrada en vigor de una verdadera Ley de transparencia en la capital? ¿No se acuerdan tampoco de cómo han usado su mayoría en la Asamblea Legislativa de la capital para impedir que se constituya un consejo de información realmente autónoma? ¿Se ha olvidado del hostigamiento de las únicas consejeras independientes de ese organismo, María Elena Pérez Jaén y Odette Rivas? En una democracia las mayorías tienen el derecho de gobernar y de legislar mientras no violen los derechos de las minorías.

El PRD recibió un voto mayoritario de los ciudadanos de la ciudad de México en las elecciones de 2003 y por lo tanto tiene un mandato para cambiar la legislación e incluso para impedir una transparencia incómoda que pudiera permitirle a la oposición encontrar irregularidades en la operación del Gobierno de López Obrador. Pero ese mismo derecho a legislar lo tienen el PRI y el PAN si al sumar sus esfuerzos logran los votos suficientes en el Congreso de la Unión y en las legislaturas locales para modificar un artículo de la Constitución.

Es lamentable que el PRI y el PAN estén más interesados en cerrarle la llave del gasto a López Obrador, para reducir sus posibilidades electorales en 2006, que en buscar las medidas que enmienden el injusto reparto fiscal de nuestro país. Más triste es ver a un PRD que se vuelca nuevamente a la violencia para no aceptar un voto de mayoría cuando sus mismos legisladores aprovechan toda ocasión para mayoritear a sus rivales en las entidades donde cuentan con mayoría legislativa.

Que nadie se diga inocente en una situación que sólo sirve para recalcar que tenemos demasiados políticos sin educación y muchos más sin sensatez.

Medios independientes

En su discurso de despedida como presidente de la Cámara de la Industria de Radio y Televisión Jorge Mendoza dijo: “No hay democracia donde no hay medios libres; no hay ciudadanos libres donde no hay medios independientes.” Ahí está la clave.

Correo electrónico:

sergiosarmiento@todito.com

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