“Hay un México que muere
y otro que no acaba de nacer”.
Luis González
y González
Recuerdo hace años que se le preguntó a un consultor político estadounidense su opinión sobre un discurso del presidente al que había asistido personalmente: “No lo sé —respondió—: aún no lo he visto en televisión”. Hay mucha razón en este comentario. Las cosas simplemente no se ven igual en presencia física que a través de las pantallas del televisor. Y a pesar de lo que mucha gente piensa, la impresión que realmente cuenta, la que pesa en lo político, la que modifica los resultados electorales, la que transforma la opinión pública, es la que se registra en los medios de comunicación.
Esa tarde-noche del primero de septiembre, había un máximo de mil personas en el recinto principal del Palacio Legislativo. Sin embargo, por lo menos 12 millones de personas vieron el informe por televisión. Estoy convencido de que si los políticos que estuvieron físicamente presentes en la sesión del Congreso del primero de septiembre la hubieran visto por televisión tendrían una opinión muy distinta de lo ocurrido. Las declaraciones que he escuchado de muchos de ellos después del informe me confirman esta opinión. Estos políticos pudieron ver los árboles pero no el bosque. Para empezar, tanto el Presidente de la República como el presidente de la Mesa Directiva de la sesión general de Congreso, Manlio Fabio Beltrones, se equivocaron al medir el grado de disrupción que generaban los legisladores perredistas y priistas que interpelaban, se burlaban o insultaban a Vicente Fox.
Entiendo que esas interpelaciones pueden ser molestas cuando uno está leyendo un discurso en la tribuna del Palacio Legislativo. Pero en la televisión se pierden frente a la fuerza de los micrófonos direccionales con los que cuenta el orador. Por eso para el televidente —al contrario de para quienes se encontraban en el pleno- las interrupciones parecían provenir en muchos casos no de los diputados del PRD y del PRI sino del propio presidente de la Mesa Directiva de la Cámara.
Por otra parte, los legisladores del PRD y del PRI que protagonizaron las interpelaciones y protestas sin duda sintieron que, frente a las cámaras de televisión, ellos aparecían como valientes patriotas dispuestos a enfrentar a un gobernante autoritario. Y quizá esta idea podía mantenerse en los tiempos en que Cepropie censuraba las manifestaciones de inconformidad con el desviado propósito de proteger la dignidad presidencial.
Pero hoy, cuando ya nadie pretende ocultar estas protestas, la televisión muestra a los legisladores tal y como son. Y de hecho, con la usual perversidad de las cámaras, éstas amplifican las protestas al enfocar con insistencia a quienes interpelan sin prestar demasiada atención a quienes se mantienen en sus asientos y escuchan con atención el discurso presidencial.
Al contrario de lo que podrían pensar los legisladores del PRI y del PRD que gritaban, se burlaban, mostraban pancartas o le daban la espalda al Presidente, la televisión los mostraba como revoltosos intransigentes e inmaduros frente a un Presidente que se mantenía tolerante y paciente. Cuando las cámaras tomaban a estos diputados que sonreían con sorna satisfecha después de pegar de gritos, el televidente sin partido no veía valentía sino un abierto cinismo.
Esta imagen la ratificó una encuesta interactiva en la página de Internet del periódico Reforma, según la cual, a eso del mediodía de ayer, el presidente Fox obtenía una calificación aprobatoria de 7.47 por su actuación en el informe. En cambio, los manifestantes registraban un abismal 2.47. Las encuestas interactivas de Internet, por supuesto, no tienen validez estadística, pero sí son indicativas de la reacción de la gente ya que funcionan como grupos de enfoque, esto es, lo que los publicistas conocen como focus groups.
Al PRD, en particular, le pueden haber hecho un gran daño sus rijosos legisladores unos días después de la exitosa manifestación de apoyo a Andrés Manuel López Obrador en la ciudad de México. Durante años este partido tuvo que cargar con el lastre de una imagen de violencia e indisciplina generada por tomas de pozos petroleros en Tabasco y por manifestaciones y bloqueos de todo tipo. En los últimos años el partido ha empezado a revertir esta percepción y a presentarse como una verdadera opción de Gobierno responsable. Pero los gritos, burlas e insultos de este primero de septiembre recalcaron, en las pantallas de televisión, que el PRD irresponsable no ha desaparecido.
Al cuarto
Dos veces insistió el priista Manlio Fabio Beltrones en su respuesta al informe que el Gobierno de Vicente Fox está ya “al cuarto para las doce”. El mensaje era: Señor Presidente, su tiempo se ha acabado y ahora nos toca a los priistas recuperar el poder.
Correo electrónico:
sergiosarmiento@todito.com