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Jaque mate/Importar energía

Sergio Sarmiento

“Con esto damos por terminado

el monopolio que CFE ostenta sobre

las industrias locales”.

Alfredo Babún Villarreal

A veces las noticias más importantes se pierden en las páginas interiores de los diarios sin que nadie, o casi nadie, se percate de su existencia. Este es el caso del anuncio de que, a partir de este pasado primero de mayo, 17 empresas de Mexicali están importando electricidad de Estados Unidos.

La información, curiosamente, no surgió de la Secretaría de Energía o de la Comisión Federal de Electricidad. Todas las notas que he podido encontrar sobre este tema proceden de una conferencia de prensa organizada a fines de abril por el presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) en la capital de Baja California.

Efectivamente, Alfredo Babún Villarreal reveló a fines de abril que a partir del primero de mayo 17 empresas de Mexicali empezarían a importar energía eléctrica de una planta californiana propiedad de la empresa Sempra Energy Solutions. Con esta importación de electricidad, a un precio significativamente inferior al que cobra la Comisión federal de Electricidad, estas firmas se ahorrarán alrededor de cinco millones de dólares al año, lo cual les permitirá ser más competitivas.

“Mexicali se ha convertido en la primera ciudad en la República Mexicana que importará energía eléctrica —dijo Babún Villarreal al anunciar el acuerdo—. Con esto damos por terminado el monopolio que CFE ostenta sobre las industrias locales”.

El trato para que 17 empresas lograran lo que parecería natural —la libertad de contratar el mejor servicio, al mejor precio y con el mejor proveedor— tardó cinco años en concretarse. De hecho, los industriales de Mexicali buscaban originalmente que la Comisión Federal de Electricidad les diera simplemente la energía al mismo precio que se puede comprar en Estados Unidos. Pero la Comisión Reguladora de Energía decidió que era más fácil darles a estas 17 empresas —que incluyen a Sony de Mexicali, Fábrica de Papel San Francisco, Kenworth Mexicana, Daewoo, Orion Mexicana, Bimbo, Compañía Siderúrgica de Baja California y otras más— el permiso de importar electricidad. La diferencia de precio entre lo que se pagará a Sempra Energy Solutions y lo que se cubría a la CFE es suficientemente grande —a pesar de que la CFE realizará la interconexión y que la importación sólo se permitirá a horas pico y durante el verano— como para que otras 25 empresas estén ya en negociaciones para importar su electricidad.

Si la importación de energía le conviene a estas empresas de Mexicali, no hay duda que también sería beneficiosa para las del resto del país. Los usuarios industriales de electricidad en México pagan hasta un 30 por ciento más que los de Estados Unidos o los de países que compiten con el nuestro, como China y esto afecta su competitividad. Los complejos subsidios mexicanos, por otra parte, hacen que se oculte el verdadero precio de la electricidad residencial, pero los altos costos los terminamos pagando de cualquier manera los mexicanos a través de los impuestos.

Lo manera más fácil de combatir este mal —que es uno de los factores que mantienen a nuestro país en la pobreza— sería abrir la electricidad a la competencia y a la inversión privada. El cierre del sector es la razón fundamental de que sus costos sean tan altos. El monopolio gubernamental ha permitido que los sindicatos extraigan privilegios excesivos de las empresas nacionales de electricidad y especialmente de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, mientras que la restricción a la inversión privada ha impedido que se construya un número suficiente de plantas modernas de ciclo combinado que son más eficientes —y menos contaminantes— que las tradicionales.

Para Mexicali, cuyas altas temperaturas hacen crucial el tener electricidad de buena calidad a un precio razonable, el que 17 empresas puedan ya importar este fluido es un logro enorme. Pero sigue siendo insensato que, para la enorme mayoría de los mexicanos, se mantengan las restricciones a la libre producción y venta de electricidad. De eliminarse éstas, no sólo tendríamos más y mejor electricidad, así como más barata, sino que podríamos exportarla —con lo cual crearíamos empleos en México— en lugar de comprarla en el exterior.

Detener el gas

Manuel Bartlett y un grupo de legisladores priistas están preparando una demanda penal contra Pemex y cuatro empresas gaseras privadas para tratar de detener la aplicación de los contratos de producción de gas en la cuenca de Burgos, Coahuila. Al parecer, lo que buscan estos priistas es impedir que se produzca más gas en México y así permitir que sigamos importando grandes cantidades de este producto de Estados Unidos. Lógicamente, los gaseros tejanos están de plácemes.

Correo electrónico:

sergiosarmiento@todito.com

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