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Jaque mate/Los desajustes

Sergio Sarmiento

“Un presupuesto equilibrado es una

exigencia de una economía bien

administrada”.

Ricardo Lagos, presidente

socialista de Chile.

¿Por qué, si el petróleo se está cotizando en los mercados internacionales a más de 50 dólares por barril, el Gobierno del presidente Vicente Fox se ha molestado tanto porque los diputados hayan elevado el cálculo de presupuesto para el año que viene de 23 a 27 dólares?

Dos razones. Una es que el petróleo que llegó a cotizarse a 50 dólares fue el crudo ligero del oeste de Texas. La mezcla mexicana es mucho más pesada y menos demandada, por lo que ayer a la una de la tarde se cotizaba a 31.97 dólares por barril. La posibilidad de que el precio baje de los 27 dólares, si bien no inminente, no puede descartarse.

Más importante, sin embargo, es que al incorporar una estimación tan alta del precio del petróleo, se oficializa el uso de un recurso natural no renovable para financiar un creciente gasto corriente. Parece que no entendemos que los precios del petróleo hoy están altos pero mañana pueden estar bajos: ésa es la dolorosa lección de las últimas tres décadas. El más sensato uso del dinero de la bonanza petrolera sería retirar deuda pública para disminuir el enorme costo de su servicio. El año que viene pagaremos más de 220 mil millones de pesos en servicio financiero. Y esta factura seguirá aumentando mientras sigamos contratando deuda.

Lejos de reducir la deuda, de hecho, el presupuesto y la Ley de Ingresos aprobados por el Congreso la aumentan de varias maneras. Una de ellas es, simplemente, autorizar un techo de endeudamiento mayor en 6 mil 347.7 millones de pesos al previsto en el proyecto original. Además, la Cámara de Diputados ordenó una disminución de seis mil millones de pesos en el Programa de Apoyo a Deudores. Pero nunca se enteraron los diputados que si este dinero no se aporta, simplemente crecerá en el mismo monto la deuda del IPAB, que a final de cuentas es deuda pública también.

Muchas de las maneras en que los diputados ordenaron la reducción del gasto difícilmente podrán realizarse, por lo que se está colocando al Gobierno entre la espada y la pared. Está el caso de las Adefas, que son adeudos fiscales de años anteriores, los cuales los legisladores disminuyeron en 6 mil 750 millones de pesos. El problema es que estos adeudos se contratan con proveedores a los que no se les puede dejar colgados de la brocha. El dinero tendrá que salir de algún lado o si no habrá demandas contra el Gobierno y muchas obras dejarán de realizarse.

Otro caso notable es el de las entidades de control directo. Si bien Pemex proporcionará más de 41 mil millones de pesos en los ingresos frescos que el Congreso piensa obtener para el año que viene, a la paraestatal misma se le castiga en la asignación de recursos. Hay una disminución de más de mil millones de pesos en el presupuesto de los diputados frente a lo originalmente propuesto por el presidente.

Más inquietante, quizá, sea el caso del IMSS y del ISSSTE. A ambas instituciones los diputados les hicieron recortes importantes: de mil 786.6 millones de pesos a la primera y de 220.2 millones de pesos a la segunda. Pero su gasto no se podrá ajustar en esos montos en buena medida porque su dinero ya está comprometido. De hecho, como los diputados no supieron o no quisieron cuadrar los números, dejaron los presupuestos internos de ambas instituciones en sus montos originales. Ahora habrá que publicar una fe de erratas o un artículo transitorio... y el gasto habrá que cubrirlo con nueva deuda o con recortes en otros lados.

Algunos de los ajustes nos meterán en otro tipo de problemas. Los diputados hicieron previsiones para aumentos salariales de nueve por ciento para los maestros y de siete por ciento para los burócratas. Unos incrementos de esta magnitud provocarían una espiral inflacionaria y obligarían a un aumento en las tasas de interés que incrementarían todavía más el pago de la deuda pública. El problema es que, al contrario de otros años, los maestros y los burócratas sabrán que hay un techo presupuestario mucho más alto y no se conformarán con aumentos iguales o ligeramente por arriba de la inflación.

Hay algunos ajustes positivos en el presupuesto de los diputados. Pero en términos generales, a pesar de que sólo se modifican unos 113 mil millones de pesos de un presupuesto total de 1.8 billones, lo que ha salido del Congreso es un paso atrás para el país.

Controversia

Sería bueno que el presidente se abstuviera de no publicar el presupuesto aunque sólo fuera para que la Cámara de Diputados presentara una controversia constitucional. Mucho se aclararían las cosas si la Suprema Corte nos dijera si el presidente puede o no devolver con observaciones el presupuesto a los diputados, en otras palabras, vetarlo.

Correo electrónico:

sergiosarmiento@todito.com

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