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Jaque mate/Óscar Espinosa

Sergio Sarmiento

“La equidad es la justicia llevada más allá de lo que la ley ordena.”

Aristóteles

Se han agotado ya los amparos de forma y se acerca la sentencia de fondo en el juicio del ex regente de la ciudad de México Óscar Espinosa. Como la justicia es lenta en nuestro país, el tiempo transcurrido ha sido grande y los detalles del caso se ha borrado de la memoria colectiva. Espinosa dejó la regencia en diciembre de 1997; las auditorías que señalaron las irregularidades se llevaron a cabo en 1998; la acusación personal en contra de Óscar Espinosa se presentó en el año 2000; el ex regente fue extraditado de Nicaragua en el 2001.

Se acusa a Espinosa de haber autorizado gastos irregulares por 420 millones de pesos de la cuenta 3605, “Otros gastos de información y difusión”. En un principio la acusación se presentó únicamente contra Manuel Merino, ex oficial mayor del Distrito Federal, pero más tarde se amplió a Espinosa sobre la base de un memorándum del cinco de enero de 1995 en él que éste daba instrucciones para que la Oficialía Mayor manejara esa cuenta.

La auditoría sobre el manejo de esa cuenta revela evidentes irregularidades. El dinero se retiraba en efectivo y se comprobaba con recibos en papel simple firmados por el oficial mayor. La defensa de Espinosa afirma que los comprobantes formales se encontraban en un anexo del acta de recepción-entrega firmada con el cambio de Gobierno. El primer oficial mayor del gobierno de Cuauhtémoc Cárdenas, Jesús González Schmall, firmó que había recibido los comprobantes, pero éstos no se han encontrado después. O desaparecieron o nunca estuvieron ahí.

Ayer el periódico Reforma publicó una entrevista que le hice al ex auditor del Gobierno capitalino, Roberto Muñoz Leos, quien realizó la auditoría sobre la gestión de Óscar Espinosa. El ex auditor señala que su dictamen nunca involucró personalmente a Espinosa en las irregularidades de la cuenta 3605. Sus superiores le pidieron que revisara el dictamen, pero él no encontró razones legales para modificarlo. Si bien el ex auditor tuvo en sus manos una fotocopia del famoso memorándum del cinco de enero de 1995 con el que posteriormente se sustentó la acusación en contra de Espinosa, no lo consideró como razón para involucrar al ex regente porque, entre otras razones, el documento simplemente daba instrucciones para que la responsabilidad de la cuenta quedara en la Oficialía Mayor pero no para que se manejara de manera irregular.

Le tocará al juez cuarto penal del Distrito Federal, Enrique Cedillo García, valorar todas las pruebas del caso. Debido a que en México los juicios no son públicos, yo sólo he tenido acceso a unos cuantos elementos. La impresión que tengo, sin embargo, es que sí hubo irregularidades en el manejo de la cuenta, pero que éstas no son legalmente imputables a Óscar Espinosa. Me parece que la acusación en contra de Espinosa tenía una motivación política: la procuraduría de Samuel del Villar necesitaba un pez gordo para demostrar que su lucha contra la corrupción iba en serio y para facilitar el triunfo del PRD en las elecciones del 2000 que se avecinaban.

Quienes conocían el manejo de la cuenta me dicen que de ésta se sacaba el dinero que se requería para gastos en efectivo de relaciones públicas o de simple humanidad. Cuando una señora se acercaba al regente, o al Presidente, en una gira por la ciudad, llorando y cargando a una hija enferma, el dinero para pagar el hospital salía de esa cuenta. Cuando había que levantar una manifestación del Zócalo, de ahí se cubrían los gastos de transporte de los manifestantes a sus lugares de origen o los que se requerían para obtener la “colaboración” de los líderes. Me dicen, de hecho, que de esa cuenta se pagó un dinero a Andrés Manuel López Obrador para levantar el plantón del Zócalo en 1995. Tengo entendido también que ciertas contrataciones en los medios se hacían en efectivo desde esta cuenta.

Esos pagos eran y son formalmente ilegales. Pero siempre se habían hecho así. En gobiernos anteriores eran los propios regentes quienes firmaban los recibos de los montos que se manejaban en efectivo, pero la investigación no se remontó a los años anteriores. Espinosa era el villano que se necesitaba para propósitos políticos. En años subsecuentes los gastos de este tipo se han seguido haciendo, pero por procedimientos distintos. Ahí está la promoción de Rosario Robles a través de Publicorp o la impresión de comics para promover al actual Jefe de Gobierno Andrés Manuel López Obrador. La diferencia, y muy importante, es que sí han estado presupuestados y se han facturado debidamente.

Marta

“No seré candidata a la Presidencia de la República.” Finalmente ha llegado la declaración clara de Marta Sahagún de Fox. La esposa del Presidente no tenía obligación de revelar su posición, pero al hacerlo puede ayudar a calmar una tormenta que le ha hecho daño al presidente Fox.

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