“La derrota tiene cien
padres, pero la derrota
es huérfana.”
Conde Galeazzo Ciano
(yerno de Mussolini)
Una vez más las encuestas serias previeron el resultado de las elecciones que tuvieron lugar este pasado primero de agosto. El panista Luis Armando Reynoso Femat triunfó ampliamente en Aguascalientes. En Oaxaca se registró una cerrada votación, pero el priista Ulises Ruiz logró finalmente sacarle dos y medio puntos porcentuales a su rival más fuerte, Gabino Cué. En Tijuana Jorge Hank Rhon recuperó la amplia desventaja que el panista Jorge Ramos tenía al inicio de la campaña y logró una victoria por escaso margen.
Los resultados en Oaxaca y en Tijuana son tan cerrados, de hecho, que la decisión final terminará seguramente en manos de los tribunales electorales. En el caso de Oaxaca se cuestionará el apoyo que supuestamente el Gobierno de José Murat le dio al candidato del PRI. En Tijuana será el dinero que haya desembolsado Hank de su propio bolsillo el que será objeto de escrutinio. Los tribunales evaluarán las pruebas de las presuntas irregularidades y determinarán si, efectivamente, se violaron las reglas de los procesos electorales.
En Oaxaca, curiosamente, el ex senador perredista Héctor Sánchez parece haber sido el factor decisivo del triunfo del priista Ulises Ruiz. Sánchez, quien contendió por el Partido Unidad Popular, le quitó a Cué el número suficiente de votos para permitir el triunfo del delfín de Murat.
Resulta inquietante que la violencia no haya generado un rechazo de los electores. En Huautla de Jiménez, Oaxaca, el asesinato a tubazos apenas la semana pasada del maestro rural Serafín García a manos de un grupo de golpeadores encabezado por el diputado priista Elpidio Concha -homicidio por el que increíblemente la procuraduría estatal de Oaxaca no ha querido hasta ahora ejercer ningún tipo de acción penal- no solamente no hizo que se desplomara la candidatura de Ulises Ruiz, como habría ocurrido en otros países o incluso en otros estados dentro de nuestra federación, sino que ni siquiera impidió el triunfo priista en el municipio de Huautla.
En Tijuana, por otra parte, el homicidio del periodista del semanario Zeta Francisco Javier Ortiz Franco tampoco le hizo daño a Hank. El candidato priista fue señalado como alguien a quien habría que investigar en este caso debido a que los homicidas del también colaborador de Zeta, Héctor “El Gato” Félix Miranda, eran colaboradores suyos. Zeta ha tenido siempre una línea de duro cuestionamiento al ahora candidato triunfador del PRI. Hank ha negado cualquier vinculación con los homicidios de Ortiz Franco o de Félix Miranda, pero lo interesante es que las acusaciones en su contra no le hicieron mella desde un punto de vista político.
En Aguascalientes el candidato perdedor priista, Óscar López Velarde, ha afirmado ser víctima de una elección fraudulenta y ha afirmado que presentará sus recursos ante los tribunales. La diferencia que lo separa del candidato triunfador panista es tan grande, sin embargo, que difícilmente se podrá argumentar que las irregularidades modificaron el resultado de la elección. Reynoso Femat obtuvo el 56.9 por ciento de los votos contra 36.3 por ciento de López Velarde.
Inquieta que, a pesar de la enorme mejoría que hemos tenido en los últimos años en los procesos electorales, todavía no se logre eliminar la sombra de la duda. Ninguno de los candidatos perdedores en las elecciones de este pasado domingo ha reconocido hasta ahora el triunfo del vencedor. Todos afirman ser víctimas de alguna maniobra u otra y dicen que van a reclamar su triunfo.
Esa certidumbre que en otros países se genera cuando el mismo día de la elección el candidato perdedor reconoce el triunfo del ganador no la hemos podido lograr todavía en nuestro país. O más bien muy pocas veces. Por eso hay que reconocer una vez más la madurez y valentía política que el dos de julio del año 2000 mostró el candidato presidencial del PRI, Francisco Labastida, al ofrecer ese reconocimiento al triunfo del candidato rival, Vicente Fox. Mientras ese reconocimiento de los candidatos perdedores no se convierta en regla, los mexicanos seguiremos teniendo dudas serias sobre los procesos electorales.
¿Transparencia?
Yo no sé si se cayó o no el sistema, pero a todo lo largo del día de ayer mis repetidos intentos por obtener los resultados electorales preliminares que supuestamente debía ofrecer la página del Instituto Estatal Electoral de Oaxaca (www.iee-oax.org.mx) resultaron infructuosos. Al abrir la página se oía una repetitiva grabación de audio, pero nunca se desplegaban los resultados. En cambio en las páginas de Aguascalientes y Baja California las cifras se podían obtener en cualquier momento. ¿Qué proceso cree usted tendrá menos credibilidad?
Correo electrónico:
sergiosarmiento@todito.com