EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

Jaque mate/Triunfo panista

Sergio Sarmiento

“Nada es más peligroso que la victoria.”

Yuri Lotman

La primera elección de este 2004 ha ofrecido una gran sorpresa. No es solamente el hecho de que el PAN ha logrado mantener la presidencia municipal de Mérida, a pesar de que el PRI lanzó como carta fuerte la candidatura del ex gobernador Víctor Cervera Pacheco, sino que hasta el momento de redactar esta nota los candidatos panistas se encuentran adelante en diez de los 15 distritos legislativos del estado. En Yucatán se está dibujando así una victoria contundente del PAN.

Este triunfo ha sorprendido a propios y extraños. Desde hace meses, varios importantes políticos del PAN me habían comentado sus temores de perder Mérida: la primera ciudad del país en la que se reconoció un triunfo del PAN (en 1967) y un municipio que ha estado bajo control panista de manera ininterrumpida desde 1991. Los priistas, por su parte, se mostraban excesivamente confiados en la victoria al amparo de un Cervera Pacheco que les parecía cubierto de un aura de invencibilidad. Ni siquiera las últimas encuestas, una semana antes de la elección, que daban un virtual empate técnico en Mérida, hicieron que los priistas perdieran su confianza en el triunfo. Tal era la confianza que varios analistas políticos se adelantaron a dar por hecho que el PRI ganaría Mérida y así lo adelantaron en sus columnas periodísticas de este lunes. Ahora tendrán que explicar por qué se equivocaron. Pero no sólo ellos sino muchos más. ¿Qué pasó en Yucatán? ¿Por qué el PAN consiguió una victoria no sólo sorpresiva sino holgada?

Uno de los factores más importantes ha sido la participación del electorado. El PRI suele beneficiarse de las elecciones con poca afluencia ciudadana ya que cuenta con la mejor maquinaria electoral del país. Los priistas salen a votar con alta o con baja participación. En consecuencia sus triunfos son más fáciles cuando hay pocos electores. El abstencionismo afecta fundamentalmente al PAN y al PRD.

Pero éste no fue el caso de las elecciones del domingo en Yucatán. Si bien el electorado tiende a ausentarse de las casillas cuando no elige a gobernadores o al presidente de la república, el 16 de mayo los yucatecos acudieron a votar copiosamente. Poco les importó que se tratara de comicios de mitad de sexenio. Las estadísticas disponibles hasta este momento sugieren que el 66 por ciento de los electores sufragaron en la elección yucateca de este 16 de mayo. En contraste, en las elecciones federales de julio del 2003 sólo votó el 45 por ciento de los yucatecos. Por eso el PRI y su aliado el Partido Verde pudieron obtener el triunfo en Yucatán en el 2003 y hoy, a menos de un año, salen derrotados de manera tan amplia.

Otro factor en el resultado fue el exceso de confianza de los priistas. Los panistas sentían realmente amenazado su control de Mérida por el odiado Víctor Cervera y veían como inminente el triunfo priista en el congreso local. Por eso se esforzaron más. A los priistas, en cambio, les faltó ese último empuje: el que habría permitido que un número mayor de indecisos —que sumaban el 20 por ciento del electorado— votara por ellos.

El PRI afirma ahora que fue objeto de un fraude electoral y amenaza con presentar denuncias formales ante lo que ha llamado una “elección de Estado”. Pero las protestas que se han expresado hasta este momento no parecen justificar la anulación de un número tan importante de votos que modifique el resultado de la elección.

En el momento de escribir este artículo, el mediodía del lunes 17 de mayo, el candidato del PAN a la presidencia municipal de Mérida tiene una ventaja de cerca de 11 mil votos, los cuales representan más del cinco por ciento de los sufragios contabilizados hasta el momento. El PRI tendría que lograr así la anulación de decenas de miles de votos, sin perder sufragios en el proceso, para revertir el resultado de esta elección. La tarea parece imposible.

Si no hay un desastre en los tribunales electorales, Manuel Fuentes Alcocer continuará la cadena de gobiernos panistas en Mérida. El gran triunfador en esta contienda, sin embargo, es el gobernador panista Patricio Patrón Laviada. Ante las críticas de los propios miembros de su partido, él ha logrado obtener un triunfo contundente. La gran pregunta es qué hará ahora con el mandato que ha recibido del electorado.

Atentado

Ezedín Salim, presidente del consejo de gobierno de Irak, es la nueva víctima de un atentado terrorista. Las esperanzas de pacificar Iraq se alejan cada vez más. En este caso una organización islámica se ha adjudicado el atentado. Una de las consecuencias de la invasión de Iraq ha sido unir a estos grupos fundamentalistas con los radicales árabes no religiosos entre quienes destacaba Saddam Hussein.

Correo electrónico:

sergiosarmiento@todito.com

Leer más de EDITORIAL / Siglo plus

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 89070

elsiglo.mx