EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

Jaque mate/¿Y la democracia?

Sergio Sarmiento

“La historia muestra

que copiar de forma

indiscriminada los

sistemas políticos

occidentales conduce

a un callejón sin salida”.

Hu Jintao

A veces es inevitable preguntarnos si los mexicanos nos equivocamos al buscar durante tanto tiempo y con tanta intensidad la democracia. ¿No hubiera sido mejor para el país, para seguir haciendo las Reformas Estructurales que nos permitirían tener una vida más próspera, habernos mantenido bajo un régimen de partido único?

Las encuestas de opinión y los estudios de las organizaciones internacionales revelan una decepción con la democracia en nuestro país y en otros de Latinoamérica. Ahí están para probarlo los tan citados sondeos de Latinobarómetro o el estudio de las Naciones Unidas sobre la democracia en nuestro subcontinente. Nuestra gente dice con inquietante frecuencia que está desencantada de la democracia y que preferiría vivir bajo un régimen autoritario si éste le puede dar mayor prosperidad.

Las comparaciones con otros países surgen inevitables. España logró buena parte de sus avances económicos bajo la dictadura de Francisco Franco. Chile llevó a cabo sus Reformas Estructurales bajo el férreo régimen de Augusto Pinochet. Hong Kong creció siendo colonia británica. Singapur ha sido y continúa siendo un régimen autoritario. Corea del Sur y Taiwán se han orientado ahora a la democracia, pero sus grandes logros, los que les permitieron salir de la pobreza y convertirse en milagros económicos, estuvieron a cargo de dictaduras.

Ahora la China continental parece estar recorriendo el mismo camino. Es el país que con mayor rapidez y consistencia se está desarrollando en el mundo. Su economía, una de las más cerradas del mundo hasta 1977, se ha abierto con una rapidez extraordinaria. En China se están haciendo sin chistar muchas de las Reformas Estructurales que en México nuestros políticos, preocupados siempre por la siguiente elección, se niegan a aplicar.

El presidente chino Hu Jintao, quien encabeza a la nueva generación de dirigentes de su país, la que tomó la estafeta de Jiang Zemin, a su vez heredero del gran reformador Deng Xiaoping, ha declarado que a pesar de las reformas económicas la democracia no es algo que su país vaya a adoptar. Disfraza un poco la afirmación, es cierto, porque en estos tiempos modernos nadie puede decir que está en contra de la democracia. Pero al rechazar la “democracia occidental”, esto es, el sistema de partidos múltiples con el voto libre de los ciudadanos, el Presidente chino, miembro del Partido Comunista, simplemente está diciendo no a la democracia. Ya lo señaló hace años Enrique Krauze: la democracia no puede tener adjetivos. O se es democrático, o no se es.

Los dirigentes del viejo régimen de partido único en México mantenían la misma posición. Decían que nuestro país tenía una democracia diferente pero era también democracia. La sociedad, afirmaban, llegaba a consensos en el seno del PRI y escogía a los mejores candidatos. Por eso no importaba que un mismo partido ganara todas las elecciones. El juego democrático se llevaba a cabo tras bambalinas.

Hace mucho tiempo, empero, que los mexicanos nos dimos cuenta de la falsedad de esta visión. La falta de alternancia y las reglas electorales hechas para asegurar siempre el triunfo de un mismo partido no eran manifestaciones de una democracia distinta sino de su ausencia. Por eso tantos mexicanos dieron la batalla durante tanto tiempo para construir una democracia real.

Sólo que esta democracia ha decepcionado. Quienes pensaban que no había sino sacar al PRI de Los Pinos para tener un país más próspero, hoy se dan cuenta que en una democracia las cosas avanzan con más lentitud o se paralizan. La nostalgia por los regímenes autoritarios empieza a campear en círculos en los que antes la democracia era dogma.

Pero quizá no deberíamos perder las esperanzas. La democracia parece ser tan necesaria en el largo plazo para una sociedad próspera como la economía de mercado. España y Chile, Taiwán y Corea del Sur son hoy democráticos. China muy probablemente lo será en el futuro. Si bien las dictaduras pueden ser más eficientes en un momento dado, cargan siempre el pecado de la falta de legitimidad.

Los mexicanos debemos entender que la democracia no es un paraíso, pero que a final de cuentas nos permite vivir con mayor dignidad: la de una sociedad que toma sus propias decisiones. Y esto vale tanto o más que la prosperidad que pueda darnos la más eficiente de las dictaduras.

Acuerdos

El Gobierno del presidente Fox había decidido establecer una moratoria a nuevos acuerdos comerciales. Pero al firmar uno nuevo con Japón el propio Presidente dice que una de nuestras principales ventajas competitivas de México radica en nuestros acuerdos comerciales. ¿Quién entiende?

Correo electrónico:

sergiosarmiento@todito.com

Leer más de EDITORIAL / Siglo plus

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 110136

elsiglo.mx