EFE
BEIRUT, LÍBANO.- La milicia libanesa pro iraní Jezbola (Partido de Dios) ha alcanzado con Israel un acuerdo histórico para canjear prisioneros y cadáveres de soldados, pero eso no significa que baje las armas en su lucha contra el Estado judío.
El máximo jefe de Jezbola, jeque Hasan Nasralá, advirtió ayer en rueda de prensa que “no nos echaremos atrás” en la defensa de las Granjas de Cheba, que Líbano considera propias mientras que Israel dice que forman parte del territorio sirio y se negociarán al mismo tiempo que los Altos del Golán.
Nasralá explicó ante numerosos periodistas que el acuerdo, alcanzado con Israel gracias a la mediación de Alemania, donde fue anunciado el sábado, tiene dos etapas.
La primera comenzará el próximo jueves, cuando Israel entregará a 400 palestinos, 23 libaneses -incluidos los dos jeques integristas Abdel Karim Obeid y Mustafa Dirani-, tres marroquíes, tres saudíes, un libio y un alemán.
Israel también devolverá, el viernes, 56 cadáveres de combatientes libaneses y palestinos.
A cambio, el Partido de Dios entregará al Estado judío un empresario israelí, Eljanán Tenenbaum y tres cadáveres, los de soldados capturados y heridos por Jezbola en octubre de 2000.
La segunda etapa, según Nasralá, tendrá lugar “dentro de dos o tres meses” e incluirá la liberación de Samir Qantar, el decano de los prisioneros libaneses en Israel, cuyo destino hizo fracasar el acuerdo en diciembre pasado.
“Dentro de dos o tres días se publicará una lista con los nombres de los palestinos que serán liberados”, dijo Nasralá al explicar un acuerdo del que el Estado libanés ha sido mero espectador y que demuestra, según los observadores, que Jezbola funciona como “un Estado dentro de un Estado”.
Señaló que los palestinos excarcelados “no serán expulsados y podrán volver a juntarse con sus familias en los territorios ocupados”.
Dijo que hubiese querido obtener la liberación de los cinco mil a seis palestinos encarcelados en Israel, pero que al principio ese país rechazaba hablar de su liberación y habían conseguido obtener la de 400.
“La puerta queda abierta y la segunda etapa podrá aportar una liberación cualitativa y cuantitativa”, señaló Nasralá, con lo que puso una vez más de manifiesto la dimensión extra-libanesa de Jezbola y en concreto su compromiso con la causa palestina.
Respecto a los prisioneros árabes, dijo que según informaciones a su alcance, Israel podría liberar a 25 jordanos después de la fiesta del Adha (del primero al cuatro de febrero) y pidió al Gobierno de Amán que asuma su responsabilidad en este asunto y trabaje por la liberación de sus ciudadanos.
“Si Israel libera a los jordanos podremos decir que el caso de los prisioneros árabes está en vía de solución”, añadió.
Respecto a los sirios dijo que planteaban problemas aquellos que tenían la nacionalidad israelí (los del Golán) ya que el Estado hebreo los considera como sus nacionales.
Nasralá dijo que las personas que serán liberadas el jueves recibirán una “acogida oficial y popular” en el Aeropuerto Internacional de Beirut, en colaboración con las autoridades libanesas.
Según el acuerdo, Israel entregará los mapas de los lugares donde dejó enterradas unas 400 mil minas en el sur de Líbano, de donde se retiró en mayo de 2000 después de 22 años de ocupación.
“Una vez finalizada la primera etapa, se formarán comisiones para proseguir las negociaciones y no dejaremos este expediente porque todos los prisioneros son de la responsabilidad de Jezbola”, agregó el líder del Partido de Dios.
No descartó, por otro lado, que el Estado judío se retire de las granjas de Cheba y aseguró que su grupo responderá a “cualquier violación porque nosotros defendemos nuestra soberanía y la seguridad de Líbano y de los libaneses”.
El acuerdo fue anunciado después de los ataques y bombardeos de esta semana entre el Ejército israelí y el Partido de Dios.
El martes pasado, la artillería y la aviación israelíes bombardearon varias áreas meridionales de Líbano en represalia a un ataque el lunes de Jezbola contra una excavadora militar judía que había penetrado en territorio libanés, en el que murió un soldado israelí y otro resultó herido.
